2021 iba a ser un año revolucionario para la Fórmula 1, pero debido a la pandemia que sigue azotando al mundo y que parece no tener fin, ha tenido que posponer ese gran cambio normativo para el próximo año y ha pasado a ser un año de transición, en el que gran parte de los elementos que componían los monoplazas de 2020, se han congelado y se volverán a utilizar para ahorrar costes de desarrollo.

A pesar de esto, la categoría reina presenta muchos cambios, especialmente en lo que a alineación de pilotos se refiere, así como a cambios de nombre y dueño en distintas escuderías. Sobre este último tema vamos a hablar aquí, en el ¿Sabías qué? de esta semana, de todos los cambios de nombre y dueños que han experimentado las diferentes estructuras que conforman la parrilla del mundial.

Para abordar este tema, vamos a empezar hablando de los equipos que se han mantenido igual desde sus inicios. En este selecto club se encuentran Ferrari, McLaren, Haas y Williams, si bien Haas entró como equipo independiente desde su creación y sólo cuenta con cinco temporadas completas en el Gran Circo.

En lo que respecta a las seis escuderías restantes, todas cuentan con algún cambio de nombre, dueño, estructura y/o cambio de sede. Repasemos la historia de cada una de ellas.

Empezamos con Mercedes. La escudería germana con sede en Brixworth ha tenido una larga trayectoria antes de convertirse en la apisonadora de récords y victorias en la que se ha convertido. Los orígenes de esta estructura se remontan hasta el equipo Tyrrell. El clásico equipo británico emergió como estructura privada con soporte oficial de Matra. Tras ganar el mundial en 1969, y por problemas de compatibilidad entre Matra y Tyrrell, Ken Tyrrell, su fundador, decidió continuar su andadura por separado, logrando dos campeonatos más con Jackie Stewart. Después de aquellos años de éxitos, el rendimiento y el nivel del equipo fue paulatinamente empeorando, y a pesar de las innovaciones como la de aquel P34 de seis ruedas, no fueron capaces de remontar el vuelo, y aunque lograron aguantar muchos años más en Fórmula 1, no volvieron a estar presentes en las luchas por los primeros puestos. 1998 fue el año de despedida de este veterano equipo, aunque hacía mucho tiempo ya de su época dorada. Fue entonces BAT, la empresa tabaquera británica, la que decidió comprar el equipo y renombrar como British American Racing. BAR nació como un equipo con las ideas muy claras, y su posterior asociación con Honda, que volvía como motorista al Gran Circo, hacían presagiar que esta nueva escuadra podría llegar a tener éxito.

Sin embargo, estos éxitos no llegaron, exceptuando una segunda posición en el mundial de constructores en 2004, y BAR decidió abandonar el proyecto a finales de 2005, año en el que Honda compró el equipo para volver como estructura oficial después de cuarenta años. Su primera temporada como marca dejó un buen sabor de boca, luchando con McLaren por el tercer lugar del campeonato de constructores y consiguiendo su primera, y a la postre única victoria, en el GP de Hungría de 2006.

A pesar de los millonarios esfuerzos de la marca nipona, 2007 y 2008 resultaron un fracaso total en sus aspiraciones, llegando incluso a cerrar la parrilla en muchas de las carreras durante esos años. La falta de patrocinadores y resultados, unidas al impacto de la crisis económica, provocaron la rendición de Honda y la disolución de su división deportiva.

Para entonces, Ross Brawn, Ingeniero y Jefe del Equipo tras su paso por Ferrari, tenía ya un monoplaza revolucionario preparado para afrontar la temporada 2009 y su importante cambio de reglamento, y en vez de dejar caer su trabajo en saco roto, decidió arriesgar su dinero y mantener la estructura bajo el amparo de Brawn GP. Aquel equipo surgido de la nada y sin patrocinadores resultó ser el claro dominador de la temporada, y contra cualquier pronóstico, se alzó con ambos títulos. Mercedes, cuyas relaciones con McLaren no estaban en su mejor momento, tras la negativa de los de Woking a convertirse en equipo Mercedes oficial, y buscando los alemanes un proyecto para entrar como equipo oficial, decidió comprar la estructura ganadora de ese año, volviendo así a la parrilla tras su retirada de las carreras después del desastre de Le Mans de 1955.

Red Bull, una de las escuderías más exitosa de los últimos años, con cuatro títulos de pilotos y constructores consecutivos entre 2010 y 2013, empezó su andadura a finales de 2004. La formación austríaca nació de la compra de Jaguar Racing, que culminaba así su última andadura en la Fórmula 1 con muchas más luces que sombras. La marca inglesa, a su vez, compró y absorbió en su día el equipo del tricampeón del mundo y que llevaba su nombre, Jackie Stewart, el cual fundó en 1997 desde cero.

