Cinco son las carreras que lleva el gran circo esta temporada y Ferrari aún está por ganar. Sebastian Vettel, quien terminó la temporada 2018 de forma muy irregular, no consiguió vencer ninguna de las últimas ocho pruebas, y sólo se subió al podio en cuatro de ellas, tampoco ha comenzado este 2019 con buen pie. El tetracampeón mundial está siendo foco de las críticas de los tifosi por su bajo rendimiento. El de Heppenheim acumula dos terceros puestos como mejor resultado en 2019, y en varias etapas del año se ha visto muy superado por su nuevo compañero de equipo, Charles Leclerc.

Así las cosas, Sebastian Vettel fue preguntado acerca de su mediocre rendimiento. El germano encontró en las deficiencias del monoplaza su escudo, y apuntó que le falta confianza con el bólido rojo debido a lo difícil que resulta su conducción.

‘Para nosotros es más difícil hacer funcionar el monoplaza como nos gustaría. Además, en un circuito como Bakú, con los muros tan cerca y los pasos por curva tan rápidos, necesitas confianza en su comportamiento, y yo todavía no la tengo del todo. Creo que no estoy pilotando lo mejor que puedo porque simplemente el coche no responde a mi gusto’, comentó.

Vettel contó durante sus años gloriosos en Red Bull, sobre todo en 2011 y 2013, con un monoplaza que parecía ir sobre raíles. No hacía correcciones, no cometía errores, no se mostraba impredecible… En cambio, contar siempre con un coche tan perfecto simplemente no es viable, y es ahora, cuando Sebastian se encuentra con un bólido algo más exigente, cuando se escuda en sus deficiencias y en la necesidad de encontrar un equilibrio que le permita rodar al 110%.

‘Cuando falta rendimiento piensas en no arriesgarte en exceso, ya que si lo haces puedes acabar perdiendo el control. Sí, la pretemporada fue muy buena y esperanzadora, pero de eso hace mucho tiempo ya. Tenemos que mirar hacia adelante y mejorar la forma en la que trabajamos para lograr ser más competitivos y dar caza a Mercedes’, finalizó el líder de Ferrari.

Es evidente que Sebastian no se siente cómodo con el monoplaza italiano. Al igual que en 2014, cuando Daniel Ricciardo aterrizó en Red Bull y le puso el mundo patas arriba al alemán, Leclerc también está siendo un verdadero dolor de muelas. La presión desde Maranello aumenta sobre las espaldas del tetracampeón mundial que expresa como puede su impotencia a la hora de hacer funcionar el bólido rojo como él quisiera. ¿Ayudarán al alemán las mejoras que traerá la marca del ‘Cavalino Rampante’ al Gran Premio de España, o se verá de nuevo superado por un Charles Leclerc hambriento de éxitos?

También te podría interesar: Marko cree que Ricciardo fue engañado por las dulces palabras del equipo francés.