Octubre ha llegado, y con él, la carrera en uno de los circuitos más memorables de la Formula Uno:  Suzuka.  Es que como es sabido, los japoneses hacen de cualquier evento algo especial y el Gran Prix de Japón es uno de los espectáculos donde todos estamos a la espera de ver como los fanáticos que asisten al circuito tiran la casa por la ventana con sus divertidos y creativos disfraces.  

Pero también, el Gran Premio de Japón nos trae recuerdos, duelos de titanes: De los de fácil memoria, Ayrton Senna - Alain Prost. Memorables batallas aquellas. Lo mismo que no deja aún de sorprender la inteligente decisión de Niki Lauda de detener su coche y dejarlo todo, en aquel mismo instante, quedando así el campeonato del mundo en manos del piloto inglés James Hunt en el año 1976.  Fueron duelos históricos, de esos que buscamos videos y no paramos de mirarlos.

Y más recientemente, nuestro querido y ya ausente Jules Bianchi.  EL joven de Nice, tenía una especie de ángel, ese tipo de aura que a todos gustan. Siempre había un buen comentario sobre él. En lo particular, solía yo seguir sus pasos en todas las redes sociales… tenía una mirada tímida, pero de los que no se dejaba intimidar, sabía responder, defenderse sin llegar a ser grosero y creo que eso me agradaba de él como persona y piloto.

Aquel 2014 estaba frente a la pantalla de mi TV para disfrutar del Gran Premio sin ningún contratiempo. Por supuesto, ya había pasado por redes sociales de algunos pilotos para ver que habían hecho durante su semana en Japón.  Jules había subido unas fotos a su Facebook en la que parecía haber disfrutado mucho de una tarde de sushi con un chef japonés. Su sonrisa era genuina, algunos de los videos al respecto no fueron ni editados ni seleccionados y claramente se le apreciaba feliz.

También ese 2014, Jules había sido un héroe, logró darle a Marussia sus primeros puntos en la Fórmula uno, en aquel GP de Mónaco donde acabó noveno (P9) sabíamos que en su momento Ferrari le iba a dar la bienvenida a lo grande, sabíamos que iba a dar pelea por títulos, suponíamos que su futuro iba a ser el de una gran estrella. ¡Brillar! Pero hay algo que muchos llaman destino, otros lo llaman suerte o como yo lo llamo, el error humano. La luz de Jules se apagó.

Senna fue un gran defensor de la seguridad en pista, e irónicamente en ella perdió la vida. Quizás era muy visionario, o simplemente conocía bien los peligros de su trabajo. También lamento que Jules haya sido tan joven y no haya tenido la determinación que tuvo Lauda al decidir bajo el aguacero de 1976, que su vida tenía más valor que los laureles de la corona del campeonato. Aunque buscar culpables es una pérdida de tiempo, también es lamentable recordar la falta de decisiones de los jefes de equipos y pilotos al no oponerse a correr bajo aquellas condiciones. No era una lluvia cualquiera, era un tifón. El líder de carrera decía que no tenía visibilidad, primera regla violada. Hubo errores de banderas, durante el movimiento de retirada del otro vehículo accidentado la vuelta anterior. El coche de seguridad en ese momento también era prioridad, no sacarlo fue el error mas grave.  Se pueden buscar los cientos de detalles, pero la biblia dice todo bajo el cielo tiene su hora. Y la sabiduría popular dice: cuando te toca ni que te quites.

Ahora se cumplen 4 años de aquel accidente que mantuvo a Jules 9 meses en coma, donde prácticamente esperó por la bendición de sus padres para irse. Recuerdo perfectamente aquella carta abierta que su padre escribiera dándole el permiso de irse, podemos anexar a la lista, Jules Lucien André Bianchi, también fue un buen hijo.

Hoy nuestro querido Jules no está para callar nuestras suposiciones. Sin embargo, apuesto todo que, a la fecha, Bianchi quizás estaría usando el uniforme de la gran casa Ferrari. No le habrían dado la espalda, así como no se la dieron al momento del accidente a uno de sus mejores alumnos. Lamento no conservar aquellas fotos de Jules con el maestro del sushi, pero mejor recordarle en uno de sus momentos profesionales en F1 más importantes en la vida del para siempre #JB17