Cyril Abiteboul carga contra Red Bull y sus malas formas al separarse
El divorcio entre Red Bull y Renault fue uno de los protagonistas de la temporada 2018. Parece que las cicatrices creadas aún no han suturado del todo y las últimas palabras no han sido dichas.
La unión entre Red Bull y Renault, quien fue el suministrador de propulsores para los hombres de la bebida energética, ha sido uno de los matrimonios más exitosos de la historia de la Fórmula 1. Juntos consiguieron terminar con el dominio de los equipos históricos, como Ferrari o McLaren, y entre 2010 y 2013 acumularon ocho títulos mundiales: cuatro de pilotos y cuatro de constructores, es decir, todos los posibles. Pero la vida da muchas vueltas, y como muchos matrimonios, atravesaron una larga y profunda crisis con la entrada de la era híbrida en la competición.
Fue en ese momento cuando los directores de la estructura de Red Bull, con sede en Milton Keynes, pusieron punto y final a su asociación con el gigante francés, y además, no dejaron títere con cabeza, terminando la relación de malas maneras. Los dardos envenenados sobrevolaron constantemente el paddock y las malas palabras y los reproches reinaron durante unos meses muy ajetreados en el universo de ambas marcas. Además, por si fuera poco, el equipo galo anunció durante ese periodo el fichaje de Daniel Ricciardo para la temporada 2019, quien se encontraba precisamente en las filas de Red Bull. “No tienes dinero para mejorar el motor que nos suministras, pero sí para llevarte a nuestro piloto”, le reprochó Christian Horner, director jefe de Red Bull, a Cyril Abiteboul, director jefe de Renault.
Por todo ello, las cicatrices de dicha ruptura están tardando mucho en suturar. De hecho, a día de hoy las cúpulas de ambas marcas casi no se pueden ni ver, y Abiteboul, a pesar de entonar el “mea culpa” en ciertos aspectos, ha sido muy crítico con los hombres de la bebida energética y las formas que tuvieron de separarse y de dirigirse hacia la prensa: “En 2014 estaban muy acostumbrados a grandes resultados y a los múltiples éxitos que conseguimos juntos. En cambio, ese año todo cambió, y esa racha llegó a su fin. El problema fue que nosotros dejamos de invertir el dinero necesario, tanto a nivel tecnológico, como de personal”, explicó honestamente Abiteboul. “No preocuparnos del futuro fue un error muy grave”, apuntó.
“Por otro lado, no nos gustó nada la forma de actuar que tuvieron ellos ante la prensa. No se resuelve nada criticando ante los micrófonos. Entendía la frustración que tenían, pero se pasaron de la raya cuando menospreciaron a la marca Renault como tal, y no sólo a nuestro motor”, finalizó el director jefe de la marca francesa.
Como en la mayoría de los divorcios, una parte salió vencedora y en este caso fue claramente Red Bull. Su sorprendente unión con Honda, como nuevo suministrador de motores, no ha mermado su rendimiento, sino que por el contrario gracias a ellos están volviendo por sus fueros en un entorno de trabajo y desarrollo favorable. En cambio, el extenso capital que los de Milton Keynes dejaron de pagar a Renault tras su ruptura no ha ayudado para nada a los franceses, que están viviendo una temporada muy complicada en la zona media de la parrilla.
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