¿Por qué no tiene sentido dudar del talento de Sainz?
Carlos Sainz se ha consolidado en la Fórmula 1. Los críticos que apuntaban que el madrileño únicamente estaba en la F1 por “ser hijo de” cada vez están más escondidos.
Por suerte o por desgracia para él, Carlos Sainz siempre tuvo y siempre tendrá la figura y la sombra de su padre persiguiéndolo. Gracias a él, a su fama y a su poder adquisitivo, el pequeño comenzó a dar los pasos iniciales en un mundo muy caro hasta que los ojeadores de Red Bull se fijaron en él y lo incluyeron en su programa de jóvenes talentos. Sus inicios fueron buenos, pero nada brillantes. En cambio, todo dio un vuelco cuando, tras recibir un “ultimátum” de la marca de bebidas energéticas, se proclamó en 2014 campeón de la Fórmula Renault 3.5 Series de forma cómoda, ganando siete de 17 carreras y aventajando en 35 puntos al subcampeón, Pierre Gasly. En dicho campeonato también participaron pilotos que terminaron llegando a la máxima competición más tarde, como Esteban Ocon, Roberto Mehri, el nombrado Pierre Gasly, Sergey Sirotkin, Will Stevens, o algunos que aún se encuentran en la antesala de la Fórmula 1, como Nicholas Latifi o Luca Ghiotto. Es cierto, ser hijo de un bicampeón mundial de rallies le dio ciertos privilegios que facilitaron su entrada en la academia de Red Bull, pero el joven Carlos también tuvo que soportar las miradas y recelos de todos sus rivales que lo señalaban con el dedo y deseaban batirlo por encima de todas las cosas durante sus años en el karting.
Una vez que llegó a la Fórmula 1 como miembro oficial del equipo Toro Rosso, se podría pensar que estas acusaciones dejarían de escucharse, pero no fue así. ¿Quién en su sano juicio puede pensar que una estructura como Red Bull va a dar el volante de uno de sus monoplazas a alguien por ser simplemente “hijo de”, en vez de por su verdadero potencial? Poco a poco, con el paso de los años, Carlos Sainz, o “Chili”, como le apodan sus amigos y ahora también las personas del paddock, ha ido consolidándose en la competición como un piloto de la nueva hornada que aterrizó para quedarse.
Sus comienzos en “el gran circo” no pudieron ser más desafiantes. El madrileño compartió equipo ni más ni menos que con “el nuevo Senna”: Max Verstappen. A diferencia de Gasly en este 2019, Sainz pudo mantener un nivel similar al holandés, perdiendo la batalla en clasificación 9-10 a favor del de Hasselt. En cambio, al término de la temporada la diferencia de puntos entre ambos pilotos fue bastante amplia: 31 puntos. En cambio, si lo analizamos detalladamente nos damos cuenta que tal diferencia no es “justa”. Por ejemplo, Max Verstappen logró dos cuartas posiciones que lo catapultaron en el mundial (24 de sus 49 puntos). ¿Qué hizo Carlos en esos dos grandes premios? El primero de ellos fue en Hungría. A falta de 20 vueltas para la finalización de la carrera, el holandés rodaba en quinta plaza y el español en sexta, pero una avería en su monoplaza lo obligó a detener el monoplaza perdiendo un buen botín de puntos. La otra carrera estelar de Max Verstappen fue en Austin, bajo agua. Mientras que el de Hasselt remontó del décimo puesto hasta el cuarto, Sainz alcanzó el séptimo puesto ¡partiendo desde el último lugar! Además, cruzó la línea en sexta plaza, pero una penalización de cinco segundos lo relegó a la séptima posición final. En 2015 no había podido con Max, pero estuvo más o menos a la altura de uno de los pilotos que está llamado a ser una leyenda de la competición.
La temporada 2016 comenzó sin grandes novedades. En cambio, para la quinta carrera del año Red Bull dio el bombazo. Max Verstappen pasó de Toro Rosso (equipo “B” de Red Bull) a Red Bull, mientras que Daniil Kvyat hizo el camino inverso. 42. 42 fueron los puntos que endosó el español al ruso en las carreras que estuvieron junto hasta final de año, combinado con un 11-6 en las sesiones de clasificación. Si bien Kvyat podía tener la moral por los suelos tras su descenso, estamos hablando de un piloto que en 2015 superó a su compañero de equipo, Daniel Ricciardo, quien un año atrás había dejado por el suelo al tetracampeón mundial Sebastian Vettel.
Llegamos a 2017, donde ya es la figura principal, estable y competitiva de Toro Rosso, mientras busca un asiento en un equipo que le proporcione un monoplaza al nivel de sus habilidades. Su compañero de filas volvió a ser de nuevo Daniil Kvyat, quien no consiguió terminar la temporada, entre otras cosas debido al tremendo rapapolvo que le estaba endosando el madrileño. A falta de seis carreras Sainz acumulaba 48 puntos, por los 4 del ruso. Además, ante la imposibilidad de ser promocionado a Red Bull, debido a que en sus filas se encontraban dos pilotos prácticamente intocables y de prestigio como Riccciardo y su ex compañero Verstappen, el español pone la mira en otros horizontes y termina recalando en Renault, mítica escudería francesa, para el final de año y 2018.
Allí, y junto a uno de los pilotos más experimentados y reputados de toda la parrilla, Nico Hulkenberg, “Chili” no puede vencer al germano en su lucha particular. Las jornadas de clasificación de los sábados terminaron con un 12-9 favorable a Hulkenberg. A su vez, el de Alemania acumuló 69 puntos a final de año, mientras que Sainz ayudó a su equipo a consolidarse en la cuarta posición en el mundial de constructores con 53 puntos más.
Nos encontrábamos a mediados de 2018 cuando salta la noticia bomba. Daniel Ricciardo decide abandonar Red Bull y aterrizar en Renault, lo que dejó a Sainz sin volante para la temporada 2019. En cambio, sus actuaciones no habían pasado desapercibidos, y rápidamente McLaren, quien perdía a Fernando Alonso a final de año, se hizo con sus servicios para las temporadas 2019 y 2020. Cómo le está yendo en su primer año en la escudería de Woking ya es sabido por todos. El monoplaza anglosajón ha dado un salto de calidad y Carlos está consiguiendo sacar el 110% de su bólido cada fin de semana. Actualmente se encuentra séptimo en la clasificación, primero del “resto”, ya que los tres equipos punteros parecen inalcanzables, excepto por Pierre Gasly que sólo aventaja a Sainz en 5 puntos. Además, el español acumula 58 puntos, por los 24 de su compañero, y gran estrella emergente británica, Lando Norris.
En definitiva, la teoría de que Sainz llegó a la Fórmula 1 en gran medida gracias a su padre y su poder podría tener parte de verdad. En cambio, si a día de hoy hay quien sigue afirmando que no tiene nivel para la Fórmula 1, o que todo y absolutamente todo ha sido trabajo de papá, está muy equivocado. Sólo hay que mirar los resultados y las buenas palabras que salen de todo el mundo hacia el joven madrileño.
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