La temporada 2022 de Fórmula 1 nos dio un pequeño avance con los primeros entrenamientos de pretemporada en el Circuit de Barcelona-Catalunya. La nueva normativa de monoplazas, caracterizada por la “vuelta” del famoso efecto suelo visto en los años 80’, ha traído consigo nuevos quebraderos de cabeza.

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En esta ocasión, la orden del día tiene al peso mínimo como “plato principal” de la polémica. La báscula de los monoplazas sigue aumentando vertiginosamente, y se sitúa, en la actualidad, rozando los 800 kilogramos: el límite mínimo es de 795 kg.

A lo largo de su historia, los Fórmula 1 han llegado a tener un peso mínimo de 450 kg, a principios de la década de los 60’, una cifra que ha ido en aumento continuo prácticamente desde entonces. A finales del siglo pasado e inicios de este, los coches pesaban alrededor de 600 kg. Es increíble pensar que, en 20 años, hayan ganado casi 200 kg adicionales.

La llegada del KERS en 2009 los situó en 605 kg, cifra que ascendió a 642kg el último año pre-era híbrida (2013). Con los nuevos motores, el peso rozó los 700 kg (691 kg mínimos), que siguió aumentando ostentosamente con la precedente normativa de coches en 2017 (728 kg), la implementación del halo en 2018 (734 kg), y las variaciones en sensores y flujos varios hasta el curso pasado (746 kg). Hoy, en 2022, reside en 795 kg.

Volviendo al tema. Los primeros días de rodaje y puesta a punto han dejado un dato curioso a tratar. Y es que solamente un equipo de la parrilla actual ha conseguido adherirse a ese límite de peso: Alfa Romeo Orlen F1 Team. El equipo ítalo-suizo, que cuenta con una renovada dupla de pilotos con el finés Valtteri Bottas y el debutante chino Guanyu Zhou, no destacó demasiado en cuanto a kilometraje siendo, tras Haas, el segundo equipo con menos giros dados.

Sin embargo, actualmente, el C42 es el único monoplaza que está cumpliendo con el reglamento. El medio Autosport, por su parte, suma al McLaren MCL36 en la “cercanía” a ese límite, aunque sigue estando lejos.

Es curioso porque, por lógica pura, cuanto más pese el coche, tenderá a ser más lento. Y en esta ocasión, las escuderías han optado por ensanchar su rango de trabajo, hasta tal punto de pasarse con creces. Para hacernos una idea, Autosport nombra que 10 kilos, en una pista como la de Montmeló, suponen una pérdida de 3 décimas.

Entre los nuevos monoplazas, que cada vez son más largos (y anchos), los neumáticos de 18”, que también han crecido en tamaño y peso, y los elementos del chasis, es comprensible que el pesaje mínimo haya aumentado del orden de 50 kg de un año a otro.

Entonces, la categoría y la Federación Internacional del Automóvil atraviesan una encrucijada. Si bien hay un equipo que supo leer e implementar bien este apartado técnico, ¿habrá que tener mano blanda con quienes no lo consiguieron? El campeonato tendría a los equipos fuertes, como Mercedes, Red Bull e incluso Ferrari, entre otros, como principales perjudicados. ¿Se lo puede(n) permitir?

Del otro lado, ¿es justo cambiar unos objetivos o reglas, cuando son los nueve equipos restantes quienes han errado? Esto no interpretaría un resurgimiento de Alfa Romeo, ni siquiera que piensen en luchas por victorias, pero sería un agravio sancionar (o perjudicar) a quien hizo las cosas bien, y en el tiempo concretado.

Miles de historias por contar, teorías por estudiar, y veredicto que realizar. En semana y media, los test oficiales de pretemporada en Bahréin y, una semana después, el primer Gran Premio de la temporada, en el trazado bareiní. El tiempo nos dirá si habrán cambios o no.

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