Marc Márquez ha sufrido un año marcado por la lesión de su brazo. Su estilo de pilotaje al límite hicieron que se lesionase a principios del año pasado. Durante los ocho meses que ha estado sin pilotar Márquez ha aprendido a ser más paciente, pero afirma que no cambiará su forma de pilotar. 

El piloto de Honda ha sido el protagonista del reportaje Sin Miedos que ha emitido Dazn. Después de ocho meses de su lesión, Márquez habla claramente de todo lo que implicó ese momento para él. 

🔊 "Los pilotos tenemos una virtud que a veces se convierte en defecto: no vemos el miedo".

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“En el momento de la caída, lo primero que pienso es cero punto en el campeonato. Luego, lógicamente, cuando paro de dar vueltas, veo que algo no funciona bien en el brazo y enseguida vi que se había roto”, explica. 

Pero, tan solo dos días después de haberse operado las ganas y el coraje de Márquez seguían intactas y tenía claro que estaba fuerte para volver a la competición. 

Los doctores también le habían dado el visto bueno para volver y estar presente en la segunda carrera de Jerez. Aún así, sobre su regreso tan reciente, Marc Márquez explica que “la responsabilidad final de correr es mía, aunque después de la primera operación me siento seguro de volver, además si te dicen que puedes hacer ciertas cosas, pues las haces". 

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El sufrimiento de Márquez se alargaría por más meses en el tiempo. Después de esa primera operación, la placa de su brazo se rompió debido a todo el estrés al que estuvo sometida. 

Esto conllevó a otra operación para tratar de sustituir la placa por otra más resistente. “En ese momento en que la placa se rompe pensé:  temporada acabada en el sentido de que no podía luchar por el campeonato. No me imaginaba que no volvería a correr esa temporada”. 

“La lesión me enseñó que todo puede acabar cuando menos te lo esperas” 

Marc Márquez es un piloto que se caracteriza por su estilo arriesgado en dónde el miedo no tiene cabida. No está acostumbrado a sentir miedo cuando pilota, porque, afirma, que si no, no podría haber conseguido todo lo que ha conseguido. 

"En mi día a día si no existe el riesgo me aburro. Ir a esquiar si no bajo al límite, no tiene sentido. No sé hacer las cosas sin tener un cierto riesgo, pero no puedes estar siempre viviendo al límite porque al final lo encuentras”, comentó. 

Finalmente, encontró ese límite este año cuando se tuvo que someter a tres intervenciones para tratar de recuperar su brazo derecho. 

“Lo más duro fue después de la tercera operación porque me dolía todo el cuerpo. Después de dos días los médicos me dicen que puede ser que la infección del brazo siga y tenga que volver a operarme. Ahí se me viene todo encima”. 

Sin duda, para él, el miedo no está en la pista, si no en perder aquello que más le gusta hacer: pilotar. “La lesión me enseño que todo puede acabar cuando menos te lo esperes”. 

Pero, después de ocho meses de angustia, Marc Márquez empieza a ver el final del túnel para volver a competir y afirma que volverá a ser el mismo. “No tengo miedo de no volver a ser el mismo, porque si no puedo ser el mismo, no vuelvo”. 

Ahora está centrado en su recuperación completa. Sus mayores motivaciones son su equipo y toda la legión de fans que tiene a su espalda.

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