Nunca llueve a gusto de todos, una frase hecha que todos conocemos, que es muy cierta. Aplicada a las penalizaciones en Fórmula 1, la cuestión es clara. Si ésta es aplicada a mi piloto es injusta, si se le aplica a su rival es la justicia hecha sanción. ¿Por qué digo esto?

Hubo mucho debate sobre todo tras la sanción a Vettel en Canadá y tras la “no sanción” a Verstappen en Austria. Al final una gran parte de personajes relacionados con el automovilismo, y de aficionados a la Fórmula 1, se posicionaron a favor de no penalizar y dejar a los pilotos correr libremente.

Yo estoy totalmente de acuerdo con ello. Dejemos a los pilotos correr libremente, siempre dentro del reglamento y siempre que no incurran en situaciones peligrosas -de verdad-, o exista contacto. De hecho, me parece una gran idea haber recuperado el uso de la bandera blanca y negra, que parecía haber caído en el olvido en la categoría reina. Una forma de avisar al piloto de que una acción ha estado al límite, que no la repita o será sancionado. Para mi es mucho mejor que sancionar a la primera -repito, siempre que no haya sido una situación que haya puesto en peligro real a otro piloto o siempre que no haya habido contacto-.

¿Dónde está el problema? ¿Dónde está el debate? Desde la carrera del domingo estoy leyendo muchas opiniones sobre que deberían haber sancionado a Leclerc por su “encuentro” con Hamilton, después de que el de Mercedes debiera salirse de pista en la lucha coche a coche con el monegasco. Puedo entender a quién opine eso, ya que el automovilismo se puede “leer” desde muchos puntos de vista. Lo que no puedo entender es que siempre haya quejas de que la FIA sanciona cuando los pilotos están luchando al límite y que no dejan libertad a los pilotos para correr, y cuando finalmente deciden escuchar las opiniones de expertos y aficionados y no sancionar a la primera, aparecen las quejas. ¿Qué queremos realmente? Yo, personalmente, prefiero un deporte en el que se deje luchar a los deportistas por la mejor posición posible -vuelvo a repetir, dentro del reglamento y con seguridad-.

El problema también está en que en el pasado nos hemos encontrado con inconsistencias a la hora de aplicar penalizaciones. Una misma acción, realizada en carreras diferentes y protagonizada por diferentes pilotos, no ha tenido la misma reacción por parte de los comisarios, y eso es lo que no es posible, a mi entender, en un deporte serio. Si se decide penalizar un tipo de acción, que sea así siempre. Por eso no entiendo que algunos se lleven las manos a la cabeza por no penalizar a Leclerc este fin de semana, y que a todos nos pareciera correcto que no penalizaran a Verstappen en Austria por una situación similar, ya que sentaba un precedente en la mejora del espectáculo y del deporte.

Creo que si la FIA se mantiene firme en sus actuaciones y es consistente -es decir, penalizar o no penalizar midiendo con el mismo rasero todas las situaciones, no de forma aleatoria- el deporte puede ganar mucho y, en consecuencia, los aficionados podremos disfrutar de una Fórmula 1 real, al límite, viendo la calidad real de los pilotos, no viendo pilotos cohibidos por no ser penalizados.

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