Sebastian Vettel no tuvo sus mejores días durante el pasado Gran Premio de Austria. El tetracampeón del mundo no pudo volver a sacarle el mejor de los partidos al AMR21. Una sanción polémica el sábado, y una estrategia comprometida, sumada a una acción con Kimi Raikkönen a final de la carrera, relegaron al alemán de la lucha por los puntos en el Red Bull Ring.

El fin de semana hacía presagiar que, desde el equipo Aston Martin Cognizant F1, habían encontrado una mejoría respecto a lo visto la semana anterior. Vettel sumó 65 vueltas en total, sumando ambas sesiones, terminando la jornada con el quinto mejor tiempo (1:05.268), quedándose a algo más de siete décimas del líder de la sesión, Lewis Hamilton (1:04.523). Esto les hacía colocarse en la lucha de la clase media (junto a McLaren, AlphaTauri, Ferrari, Alpine...).

No obstante, el sábado empezaría a torcerse todo para los intereses del alemán. Si bien en los entrenamientos libres 3 terminaría décimo, otra vez en la pomada de esta división de la parrilla, la clasificación supondría el inicio del ‘fin’ para el número 5.

Tras varios momentos críticos en pista, donde los pilotos en busca de un hueco delante antes de empezar vuelta lanzada, se detenían en seco entre las curvas 9 y 10 del Red Bull Ring, la FIA informó a los interesados que estaría prohibido hacer esto a partir en clasificación.

En la segunda tanda de la clasificación (Q2), en el último tramo de la misma, ocurrió justamente lo que se evitó: una montonera liderada por Carlos Sainz (Ferrari) se formó en el sector 9-10. Esta fila la cerraba Sebastian Vettel, quien tenía un buen tiempo para pasar a Q3, pero no se podía calmar.

El piloto germano sabía que debía empezar a tirar en la recta entre las curvas 8 y 9; sin embargo, la fila delante le impidió avanzar. A su vez, venía en vuelta lanzada Fernando Alonso (Alpine), quien fue interrumpido por Vettel y perdió la vuelta (y los nervios) a final de la Q2. El de Aston Martin se llevaría tres posiciones de sanción en parrilla por obstaculizar al español. Terminó octavo (1:04.570), a 85 centésimas de la pole de Verstappen, enfadado por la falta de sanciones delante suya; empezaría el Gran Premio de Austria en undécimo lugar.

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"Acordamos ayer que fuéramos más despacio en la recta entre las curvas 8 y 9. Voy más despacio, y todos lo hacen entre las curvas 9 y 10 donde acordamos no desacelerar. Así que si yo tengo una penalización, todos debemos tener una penalización." comentó tras terminar la sesión calificatoria.

Si bien se encontraba fuera del top 10, debía iniciar la carrera con los neumáticos blandos con los que pasó a Q3, algo que le pesó luego en la estrategia. Con unos neumáticos más blandos que la edición del GP de Estiria, era complicado pensar en ir a una sola parada. El alemán puso los neumáticos duros en la vuelta 17 para terminar la carrera (17/71), lo que le involucró de lleno en la lucha por los puntos finales.

Sería un domingo aún más gris cuando, en la última vuelta, Kimi Raikkönen (Alfa Romeo) hizo una acción incomprensible y se llevó puesto a su ex-compañero de equipo a la salida de la curva 4. El finés tendría una sanción de tiempo añadida al final, mientras que el alemán acabaría decimoséptimo.

El paso de Sebastian Vettel por el Red Bull Ring no fue, para nada, positivo. Rompe así con una racha positiva y esperanzadora en la unión entre el alemán y el equipo de Silverstone, quienes habían conseguido algunos puntos antes de llegar a Spielberg, además de anotar un podio en Bakú. La próxima carrera será el Gran Premio de Gran Bretaña, en casa del equipo verde. ¿Volverá Sebastian Vettel a la senda de los puntos en Silverstone?

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