El equipo Red Bull se enfrentó a algunos problemas con su DRS durante el Gran Premio de España, donde el vigente campeón del mundo vio como su vuelta lanzada de calificación se veía perjudicada por el mal funcionamiento del DRS, lo que le llevo a abandonar la vuelta y perder la pole.

No obstante, los problemas no acabaron ahí ya que a pesar de que Red Bull pensaba que había solucionado el problema de cara al domingo, la realidad fue bien distinta. De hecho, Max Verstappen sufrió mucho a lo largo de la carrera por culpa de este problema, incluso pudimos llegar a oír sus quejas a través de la radio. En cualquier caso tuvo la suerte de que Charles Leclerc se retirará, sino hubiese sido muy difícil que alcanzará la victoria en el Gran Premio de España.

Llegados una vez al Gran Premio de Mónaco, los ingenieros de Red Bull trataron de solucionar el problema de una manera permanente, para que este problema no se volviera a repetir.

"Nuestro problema con el DRS fue autoinfligido, creo que si somos honestos, ahora hemos aprendido nuestras lecciones bastante dolorosas", dijo Monaghan, el jefe de ingenieros de Red Bull.

"Hay un suspiro de alivio después del trabajo que hicieron algunas personas muy inteligentes, la investigación y las comprobaciones. Hicieron un trabajo fenomenal en un período de tiempo muy corto. El desafío ha cambiado de un circuito a otro, el tiempo de espera cambia, la velocidad de apertura cambia, las condiciones cambian”, prosiguió el de Red Bull.

"Estoy seguro, mucho más feliz en base a lo que aprendimos al salir de España. Supongo que la parte irritante es la lección que tuvimos que recibir en bandeja de plata, así que sí, toma eso en la barbilla y sigue adelante", añadió Monaghan.

Aunque el problema pareció resolverse en Mónaco las condiciones del Gran Premio les han creado dudas a los del equipo Red Bull, ya que el flap del DRS se enfrentó a una velocidad mucho menor cuando se activó en las calles del principado; por lo que el Gran Premio de Azerbaiyán supondrá la verdadera prueba de fuego para ver si este problema está realmente resuelto, puesto que en Bakú la velocidad máxima será de 340 km/h en una recta de 2,2 km, un desafío mucho mayor que el de Mónaco. Por lo que desde el mismo equipo han reconocido que este fin de semana será la prueba definitiva para garantizar la solvencia de la resolución que han tomado ante este problema que afectaba a la apertura de su DRS.

"Bakú presenta problemas ligeramente diferentes. Tu velocidad de apertura es de 160 km/h [en Mónaco], en Bakú es de 300 km/h. Por lo tanto, no se trata realmente del peso sobre el flap, sino de levantarlo contra su propia carga aerodinámica", comento Monaghan.

"Creo que sería una tontería dormirnos en los laureles. Sabemos lo que hicimos mal. Era nuestro cometido arreglarlo, así que hasta ahora estamos bien", dijo para concluir el de Red Bull.

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