Daniel Ricciardo inició la temporada 2020 sabiendo que el siguiente año estaría pilotando para McLaren después de confirmarse la salida de Carlos Sainz; esto causó disgusto dentro Renault al saber que el piloto que encabezaba el proyecto había decidido marcharse, pero dentro del equipo acordaron que las dos partes lo iban a dar todo para tener un gran año. Ricciardo buscaba superar el noveno puesto conseguido en la campaña pasada, y encabezar la parte media de la parrilla; pero la baja de rendimiento de Ferrari hizo que al australiano se le presentaran oportunidades de conseguir grandes resultados, las cuales no desaprovechó. 

El primer triplete de carreras de la temporada fue decepcionante para el expiloto de Red Bull; en Austria fallo mecánico lo obligó a abandonar, pero afortunadamente este fue su único "DNF" de la temporada; en los Grandes Premios de Estiria y Hungría pudo conseguir dos octavas posiciones; sin embargo, el rendimiento del monoplaza estaba un escalón por debajo de los otros contendientes a liderar la zona media. Las siguientes dos carreras en Silverstone fueron como una montaña rusa para el nacido en Perth, ya que obtuvo una gran cuarta posición en el GP de Gran Bretaña, y una decepcionante décimo cuarta plaza en el GP del 70^o aniversario; las cosas no mejoraron mucho para él en España, debido a que se quedó fuera de los puntos en onceava posición.

Si hay algo que haya caracterizado a Renault desde su vuelta a la Fórmula 1 en 2016, es la irregularidad tanto en fiabilidad como en rendimiento, algo que no faltó en esta temporada; pero los resultados empezaron a llegar poco a poco para Ricciardo, quien no estaba del todo contento con la situación hasta ese momento. El piloto de 31 años comenzó a encadenar una importante racha de carreras en los puntos desde el GP de Bélgica, en el cual fue cuarto e hizo la vuelta rápida; en Italia terminó sexto, y en Mugello se volvió a quedar a un puesto del podio gracias a un adelantamiento de Alex Albon en las últimas vueltas. Terminado el tercer triplete de la temporada, la categoría reina se dirigió a Sochi para celebrar el Gran Premio de Rusia, en el cual el australiano finalizó quinto a pesar de haber recibido una sanción de 5 segundos por sobrepasar los límites de pista.

El gran resultado del año para Ricciardo llegó en Nürburgring; el exmiembro de la academia Red Bull salió desde la sexta posición, y desde el comienzo mostró un gran ritmo que le permitió terminar en tercera posición, consiguiendo su primer podio desde 2018, y el primero del equipo francés desde el GP de Malasia de 2011 cuando Nick Heidfeld también finalizó tercero. 

Parecía que en este punto de la temporada el Renault era el mejor monoplaza de la zona media de la tabla, pero esto se puso en duda cuando volvieron los altibajos; en el Gran Premio de Portugal, Daniel chocó contra las protecciones en la Q3 en el día sábado, algo que le perjudicó considerablemente para la carrera, en la cual terminó en novena posición; la frustración no duró mucho para él, ya que a la semana siguiente volvió a subirse al podio en el Gran Premio de Emilia-Romaña, un resultado que fue de gran ayuda para el equipo francés en la lucha por el tercer puesto del mundial de constructores. El piloto estaba esperanzado en poder seguir obteniendo grandes resultados en las cuatro carreras restantes, por lo que afrontó el Gran Premio de Turquía con una gran sonrisa como es normal en él, pero se le borró rápidamente de la cara cuando vio que las condiciones difíciles del Istambul Park no favorecieron en absoluto al RS20, por lo que el australiano sólo pudo conseguir una décima posición en carrera.

Las cosas mejoraron un poco en el último triplete de la temporada a pesar de que equipos como McLaren, Racing Point e incluso Alpha Tauri se mantuvieron al mismo nivel de los franceses, e incluso eran superiores en algunas carreras. Ricciardo cerró la temporada con una séptima posición en el Gran Premio de Baréin, un quinto puesto en el GP de Sakhir, y otro séptimo lugar en la prueba final en Abu Dabi; teniendo así un buen cierre de año que pudo ser mejorable considerando que su compañero Esteban Ocon terminó en segunda posición en Sakhir.

La temporada 2020 de Daniel Ricciardo fue una llena de altibajos; al principio parecía que el monoplaza no estaba a su altura, pero a medida que pasaron las carreras, se encontró más cómodo como el coche y fue capaz de obtener grandes resultados como los podios en Alemania e Imola, aunque los tropiezos se siguieron presentando de vez en cuando. A pesar de todos los problemas que enfrentó el australiano con su auto, consiguió finalizar en quinta posición en el campeonato de pilotos con 119 puntos, sólo seis unidades atrás de Sergio Pérez, quien terminó como el mejor piloto de la mitad de la parrilla; en el duelo con su compañero de equipo, le sacó 57 puntos a Esteban Ocon, quien regresaba a la Fórmula 1 después de estar ausente en 2019. Daniel Ricciardo cerró su ciclo en Renault de una de las mejores maneras posibles, dejando en la estructura francés una base sólida y prometedora para el futuro; pero eso ya no es del interés del piloto australiano, ya que a partir de 2021 inicia su etapa con la escudería McLaren con el objetivo de convertirse en campeón del mundo.

https://www.motorlat.com/notas/f1/18748/f1-analisis-de-la-temporada-2020-de-charles-leclerc