¿Sabías qué algunos pilotos de Fórmula 1 han tenido problemas con la policía en carretera?
La carretera no es un circuito y a pesar de que las habilidades al volante de los pilotos profesionales son muy superiores a la del resto de conductores, ellos no se libran del implacable peso de la ley. O sí.
Muchos han sido los pilotos de Fórmula 1 quienes se las han tenido que ver con los cuerpos policiales al rebasar sobradamente los límites de velocidad y curiosamente es en Francia dónde mayores problemas han tenido algunos de los pilotos del paddock durante los últimos años.
Por ejemplo, Jenson Button tiene el récord en una multa por exceso de velocidad al ser cazado a 228 kilómetros por hora cuando era piloto del equipo BAR-Honda.
También el colombiano Juan Pablo Montoya no se queda atrás. En el año 2001, cuando el piloto se dirigía hacia Niza desde Montecarlo, fue sorprendido conduciendo su BMW X5 a 204 km/h en una carretera que establecía un límite de 130 km/h.
Montoya además, acumulaba un abultado número de coches averiados o devueltos en mal estado mientras fue piloto para BMW, ya que disponía de cualquier modelo de calle de la marca, a su elección y dónde fuera. Temblando se quedaban los del concesionario al verle llegar…y al verle marchar.
Por su lado el español Pedro Martínez de la Rosa fue sancionado con dos meses de suspensión del permiso de conducir en Francia por exceso de velocidad. De la Rosa conducía a 174 km/h en un tramo en el que la velocidad máxima permitida era de 110. El español fue detenido por una patrulla de gendarmes, que le impuso una multa de 750 euros y le retiró provisionalmente el permiso de conducir durante dos meses.
Tampoco se libró del radar Ralf Schumacher en 2001, quién debió pensar que la velocidad en carretera también se premiaba, pero fue él quien tuvo que pagar una multa de 872 euros por correr a 170 km/h en una zona limitada a 100. Por si esto fuera poco, tampoco llevaba consigo el permiso de conducir.
En el otro lado de la balanza tenemos a Marc Gené, piloto de Ferrari y primer ganador español de Le Mans en la máxima categoría en 2009 a bordo de un Peugeot 908 HDi-FAP.
Durante la temporada 1999, cuando era piloto de Minardi, el de Sabadell usaba un Chevrolet Corvette para uso y disfrute particular cedido por la empresa LeasePlan a través de un de un acuerdo de patrocinio con la escuadra de Faenza.
De camino al gran premio de Magny-Cours junto con su asistente, Blanca de Foronda, fueron parados aleatoriamente en un control de carretera dirigido por una pareja de la gendarmería francesa.
-¿ A dónde se dirigen?-preguntó el policía.
-Vamos a Magny-Cours, señor- contestó Marc en un perfecto francés.
-¿A las carreras?
-Sí..verá…es que yo soy uno de los que corren el domingo-concretó el español.
-¡Usted es Marc Gené, el de Minardi!-exaltó el gendarme mientras revisaba la documentación.
-Así es-respondió el piloto con una gran sonrisa.
Tras charlar varios minutos sobre la evolución de la temporada y un intercambio de impresiones sobre la Fórmula 1, el ilusionado policía dejó marchar a Gené sin infracción ninguna, eso sí, le hizo una petición muy especial antes de dejarlo marchar.
El segundo gendarme reaccionó a los gestos de su compañero, el cual paró todo el tráfico de la calzada mientras el catalán pisaba a fondo el acelerador de su Corvette y salía disparado cruzando el poderoso deportivo americano.
Marc, al mirar por el retrovisor, pudo ver al policía semiagachado alzando los pulgares de ambas manos en señal de aprobación.
Ocho años más tarde el español fue cazado superando el límite de velocidad mientras cruzaba Francia en dirección a su casa de Barcelona a bordo de un Maserati Quattroporte Sport GT de 405 caballos y cedido por el grupo Fiat-Ferrari a través del concesionario Cars Barcelona, valorado en 125.000 euros.
En aquella ocasión un Subaru de la policía francesa lo había estado siguiendo de incógnito tras la infracción, hasta que decidieron pararle.
-Síganos hasta la estación de policía, por favor- dijo el guardia francés ataviado con unas botas Sparco de piloto.
La garita policial no podía ser más impactante: recuerdos, pósters y fotografías de rallies y carreras colgaban de aquellas paredes. Ahora entendía el piloto español que el gendarme utilizara botas de piloto para conducir, eran “unos quemaos”, en palabras del piloto probador de Ferrari.
Marc Gené trató de ocultar la angustia de saber que estaba a un solo paso de quedarse sin carnet y con el coche requisado en mitad de la nada y de noche francesa.
Al final les explicó que venía de Paul Ricard de unas pruebas con Ferrari y que quedarse sin coche en aquél lugar le supondría un gran problema.
-¡¿Marc Gené, el que estuvo en Minardi y después en Williams?!-acertó a decir uno de los policías dando un respingo de su asiento.
<<¡Esto está ganao!>> -pensó Gené.
-Mira, te propongo un trato-dijo el policía.
-Dígame, señor-respondió el español.
-Te perdono la multa si me mandas un paquete de merchandising de Ferrari-dijo sin cambiar el semblante.
-Eso está hecho, escríbame la dirección y en cuando llegue a Maranello se lo envío-respondió el piloto.
Y nunca más se supo de aquella multa, pagada con camisetas, gorras y regalos promocionales de Ferrari.
En la vida real quién la hace la paga pero quién hace la ley…hace la trampa.