A pesar de que en las cúpulas de las motos de competición existen paneles cada vez más grandes y capacitados para recibir información desde el pit lane, los conocidos dashboard, las pizarras siguen jugando una gran baza en el transcurso de un Gran Premio, enviando información concreta y concisa a los pilotos desde el muro de boxes.

A día de hoy, en las retransmisiones de carreras de MotoGP, nos hemos acostumbrado a ver constantemente como a un piloto X le sugieren un tipo específico de mapping, le indican que debe ceder una posición tras alguna acción polémica e incluso les hacían llegar las penalizaciones al dashboard. Quizá por ello hayan pasado a un segundo plano las pizarras que se muestran desde los muros de boxes, aunque éstas siguen siendo igual o más importantes que las pantallas.

Las pizarras utilizan una estructura muy sencilla: un tipo de reja con el nombre o número del piloto correspondiente, y con espacio para colocar las respectivas tablas para aportar la información. Los ejemplos más claros son: mostrar el número de vueltas que faltan, la posición en la que está el piloto, la distancia con sus contrincantes, el tiempo de vuelta, mensajes en clave sobre en qué curvas mejorar o informar de que alguien ha abandonado con el mensaje más claro posible: K.O.

Aunque no todo ha de ser seriedad e información. Y es que las pizarras también se utilizan para enviar mensajes de celebración. Siempre queda bonito celebrar un podio, una victoria o un mundial a lo grande, ya desde que cruzas la meta. Por ejemplo, la sensación de un piloto al ver un cartel que diga WORLD CHAMPION! es inimaginable. Como fue el caso de Marc Màrquez en el pasado Gran Premio de Japón, en la que además de la celebración tipo videojuegos, quedó claro quién fue campeón del mundo con solamente ver la pizarra del 93. El famoso mensaje de Level 7: World Champion 2018 simbolizando el que suponía su séptimo título mundialista.