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La F1 también tiene tiempos lentos - Análisis de Diego Zorrero

Si bien es sabido que son solo test, y no todos muestran todo en cada pretemporada, pareciera que ...

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La F1 también tiene tiempos lentos - Análisis de Diego Zorrero
Fuente imagen: Diego Zorrero

Si bien es sabido que son solo test, y no todos muestran todo en cada pretemporada, pareciera que este año algunas cosas se vislumbran con mayor certeza que en otras épocas, cuando algunos autos salían con menor peso en sus monoplazas para ser rápidos, captar mayor atención, y quizás generar algún acuerdo de patrocinio que necesitaba un empujón de confianza en el proyecto, a poco de empezar un campeonato.

Por otro lado, los test de Barcelona 2019, nos han vuelto a mostrar, cuán rápido se recupera el tiempo perdido por un cambio reglamentario. Porque salvo el último gran cambio, en el que se ensancharon las gomas y se aumentaron las cargas aerodinámicas para generar más velocidad de curva, generalmente las modificaciones se suelen hacer para hacer menos perfectos los autos, más lentos o difíciles de manejar y de poner a punto, e intentar alcanzar esa zanahoria a la que nunca llegamos: mejorar el espectáculo con mayores sobrepasos.

La F1 de 2019 ya gira en los mismos tiempos que la de 2018, confirmando el diagnóstico de Enrique Scalabroni dicho aquí, en el Podcast MotorLat, “Lo aprendido en cada desarrollo que se hizo a lo largo de la historia en la F1, deja un adelanto tecnológico imposible de frenar. Con el efecto suelo, los ingenieros aprendieron de dinámica del aire, y aunque después lo prohibieron, el conocimiento quedó y se llegó a los mismos resultados por otros caminos. Las suspensiones activas enseñaron de electrónica e hidráulica a los ingenieros. La prohibieron, pero lo que se avanzó en esas dos áreas, permitió que se siga siendo cada vez más rápido, aun a pesar de la prohibición.” Conclusión. No hay modo de detener el conocimiento y el avance que ese conocimiento genera.

Podcast Motorlat - Análisis Primeros Tests 2019

Finalmente, las gomas. Ese componente que hace a un auto de carreras mucho más lento o mucho más rápido de lo que podría ser de acuerdo a su diseño. Cuánto se habrá recuperado de 2018 a 2019 a partir de los 5 compuestos de gomas que Pirelli puso en pista en estas dos semanas de Test, quizás no lo sabremos por ahora. Pero que la goma rompe relojes si los fabricantes quieren, es una certeza absoluta.

Todos estos son datos duros, que nos muestran lo rápida que es la F1 de esta era, de estas décadas, probablemente para mejor decir.

Pero hay tiempos que no son rápidos, más bien, son cada vez más lentos.

La evolución de los equipos de trabajo, el desarrollo de un concepto, de un auto, de un motor, de un sistema, es cada vez más lento. Y eso se choca contra la vertiginosidad de la vida moderna, de la urgencia de resultados que requieren inversiones millonarias, de las necesidades de los hombres por no quedar afuera del sistema.

Los procesos siguen siendo lentos. Y la prueba la tenemos con los tres equipos más emblemáticos de la F1, los más antiguos de todos los que quedan en la parrilla, como Ferrari, McLaren o Williams.

Ferrari ha tenido largos ciclos de abstinencia. El artículo de Raimon Duran en esta misma plataforma maravillosa de análisis que es MotorLat.com, deja prueba de ello. Les dejo el link para leerlo porque realmente vale la pena


Ahora sí, Ferrari tiene que ganar. - Test de Pretemporada, día 7, por Raimon Duran

