Las carreras con lluvia pasaron de ser lo más esperado a lo más temido del fin de semana por los fanáticos de la Fórmula 1. Atrás quedó la ilusión de esperar el pronóstico del tiempo, ahora queda la incertidumbre de lo que pasará si el agua llega a tocar el asfalto.

Los fanáticos no son los únicos preocupados, pues la F1 no puede darse el lujo de cancelar carreras cada vez que las condiciones climáticas sean adversas, no es bueno ni para el campeonato ni para el espectáculo, mucho menos luego de las críticas que siguen recibiendo tras lo acontecido en el polémico Gran Premio de Bélgica.

Y todos podrían pensar que la responsabilidad recae, en parte, a los creadores de los neumáticos, sin embargo, de acuerdo al responsable de Pirelli en la Fórmula 1, Mario Isola, hay poco que la compañía pueda hacer para contribuir a resolver este problema.

¿La razón? El cambio que hizo la máxima categoría en 2017, cuando introdujo neumáticos más amplios, donde las ruedas delanteras pasaron de 245mm de ancho a 305mm y las traseras de 325mm a 405mm, lo cual aumentó el volumen de agua que las ruedas pueden levantar en más del 40%, empeorando la visibilidad.

Algo que sin duda ya hemos visto, por ejemplo, en el Gran Premio de Bélgica donde los pilotos sólo pudieron girar detrás del auto de seguridad debido a la falta de claridad presente en el circuito debido a la persistente lluvia o el Gran Premio de Rusia, donde se tuvo que cancelar la tercera sesión de entrenamientos libres para evitar inconvenientes similares.

Isola dijo que Pirelli continúa en discusiones para determinar la mejor solución para los inconvenientes con los neumáticos, pero reiteró que la decisión de la F1 representa gran parte del problema, pues es casi imposible desarrollar un modelo diferente que sea igual de efectivo que los demás. 

"Nadie quiere ver otro Spa", recalcó Isola en declaraciones que recoge RaceFans.net. “(Pero) por el lado de los neumáticos, hay muy poco que podamos hacer porque los neumáticos están diseñados para garantizar el cruce entre mojado e intermedio. Mover este objetivo de diseño no es lo ideal porque entonces se puede crear un hueco y, en cualquier caso, también hacer un neumático que sea más capaz de dispersar el agua."

“Pero si dispersas todo eso, el agua vuela y la visibilidad empeora cada vez más. Así que no estamos solucionando el problema, probablemente lo estamos empeorando”, declaró el responsable de Pirelli, quien no está seguro de poder solucionar el problema a no ser que encuentren una manera de bloquear el agua y evitar el rocío que provoca la falta de visibilidad.

Con Pirelli con manos atadas respecto al problema, todo parece indicar que la situación de los neumáticos de lluvia no hará más que empeorar la temporada que viene debido a las nuevas regulaciones, así que será la Fórmula 1 la que deberá encargarse de proveer la mejor solución, en un ambiente cargado de críticas y cuestionamientos debido a los procedimientos llevados a cabo durante este tipo de carreras.