Tras el merecido descanso de verano para los pilotos y sus equipos, entramos en la semana del Gran Premio de la República Checa. El autódromo checo es un circuito con cambios de dirección y frenadas muy fuertes y si eso le sumamos su impredecible meteorología , se convierte en un circuito desafiante. Un punto clave para el éxito de los pilotos en la carrera, son los neumáticos. El año pasado tuvimos una carrera Flag to Flag, y éste año, según las predicciones, no se descarta que se repitan las condiciones para otra carrera Flag to Flag.

El circuito checo consta de 5.403 metros, una anchura de 15 metros y 8 curvas de derechas y 6 de izquierdas. Michelin, como siempre, pondrá a elección de los pilotos neumáticos blandos, medios o duros. Los delanteros serán simétricos mientras que los traseros serán asimétricos para ayudar a la hora del paso por curva. Michelin también proporcionará las opciones de mojado que serán blandos o medios, tanto para los delanteros como los traseros.

Brno es una de las pruebas del mundial más exigentes, situado en un entorno natural, con muchos desniveles, es decir, con muchas subidas y bajadas pero las frenadas y los cambios de dirección son lo que hará que los neumáticos se desgasten más rápido por lo que los pilotos deberán pensar su elección en función de la meteorología, la temperatura del asfalto y sus sensaciones.