En Maranello ha empezado una transformación que quizás pueda compararse con aquella de 1996, cuando Schumacher, Todt, Brown y Byrne, convirtieron un equipo italiano, en un equipo italiano-sajón y ganaron todo lo que ganaron. No sabremos si los resultados que tenga Ferrari en este nuevo ciclo se puedan parecer a aquellos. Schumacher llegó a Ferrari en 1996, pero fue Campeón recién en 2000. Le llevó 4 temporadas. Vettel llegó a Módena en 2015, sus cuatro años ya pasaron sin ese título, pero el equipo no es el mismo del 2015, de hecho, incluso este año cambia la cabeza, nada menos. El nuevo Todt (perdón Sr Presidente, por la comparación) era Arrivabene, pero desde 2019 es Mattia Binotto. No sabremos cuánto tiempo llevará su gestión en llegar a la cúspide de funcionamiento. No deberían ser cuatro años, no estamos seguros cuánto será. Lo que sí es seguro, es que el progreso existe, y parecen estar un paso delante de 2018.

McLaren lleva seis años sin victorias. El proceso lento de caída empezó con dos temporadas mientras seguía con Mercedes, y luego vino otro más lento aún, de cuatro años. Lento en tiempos de evolución y en tiempos de vuelta en una pista. Tres de esos años fueron con Honda y Alonso. Con las urgencias de los británicos por reverdecer laureles y de Alonso por pelear por victorias, no hubo tiempo de crecer progresivamente. De hecho, tras cuatro años, dos con Honda, expulsaron a Ron Dennis como si hubiera sido el culpable de todo el lento proceso de derrumbe deportivo de McLaren. El cambio a Renault era una urgencia, y el resultado no era lógico que fuera muy bueno. En Viry-Chatillon, ni siquiera tienen un box virtual como sí tenían de Red Bull y su propio equipo Renault. McLaren era sólo un cliente, y recién para este año pudo diseñar un auto pensado para ese motor. El motor hoy no es un motor, es una unidad de potencia compleja, con muchos periféricos, que si no están instalados del modo que es necesario, probablemente no funcionen. Este año, al menos en las pruebas, se ha visto mucha confiabilidad y buenos cronos. El tiempo dirá, pero pareciera que se ha dado un paso adelante.

Williams es la cara contraria de la misma moneda. El proceso es muy lento, y sigue en picada. La última vez que un Williams ganó un GP, fue justamente en Barcelona, con Pastor Maldonado en 2012. Pero el equipo venía de una abstinencia de 8 años desde que Juan Pablo Montoya ganó en la última del 2004. En estos 14 años, Williams cambió 6 veces de motor. Nunca tuvo, salvo ahora, más de 3 años el mismo impulsor. El proceso es lento, pero de destrucción. No hay plan sostenido en el tiempo. El mismo error de McLaren. Las mismas urgencias por resolver problemas económicos o deportivos.

Esa es la paradoja. En la categoría que más rápido evoluciona, la que menos tiempo tarda en romper un freno reglamentario y seguir la carrera de performance, los tiempos de los procesos son lentos.

Es lamentable que la urgencia de Alonso haya precipitado todo en McLaren, es lamentable que la urgencia de Arrivabene haya hecho estragos con un gran año de Ferrari. Williams se cavó su propia fosa.

Enfrente, Renault volvió diciendo que van a subir la escalera lentamente y hacen los cambios de a uno, para subir. Si cambian todo a cada rato, nunca sabrán qué era lo que había que cambiar porque no funcionaba, y qué debían dejar porque servía. Por eso quizás se quedó Hulkemberg. Como referencia conocida.

En Red Bull se aseguraron que Max Verstappen esté contento y se quede. Esa es la apuesta. El auto es siempre el mejor, el equipo es siempre el mismo. Padecían con el motor. Hicieron solo ese cambio, después de probar un año completo con Honda en Toro Rosso. Eso es método de trabajo. Eso es paciencia y serenidad.

Lo que ocurre es que cada año de desarrollo es costosísimo. Y cada vez hay menos billeteras que puedan pagar un año de aprendizaje.


En la Fórmula 1 deberán debatir si este formato les permitirá seguir funcionando, o si el mundo se los llevará por delante, y deban cambiar parte de su esencia para mantenerse en el pináculo de la ingeniería automotriz mundial.


Diego Zorrero

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