Hace cinco años que comenzó la era de los motores turbo híbridos en la Fórmula 1. Cinco años de incuestionable dominio del equipo Mercedes, que esta temporada una vez más se ha alzado con el campeonato mundial de pilotos y el campeonato mundial de constructores. Sin embargo esta temporada el camino hacia la victoria  ha sido un poquito más complejo de lo que fue en temporadas anteriores.

Esta temporada el equipo Ferrari consiguió devolver a su monoplaza a lo más alto de la parrilla para plantarle cara a la escudería Mercedes, al menos durante las primeras citas del mundial. Donde la escudería de las flechas plateadas tuvo que enfrentarse a ciertas debilidades de su monoplaza, el cual comenzó la temporada con ciertas dificultades como la gestión de los neumáticos. Pero a pesar de todos los problemas los de Brackley no perdieron la calma, por lo que siguiendo su línea de trabajo y a lo largo de la temporada fueron introduciendo mejoras en su Mercedes AMG F1 W09. Las cuales devolvieron a su monoplaza su imbatibilidad tan preciada, convirtiéndolo finalmente en el campeón incuestionable del campeonato un año más.

Sin duda alguna una de las mejoras más polémicas que introduzco Mercedes esta temporada fueron las llantas. Desde el Gran Premio de Spa-Francorchamps, el Mercedes AMG F1 W09 incorporó un nuevo diseño de llantas que incluían unos pequeños orificios extra para ayudar a enfriar sus neumáticos traseros. Una idea parecida al concepto que presentaba Red Bull en el año 2012 y que fue prohibido por considerarse un elemento aerodinámico móvil.

De este modo las protestas e interrogantes por parte del equipo Ferrari no tardaron en llegar, y es que su máximo rival en el campeonato interpelo a la FIA para conocer hasta qué punto bailaba en los límites de la legalidad la nueva mejora introducida por Mercedes; y si ellos también podrían trabajar  en el desarrollo de su propio concepto.

Dado que desde su introducción la mejoría en el rendimiento de los monoplazas era absolutamente tangible, proporcionándole a Mercedes cuatro victorias consecutivas hasta el Gran Premio de Japón. Sin embargo a pesar de que la FIA otorgó a las llantas el estatus de “ilegalidad limitada”, dio el visto bueno para su uso. Aun así Mercedes decidió no montarlas a partir del Gran Premio de Estados Unidos para evitar posibles problemas venideros, además de las evidentes protestas por parte del equipo Ferrari. Mientras que Charlie Whiting pospuso la decisión definitiva para la próxima temporada: "Mientras tanto, me imagino que una vez que acabe esta temporada, intentaremos hacer algo al respecto en el Grupo Técnico de Trabajo".

De cualquier modo esto no se convirtió en un problema para Mercedes; como bien recoge Giorgio Piola en Motorsport.com, el equipo de Brackley tenía un innumerable número de actualizaciones y mejoras para llevar a su monoplaza a lo más alto.

Como adaptaciones en el tambor de freno para adaptarse a los circuitos, además de una pequeña modificación en el conducto del freno delantero, que agranda y divide una de las aletas montadas sobre él.

Adaptaciones y modificaciones en los alerones traseros y delanteros. Como en Singapur donde el equipo llevó un alerón trasero con mayor carga aerodinámica, eliminando las cavidades laterales para sustituirlas para una ranura alargada en la parte trasera del endplate. Además en Singapur probaron una serie de tres alerones en la parte frontal del halo.

Sin embargo estas no fueron las únicas mejoras introducidas por Mercedes, pudimos ver actualizaciones en la suspensión, generadores de vórtices diseñados de forma exclusiva para el Gran Premio de Mónaco, nuevos espejos y soportes, entre otras.