Cuando hablamos de batallas, de cara a cara, de lucha indomable y guerreros insaciables, la Fórmula 1 entiende de ello. En lo que llevamos de siglo XXI, uno de los duelos más destacados del mismo es el protagonizado por el káiser Michael Schumacher, siete veces campeón del mundo, y el español Fernando Alonso, bicampeón. Repasamos este duelo frenético entre ellos.

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Si bien ya coincidieron en pista en el año 2001, cuando el español debutaba en la categoría en el equipo Minardi, las características del F2001 y el PS01 eran completamente distantes: mientras que el germano se encaraba hacia su cuarto campeonato del mundo, el español luchaba por terminar las carreras y adquirir experiencia con un monoplaza de la zona baja. Schumacher ganaría el mundial en Hungría, a falta de 4 carreras de terminar.

Alonso fichó por Renault en el año 2002, pero no debutaría con los franceses hasta el siguiente año, 2003: el equipo estaba compuesto por Jarno Trulli y Jenson Button, éste último sería el sacrificado para el ascenso del español.

En dicha temporada, el asturiano no sería aún un rival discutible para, en aquel entonces, el pentacampeón del mundo. No obstante, empezó a mostrar de lo que era capaz a manos del R23: consiguió su primera pole en su segunda carrera, en el Gran Premio de Malasia, y terminaría tercero en carrera, siendo este el primer podio en su carrera, en un GP que ganó Kimi Raikkönen, quien sería el rival de Schumacher por el campeonato.

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Su segunda pole fue en Hungría, en un fin de semana que marcaría para la historia personal y de España. Fernando Alonso, en una carrera que lideró de principio a fin, consiguió su primera victoria en la Fórmula 1 y la primera para su país. Un dato destacable de aquella carrera fue que Michael Schumacher, su rival, terminaría doblado por el propio piloto de Renault.

A pesar de este hito histórico, la fiabilidad del Renault no terminó de acompañarlo en la temporada, donde terminaría 6º con 55 puntos. 2003 fue el año en el que Michael Schumacher conseguiría su sexta corona: 5 poles, 6 victorias y 8 podios auparon al teutón a encabezar en solitario la clasificación histórica de campeones, desempatando en su momento con Juan Manuel Fangio (5).

Pasando a 2004, el alemán fue el dominador indiscutible: estuvo inalcanzable, tanto él como el equipo Ferrari. En 18 carreras, el alemán subió 15 veces al podio, siendo 13 de ellas victorias, lo que supuso el récord histórico de mayor número de victorias de un piloto en una temporada (hasta el día de hoy, solo lo ha podido igualar Sebastian Vettel en 2013). Consiguió su séptima y última corona con 148 puntos de 180 disputados (82,2%).

Ferrari estaba en otro nivel, copando los dos primeros puestos de la clasificación con bastante diferencia sobre el tercero, que no fue otro que Jenson Button. El inglés, piloto del equipo BAR Honda, pudo explotar su potencial y finalizar como el principal rival, o mejor dicho, el siguiente en discordia tras los de Maranello.

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Por su parte, Alonso solo pudo conseguir 1 pole en Francia y 4 podios en Australia (3º), Francia (2º), Alemania (3º) y Hungría (3º), podios en los que lideró Michael Schumacher. Renault pudo salvar una victoria en Monaco de la mano de Jarno Trulli, pero no fue el año de los franceses, que terminaron cediendo el subcampeonato de Constructores con BAR Honda.

2005 fue un año de redención, una campaña en la que los tornos dieron una vuelta de 180º, una temporada del ‘nacimiento’ de un campeón del mundo. Alonso y Renault no fallaron, despertaron y despuntaron como nunca y pudieron asegurarse ambos campeonatos.

Alonso estuvo ante su primera gran oportunidad de coronarse como campeón del mundo, y aprovechó el buen momento del Renault y la bajada de rendimiento del equipo Ferrari. 7 victorias en su mano y 15 podios en las 19 carreras que disputaron. Por contra, Michael Schumacher se subió en 5 ocasiones al podio, y solo venció en una ocasión, en aquel nefasto Gran Premio de los Estados Unidos en la que solo participaron los equipos que calzaban neumáticos Bridgestone: Ferrari, Jordan y Minardi.

En la lucha entre los dos protagonistas de estas rivalidad cabe destacar dos momentos clave en la temporada. En primer lugar, la victoria de Fernando Alonso sobre Michael Schumacher en el Gran Premio de San Marino, en Imola, en una lucha encarnizada en la que el español tuvo que defender el liderato de la carrera del Káiser en gran parte del final de la misma. Ganar en casa de Ferrari fue un mazazo importante.

Por otro lado, ya con Alonso coronado, fue aquel espectacular adelantamiento del español sobre el alemán por el exterior de la 130R en Suzuka, en el Gran Premio de Japón. Con los coches de aquel entonces, con menor carga que los actuales, parecía impensable que pudiese ocurrir una pasada ahí. Pero así fue.

