Sainz, el heredero de la naranja mecánica de Alonso
Tras el retiro del piloto asturiano, el madrileño tendrá un duro reto por delante. Además de liderar un equipo que lleva años sin rumbo como McLaren, debe ocupar el hueco de uno de los mejores pilotos de la parrilla, lo que lo deja en un escenario que le obliga a no fallar, dependiendo también de los fallos del equipo.
Parecía muy lejana la retirada de Fernando Alonso tras su anuncio a mediados del mes de agosto. Pero aún faltando un mes para que terminar el mundial puede sentirse que estamos llegando a ese final de temporada, temporada que sería la última del piloto español en la máxima categoría del automovilismo con esa decisión firme de disputar y ganar otras categorías para ser considerado uno de los pilotos más completos de todos los tiempos. Muchos años de frustración en un equipo McLaren que lleva la palabra ‘competitividad’ borrada en su diccionario desde hace seis años y que han agotado la paciencia del ovetense. Falta mes y medio para que lleguemos a ese 25 de noviembre, fecha donde se disputará el GP de Abu Dhabi y por ende la última aparición de Fernando Alonso como piloto de Fórmula 1 salvo sorpresas en el futuro. Mes y medio donde se celebrarán las últimas cuatro citas que le faltan al calendario para concluir: Estados Unidos, México, Brasil y Abu Dhabi.
Pero está claro que cuando unos van, otros vienen. Y si se va Fernando Alonso, viene Carlos Sainz. El otro piloto español de la parrilla se quedó sin hueco en Renault tras el fichaje de Daniel Ricciardo por los franceses y acabó encontrando asiento en Woking para la temporada que viene. Asiento en la tercera marca más laureada de la historia de la Fórmula 1 pero que encadena una racha muy negativa desde 2013. El futuro de Sainz se preveía muy negro tras una discreta temporada al volante del monoplaza del rombo, el ya mencionado fichaje de Ricciardo y la decisión de Red Bull de no repescar al español para ocupar el sitio del aussie. Este McLaren puede mejorar claramente en el curso 2019 ya que creo que no se puede hacer peor, pero los tan aclamados podios y victorias tardarán, y bastante. Salvo sorpresa, veremos la temporada próxima a un Sainz intentando codearse en la zona media con un monoplaza incapaz de asomarse por la cabeza, y esta es una situación que deben aguantar los pilotos de buen temple. Sainz ya se muestra como un piloto experimentado ya que arrancará con los británicos su quinta temporada en el Gran Circo tras su debut en 2015 con el hermanito pequeño de Red Bull y ya es un piloto muy hecho a guerrear en tierra de nadie. Su futuro pasa por desempeñar un gran papel en un equipo histórico como McLaren a esperas del resurgir del ave fénix naranja. En caso probable de que el equipo no levante cabeza, la preocupación para Carlos será llamar la atención de los grandes para que se fijen en él, ya sea Mercedes, Ferrari… o Red Bull de una vez.
Además, Sainz no sólo tendrá que cubrir el hueco de Fernando en McLaren, sino que también tendrá que cubrir el hueco que dejará el asturiano en la afición española. Tras la marcha del único piloto español que sabe lo que es ganar en Fórmula 1 y bicampeón del mundo, Sainz se queda como el único representante español en la parrilla. La ‘alonsomanía’ evolucionó exponencialmente desde aquella primera victoria en Hungría 2003 y estuvo apoyando incondicionalmente a Fernando Alonso en todos sus años de Fórmula 1. Aunque en las últimas temporadas esa ola de afición decreció en intensidad por los malos resultados, Alonso movió tantas masas y sus victorias provocaron que mucha gente que tomaba el automovilismo como algo desconocido y a la F1 una categoría en la que sólo ganaba Schumacher se apasionara y reventasen los índices de audiencia en televisión y llenasen las gradas de Montmeló y del ya desaparecido circuito urbano de Valencia. Ya no es sustituir a otro español, es sustituir a Fernando Alonso y ello puede ser una presión añadida para Carlos Sainz. Para la edad que tiene demuestra madurez más que de sobra para afrontar esta nueva etapa con McLaren, tirar del carro dentro de la escudería británica e intentar devolver a la afición española una ilusión que hace tiempo que lleva perdiendo.