Comenzaba la temporada y el italiano se mantenía en la parte baja de los puntos de manera prácticamente constante durante las tres primeras carreras del campeonato.

A partir del Gran Premio de Jerez fue cuando las cosas se empezaron a torcer cada vez más. En los entrenamientos del sábado sufrió una fuerte caída en la FP4 y mientras los ‘marshals’ lo sacaban de la pista en camilla el piloto mostraba su pulgar en alto para no preocupar a nadie. Aunque volvió a pie a su box, tuvo que ir al médico porque sufría de un gran dolor en su pie izquierdo.

Iannone se perdió de esta manera los clasificatorios, pero el médico le comunicó que no tenía ninguna fractura en el pie izquierdo, a pesar de que el piloto sentía mucho dolor y apenas podía apoyar el pie en el suelo. Al día siguiente volvió a pasar por la clínica móvil y el médico declaró que lamentablemente no podía correr el Gran Premio.

Tampoco pudo de esta manera participar en el test que se hizo al día siguiente en el mismo circuito de Jerez, donde Aprilia quería probar muchas novedades, entre ellas, un nuevo chasis y mucha electrónica.

En el Gran Premio de Le Mans tampoco tuvo mucho éxito y aún habiendo sido declarado ‘fit’ para correr, Iannone estuvo todo el fin de semana sintiendo dolor en su tobillo. A pesar de eso, tanto su equipo como él mismo decidieron intentarlo y aun habiendo adelantado a varios adversarios el domingo, tuvo que acabar retirándose por el dolor que aún sentía después de la tremenda caída que sufrió en Jerez.

“Por desgracia hoy no he podido terminar la carrera. El dolor en el tobillo se había vuelto demasiado fuerte. Cada día ha ido a peor y entre todos hemos decidido minimizar las consecuencias, pensando ya en Mugello”, explicó Iannone. “He cambiado la agenda de mis entrenamientos para así seguir en forma pero darle descanso al tobillo. Quiero llegar al 100% de condiciones porque en Italia siempre he conseguido buenos resultados.’’