Parece que en el intento de la FIA y Liberty Media por mejorar el espectácilo en la Fórmula 1, habrían topado con una piedra, los ingenieros. El nuevo alerón delantero para 2019 había sido introducido para reducir la carga aerodinámica y de esta manera hacer que perseguir al coche de delante fuese más sencillo, con el fin de ver más adelantamientos durante las carreras.

"Los equipos de F1 ya alcanzaron los niveles de carga aerodinámica 2018 en las simulaciones de CFD 2019, a pesar de las nuevas regulaciones del ala frontal", escribió Tobi Grüner de AMUS en Twitter a través de unas informaciones de Red Bull.

En palabras de Helmut Marko: "Después de nuestras simulaciones, nada cambia. Adelantar es igual de difícil que ahora. El ejercicio solo cuesta más dinero". Según fuentes de Red Bull, estos costes extras de los que habla Marko, serían de unos 15 millones de euros, para al final, no tener ningún efecto real en pista.

Franz Tost respalda las informaciones de Red Bull desde su fábrica en Faenza: "Lo discutí con la gente en el túnel de viento y no creen que los adelantamientos sean mucho más fáciles. Creo que al comienzo de la próxima temporada los equipos habrán alcanzado un nivel similar de carga aerodinámica como ahora".

Visto lo visto, parece que nos podemos ir olvidando de ver el efecto que nos prometieron en su momento con estas nuevas alas delanteras... En esta Fórmula 1 de ingenieros no se pueden controlar según que cosas y esta es una de ellas. En poco tiempo han conseguido alcanzar o casi igualar la actual carga aerodinámica con los nuevos alerones, así que, la innovación planteada por la FIA quedará en nada, poque si ya vamos así, estoy casi seguro que cuando llegue Australia 2019 todos los equipos lo tendrán más que bajo control.