Difícil situación la que está viviendo Daniel Ricciardo en Red Bull. Ya encadena ocho retiradas esta temporada, seis de ellas por fallo en el monoplaza y dos de ellas por accidente (Azerbaiyán y Bélgica). Parece que el destino se está cebando esta temporada con él, y en concreto, con su motor Renault. Repasemos todas sus retiradas por problemas con la Unidad de Potencia. En Bahréin su coche, literalmente, se apagó. En Austria un problema con la caja de cambios le retiró de la carrera. En el Gran Premio de Alemania y en el de Italia (cuando ya había anunciado su marcha a Renault) sendos problemas con el motor le obligaron a abandonar.  En el GP de Estados Unidos fueron las baterías las que fallaron, y ayer en el Gran Premio de México, después de salir desde la pole, volvió a ocurrir lo que ninguno esperábamos que le pudiera volver a pasar. Tras una mala salida del australiano, algo que no pintaba ya del todo bien, en la vuelta 61, cuando marchaba segundo, una columna de humo blanco salió de la parte trasera de su monoplaza y tuvo que abandonar.

El pobre Ricciardo la lleva en desgracia, y más aún desde que anunció su marcha a Renault. Seguro que está pidiéndole a un ser supremo que para el año que viene el motor mejore, porque ayer el pobre estaba destrozado, y con razón. Tanto que incluso hizo partícipes a la prensa de su abatimiento "Ya ni siquiera creo que frustración sea la palabra. Impotente, creo que es la mejor palabra. Otro problema con este coche. No he tenido un fin de semana limpio desde hace tiempo. Incluso hoy, las prácticas de la salida han sido buenas todo el fin de semana. Estas cosas están sucediendo el domingo.”

A estas alturas del problema incluso la persona más fuerte puede no encontrar la explicación a lo que le está ocurriendo y es más que lógico que piense ya en una fuerza sobrehumana que está haciendo que su monoplaza falle. Y también es lógico que tanto su cabeza como la de los aficionados piensen en teorías de la conspiración, sobretodo viendo lo mal que ha sentado en Red Bull su marcha. Personalmente, no creo (o a lo mejor no lo quiero creer porque me parece excesivamente cruel) que nadie esté forzando los fallos en el monoplaza de Ricciardo, pero es verdad que ya parece todo demasiado difícil de creer. "Honestamente...no veo el punto el domingo. No veo el punto haciendo las próximas dos carreras. No soy supersticioso ni nada de eso, pero el coche está maldito. Dejaré que el coche lo conduzca Gasly, yo he terminado con él”.

A tal punto está llegando la desesperación del australiano que en declaraciones a la web oficial de la F1 ha llegado a verbalizar su falta de ganas de correr las carreras que restan de temporada, incluso precipitando que su sucesor pilotara su coche ya esta temporada. Unas palabras que puede que fueran en caliente, pero al final expresan lo que muchos aficionados estamos pensando y seguramente es lo que en realidad cree él.

Puntualizar que estas declaraciones son las que ha publicado la web oficial de la F1, obviamente las declaraciones en la web oficial de Red Bull han sido mucho más azucaradas, hablando de positivismo y de que nadie está haciendo nada deliberadamente.

¿Qué es lo que está pasando realmente? Cada uno que saque sus propias conclusiones. Es difícil de creer que la mala suerte se esté cebando de tal manera con un mismo piloto, si bien es cierto que el motor Renault no está brillando por su fiabilidad. ¿Hay una mano negra detrás de todo esto como muchos indican? Es algo que por ahora no sabemos y no sé si llegaremos a saber nunca. Es demasiada casualidad, sí, pero a su vez sería demasiado cruel y nadie ganaría nada haciendo que Ricciardo tuviera tantos abandonos, me parece complicado de creer. Lo que está claro es que algo no funciona en su Red Bull, una broma pesada del destino, pero parece que no va a poder despedirse con la alegría que le caracteriza de la que ha sido su casa en los últimos años.