La increíble evolución de Verstappen en 2018
El gran estado del holandés es sorprendente si miramos su inicio de temporada. Verstappen ha tenido un cambio de mentalidad importante, callando a sus críticos y venciendo a su compañero en Red Bull, Daniel Ricciardo.
Si dijéramos que el inicio de la temporada 2018 de Max Verstappen fue para olvidar no lo creeríamos debido a su actual gran estado de forma. En Australia perdió muchas posiciones tras un trompo, tocó a Hamilton en Baréin provocando un pinchazo en su neumático, impactó con Vettel en China y abandonó en Bakú tras un gran accidente con su compañero Ricciardo. Un inicio de temporada decepcionante para el holandés, ganándose tanto críticas de periodistas, aficionados y personalidades de la F1 como enemigos en pista.
Red Bull le llamó la atención y pidió una mayor concentración, aunque parecía mirar hacia otro lado. Prácticamente, no hacía ningún tipo de autocrítica sobre su estilo de conducción y se auguraba una temporada de múltiples incidentes para el pupilo de Red Bull. Sin embargo, en décimas de segundo, consiguió su primer podium de la temporada en el Gran Premio de España, siendo un punto de inflexión para Verstappen. Desde entonces ha logrado nueve de doce podios posibles y una victoria lograda en Austria, casa de la escudería de la bebida energética. Y lo más importante, venciendo en clasificación y en carrera a un hueso duro de roer como es Ricciardo.
Verstappen tiene ese “algo” especial que lo eleva al cielo, pero también tiene aspectos infernales. Un piloto capaz de lo mejor y de lo peor en cuestión de días es bueno para el espectáculo, pero no para su progresión. Sin duda tiene talento y es la gran promesa de la Fórmula 1, pero ese es su problema, sigue siendo “promesa” tras cuatro temporadas en la categoría reina, suficientes para haber solucionado su largo historial de incidentes.
El Verstappen de esta última parte de la temporada es más sereno y concentrado, sacando el 110% de su monoplaza. Helmut Marko (asesor de Red Bull) comentó tras la victoria en Austria: “A todos los que hablaron a principios de año les demostró que sus críticas eran una auténtica basura”. Sí, “Mad Max” ha estado callando bocas de todos aquellos objetores del inicio de la temporada (incluido un servidor), son buenos tiempos para el número 33.
Otro aspecto importante en su temporada son sus constantes pegas hacia el motor Renault: “¿No puedo simplemente seguir? No me importa una mierda si este motor rompe (...) ¡Joder! ¡Esto es una puta broma, todo el puto tiempo con esta mierda, de verdad!”, dijo por la radio en el Gran Premio de Hungría. Será interesante escuchar si estos insultos se repetirán el año que viene con Honda tras los altibajos del motor nipón esta temporada.
Al holandés se le podrá tachar de “nervioso”, “antideportivo”, “peligroso”, “impaciente”… Pero hay que admitir, incluso sus propios haters, que da un espectáculo al gran circo como casi ningún otro piloto de la parrilla.