Ahora sí, lo ha vuelto a hacer. El de Cervera no podía hacer esperar más a los aficionados y sentenció en la primera oportunidad que tuvo el campeonato de MotoGP. Con tan solo 26 años el piloto español no se cansa de agrandar su leyenda. El ´93´ eligió el circuito de Tailandia para llevarse un triunfo sobre Quartararo que le convertía en campeón del mundo. Ahora, podemos decir que desde su debut en 2008 en 125cc, el catalán ya suma ocho mundiales, seis de ellos en MotoGP.

Solo tenia que sumar dos puntos más que Dovizioso y Márquez ya podía sumarse otro título mundial. A pesar del imprevisto de la caída del FP1, nada fue problema para el de Cervera que se mostró con una gran ventaja por delante de Dovizioso durante todo el fin de semana. Si hablamos de algún rival, ese es Quartararo, quien también protagonizó una carrera espectacular en la que lideró la mayoría de las vueltas. Sin embargo, en la última vuelta el español consiguió el adelantamiento final logrando su novena victoria del año.

“Ha sido una carrera perfecta, tal y como lo había soñado. Desde el jueves, después de la ventaja que tenía y sobre todo de cómo se había puesto el campeonato mi objetivo era ganar la carrera. Lo dije desde el jueves y lo demostré desde el viernes pese a la caída del sábado. Honda se lo merece, todavía quedan cuatro carreras, pero han trabajado muy bien y sin ellos nada habría sido posible”, declaró Márquez ante los medios al acabar la carrera.

Márquez también quiso opinar sobre sus compañeros y reconoció que “esperaba que pasara de todo, pero no el gran nivel que ha demostrado Fabio Quartararo”. Y añadió: “Esperaba un consistente Dovi, a Maverick y posiblemente a Suzuki. Fabio ha sido el outsider, nadie le esperaba este año. Decían que posiblemente habría subido muy pronto a MotoGP. Gracias a los rivales nuevos, cada año es diferente y este año ha sido él”.

Y ahora sí, desde el famoso “Give me five” de 2016, pasando por el “Big 6” de 2017, el famoso “Level 7” de 2018, llega la bola número 8 del billar y en eso consistió la celebración de Márquez en Tailandia. Tras coronarse en la pista, el de Honda tenía que embocar la bola negra con el número 8 en una pesa de billar presidida por Guillermo Carrillo, mecánico de su hermano Álex.  Toda la afición pudo presenciar como Márquez metió la bola a la primera después de cerrar el título mundial. Posteriormente, el de Honda se puso un casco negro, como no, con el número 8, y dio la vuelta de honor por todo el circuito junto con la bandera que recuerda que otro año más, es el campeón del mundo.

Por último, el de Cervera quiso dedicar el título a los suyos durante la rueda de prensa. “Esta victoria es para toda la gente que está a mi alrededor. Yo estoy ahora mismo aquí sentado solo pero detrás hay un equipo, el Repsol Honda Team, patrocinadores, familia, Cervera, y mucha gente a mi alrededor que me ayuda día a día. Uno puede ser muy bueno, pero si todo esto no está en su sitio es imposible demostrar el nivel que estamos mostrando”.