F1 | Gran Premio de Miami: mucha farándula y poca acción en pista
Un nuevo evento en suelo norteamericano venía a seguir con la función de atraer nuevo público al deporte. No obstante, el espectáculo parece que se trasladó fuera de pista, con una cabalgata de celebrities apoderándose de las cámaras.
El Gran Premio de Miami, primera de las dos citas en suelo estadounidense esta temporada, es considerado un éxito. Aunque habría que tomar esta palabra con pinzas. Visto lo visto en pista, ¿fue un éxito de carrera? O por su parte, ¿se considera éxito por el amplio abanico mediático que hubo externo a la carrera?
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Lo que es cierto es que la acción externa al trazado opacó lo que se vivió en la pista del Autódromo Internacional de Miami. La carrera, salvando los últimos compases tras el Safety Car, fue bastante calmadita, sin demasiada acción. Pocos adelantamientos, poco desgaste y, por ende, pobre resultado.
Varios son los factores que llevaron a este cabo final. Uno de ellos es la propia fisonomía del trazado. Los 5.4km de recorrido fueron un quebradero de cabeza, tanto para la puesta a punto de los monoplazas, como para la preparación física de los pilotos. Mucho de ello se complicaba con la sección de las curvas 14 a 16, una chicane que perjudicaba la persecución entre coches y, por consecuencia, dificultaba el adelantamiento, aún teniendo 1.3km de recta por delante.
Habría que destacar también el deplorable estado de algunas secciones de la pista. La curva 17, tras la larga recta previa, sufrió varios reasfaltados en el fin de semana, dos de ellos solamente el viernes.
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Por su parte, Pirelli volvió a ser un partícipe en una carrera monoestratégica. Tras anunciar que un 2-paradas sería lo más obvio dada la abrasión de la pista y los problemas de graining, la mayoría de la parrilla pudo apostar por detenerse en una sola ocasión, rompiendo así con la idea de ver “demasiadas” estrategias variadas.
Además, la goma depositada en pista fue protagonista. Si bien siempre es un problema salirse de la trazada, en la pista de Florida se acentuaba aún más este problema, dando como resultado incidentes como el de Fernando Alonso y Pierre Gasly, el del francés de AlphaTauri y Lando Norris, o el de Mick Schumacher y Sebastian Vettel. Ni siquiera la lluvia previa paró este fenómeno de diferencia de grip entre la trazada y fuera.
Y por último, la realización. Esta tampoco ayudó a que, desde la casa, la carrera fuese más entretenida. Mientras en la zona media se estaban dando hasta en el carnet de identidad, las imágenes se iban a lugares donde la calma hacía presencia. O en peores casos, a elementos externos a la carrera.
La “falsa marina”, con la que nos llevábamos las manos a la cabeza antes del GP, fue el último de los episodios en el esperpéntico espectáculo de Miami. Sin ir más lejos, los precios fueron otro gran protagonista de este evento.
Las entradas para disfrutar del fin de semana rondaban, como pronto, los U$1200 (para viernes, sábado y domingo). Las reventas finales, en palabras del director del evento Tom Garfinkel, rondaban los U$2000. ¿Y cuánto para el Paddock Club? El módico precio entre los 50 mil y los 150 mil dólares. Sin entrar al trapo con los costes de comida o menesteres dentro.
Esto fue paralelo a la llegada de las celebrities. Los VIPs sí conformaron un llenazo alrededor del Hard Rock Stadium. Michelle Obama, Paris Hilton, Justin Bieber, Pharrell Williams, Maluma, Bad Bunny... y un largo etc, se dejaron ver durante el fin de semana. Alguno de ellos, como el caso de David Beckham, ex-futbolista y Presidente del Inter Miami, equipo de fútbol local, fue exagerado: cada dos por tres fue mostrado en la retransmisión de la carrera. Show mediático, en estado puro.
Aunque todavía hay más. Tras el Gran Premio de los Estados Unidos de 2021, en el que en la parrilla el ex-piloto y comentarista de Sky Sports F1 Martin Brundle, tuvo un inconveniente con los guardaespaldas de la rapera Megan Thee Stallion, la F1 tomaría cartas en el asunto para evitar estas acciones. Bien, durante el evento de Miami, pudimos ver a Michael Jordan haciendo lo propio, entre otros. ¿Y la coherencia? Hay que vender.
Los 240.000 asientos que se esperaban llenar, cuando acercaban una cámara...¡ay! Había muchos lugares vacíos. Entonces, ¿llenazo? No creo. ¿De VIPs? Por supuesto.
En definitiva, la carrera dejó mucho que desear, y la victoria de Max Verstappen sobre Charles Leclerc parece haber pasado a un segundo plano. Pero, por otra parte, podríamos estar hablando, salvando las distancias, de una farándula similar a la de Mónaco, pero a la americana. A lo grande.
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