En definitiva, en 2005 Renault y Fernando Alonso pasaron por encima de Ferrari y Michael Schumacher. Fue un año en el que el principal rival podría haber sido Kimi Raikkönen, pero su coche se definía como una de cal y otra de arena: era un coche muy rápido, pero la fiabilidad golpeaba constantemente.

La rivalidad tocaba a su fin en 2006, año en el que el heptacampeón del mundo anunciaría su retirada. De estas temporadas, quizá fue la que más rodeada de polémica estuvo por parte de los equipos Renault y Ferrari. Fernando Alonso se coronó bicampeón en la cita final en Brasil, con un Schumacher que luchó hasta el último momento.

El español repitió las 7 victorias del año anterior, y subió hasta en 14 ocasiones al podio, contando dos abandonos: el fallo en el famoso pit stop de Hungría y una rotura de motor en Monza. El germano lo igualó a victorias (7) y abandonos (2), en un accidente en Australia y la rotura de motor en Japón que ayudó a su rival a encarar la victoria.

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La temporada del asturiano empezó de una forma meteórica: en las 9 primeras carreras no se bajó del primer o segundo puesto, con sendas victorias en Bahrein, Australia, España, Mónaco, Gran Bretaña y Canadá. En las calles de Montecarlo se vivió una de las polémicas del año: el famoso aparcamiento en ‘La Rascasse’ de Schumacher. El español, entre otros pilotos, vio afectada su vuelta de clasificación, y terminó con el segundo mejor tiempo. Tras quejas de los demás equipos, los tiempos del alemán fueron eliminados y empezó la carrera desde la parte trasera de la parrilla. El español no desaprovechó su pole y venció.

En otro punto de la temporada, el famoso ‘Mass Damper’ de Renault fue puesto en entredicho, y la FIA terminó por restringirlo, ya que no entraba en las regulaciones técnicas. El efecto de dicha restricción se vio claramente en la carrera posterior, en la que los monoplazas del equipo francés sufrieron incluso para obtener puntos.

La carrera en Italia no estaba hecha para el español. Durante la clasificación final, Alonso fue acusado de obstaculizar a Felipe Massa en su vuelta rápida, por lo que fue penalizado con puestos en la parrilla de salida. En dicha carrera, el español parecía remontar posiciones, lo que era necesario para ceder la menor cantidad de puntos a su rival de Ferrari. No obstante, el motor Renault dentro del R26 dijo basta y terminó abandonando.

Por su parte, Michael estaba en el punto álgido de su temporada, remontando un inicio algo irregular. La victoria en Italia fue la sexta de la temporada, igualando al ovetense, y supondría un momento especial en la campaña. Michael Schumacher, con 7 mundiales en su haber, 90 victorias y 153 podios (aun faltaría la victoria en China), anunciaba su retirada de la competición. ¡Y qué mejor retirada que con victoria en casa de Ferrari y con los Tifosi bajo el podio!

La carrera de Japón fue crucial. Con Schumacher remontando y dominando la carrera y matemáticamente igualando a Fernando en la tabla de clasificación, su motor dijo basta y Alonso se llevó la victoria que supondría un colchón de puntos para la cita en Brasil. Y en Interlagos, el de Renault no falló, y se despidió del equipo francés coronándose como bicampeón del mundo, tanto de pilotos como de Constructores.

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Tras algunos años en los que seguía estando vinculado al equipo Ferrari, probando el coche en pretemporada y funcionando como piloto de pruebas de los italianos (incluso con la opción de haber sustituido a Felipe Massa tras su grave accidente en Hungría en el año 2009), Michael Schumacher decidió volver a la Fórmula 1 con el equipo Mercedes, con Nico Rosberg como compañero.

No obstante, esta vuelta a la competición solo duró tres años, en los que el alemán y su rival español, ahora en Ferrari, apenas se encontraron y rivalizaron como en antaño. Puede haber tres momentos destacables de esta etapa: en primer lugar, el adelantamiento en ‘La Rascasse’ de Schumi a Alonso en la última vuelta del Gran Premio de Mónaco 2010, con la salida reciente del coche de seguridad, y que le supuso a posteriori una sanción de tiempo.

También en Mónaco tuvo lugar la última pole position del alemán. Fue en 2012, pero fue sancionado a posteriori con algunos puestos en parrilla, por lo que perdió una potencial posibilidad de luchar por una victoria.

Por último, y emocionante para ambos, compartieron podio en el Gran Premio de Europa de 2012, en el Circuito Urbano de Valencia. Fernando Alonso partió undécimo y, acompañado por algo de suerte, se llevó el triunfo en su tierra. Por su parte, Schumacher finalizó tercero en el que sería su último podio, un podio especial para Ferrari y para Andrea Stella, ya que había trabajado con los tres como ingeniero de pista (el segundo en carrera fue Kimi Raikkönen).

En definitiva, la rivalidad Alonso-Schumacher ha sido una de las más destacables de lo que llevamos en el siglo XXI, y posiblemente de la historia de la Fórmula 1. El respeto mutuo existía, dentro y fuera de la pista. Dos grandes nombres que quedarán en la memoria de la categoría y de los espectadores que pudieron, y pudimos, disfrutarlos.