Saltamos a Alpine, una submarca oficial hermana de Renault que entra este año como una estrategia del grupo francés de relanzar su nombre y su división de deportivos de calle. Sustituye así a la marca del rombo, aunque en realidad sólo cambia el nombre, manteniendo la estructura prácticamente intacta, a excepción del relevo en la dirección del equipo y la división de competición. La escudería afincada en Enstone es en realidad una de las más veteranas de la parrilla, si bien ha pasado por muchas manos y muchos dueños distintos. Sus orígenes se remontan hasta la modesta escudería Toleman, en la que debutó Ayrton Senna. Tras varios problemas económicos, el equipo fue vendido a su entonces patrocinador principal, la compañía de ropa infantil Benetton.

Tras la venta, la formación inglesa fue creciendo y mejorando su rendimiento, incluida la creación de la actual sede de Enstone, hasta conseguir alzarse con los Campeonatos del Mundo de 1994 y 1995 de la mano de Michael Schumacher. Después de estos dos años de triunfo, el rendimiento de Benetton empezó un ligero declive, no consiguiendo ningún otro logro remarcable en las siguientes temporadas, hasta que Renault, que ya había estado en la Fórmula 1 a finales de los 70 y principios de los 80, decidió volver comprando Benetton Formula, aunque manteniendo la estructura en sí, con Flavio Briatore y Pat Symonds al frente. Bajo el mando de los franceses, la estructura vivió un nuevo período de transición y mejora paulatina, hasta que, con la irrupción de Fernando Alonso, consiguieron alzarse con dos nuevos títulos de pilotos y constructores. La marcha del español a McLaren inició un nuevo período de declive que no se pudo solucionar con su vuelta. A finales de 2010, Renault decidió dar un paso atrás en su participación en la categoría, compartiendo titularidad con la empresa liderada por Gerard López, quien decidió renombrar al equipo en honor al mítico equipo Lotus. Desde 2012, Renault vendió su participación a Lotus y anunció su marcha de la Fórmula 1.

Bajo el abrigo de Lotus, el equipo resultó ser la gran sorpresa de 2012 y 2013, resultando ser muy competitivos y llegando a luchar por victorias e incluso por el título en ciertos momentos de ambos años, de la mano de un rejuvenecido Kimi Raikkonen, que volvía a la categoría tras unos años de parón. Ese idilio terminó después de un triste 2014, en el que el equipo demostró su peor nivel, cerrando la parrilla con frecuencia a lo largo de la temporada. Tras esta decepción y el final de la financiación del equipo por parte de Gerard López, surgió de nuevo Renault para quedarse con la estructura y empezar esta última etapa por parte de los de Enstone.

El siguiente en la lista es Aston Martin. La firma de coches deportivos inglesa regresa a la parrilla tras más de sesenta años de ausencia. Los orígenes de la estructura con sede en Silverstone se remontan hasta principios de los años 80, cuando Eddie Jordan, hasta entonces piloto de karting, fundaba Eddie Jordan Racing como equipo de Fórmula 3 británica. Tras lograr algunos éxitos en categorías de promoción como la Fórmula 3.000, Jordan daba el salto a la Fórmula 1 en 1991, con Andrea de Cesaris y Bertrand Gachot como primeros pilotos titulares, aunque si por algo es conocido ese primer monoplaza de Jordan con los colores de 7up, es por ser el artífice del debut de Michael Schumacher en el Gran Circo, en el Gran Premio de Bélgica de ese año.

Tras quince años de trayectoria en Fórmula 1, en los que llegó a lograr varias victorias y estar cerca de la pelea por el titulo en 1999, y una última victoria en 2003 de la mano de Giancarlo Fisichella, Jordan Racing sufría una importante crisis, y su dueño Eddie se veía forzado a vender el equipo a la empresa Midland a finales de 2005. Éstos solo consiguieron permanecer un año, y su efímero paso por la categoría, sin pena ni gloria, dio lugar a la compra del equipo por parte Spyker, una nueva marca de coches deportivos que quería hacerse un hueco en el mercado y la Fórmula 1 les parecía el mejor escaparate. Su aventura, sin embargo, fue tan efímera como la de Midland, y a finales de 2007 llegaba Vijay Mallya para hacerse con la estructura y fundar Force India.

Siendo Force India, el equipo logró asentarse como un habitual en la mitad de tabla en los diez años que formó parte de la parrilla, logrando incluso algún pódium. Todo esto se veía empañado por los múltiples procesos judiciales y penales contra su dueño, Mallya, que a la larga y tras su condena, provocó graves problemas de financiación en el equipo, llevándolo al borde de la extinción, hasta que Lawrence Stroll, padre del Lance, y millonario empresario, acudió al rescate de la estructura y la compró, renombrándola como Racing Point. Tras su reciente adquisición de la marca de deportivos inglesa, combina ambas estructuras y propicia el regreso de una gran marca como Aston Martin a la competición.

Pasamos ahora a Alpha Tauri. Sus orígenes se remontan hasta la famosa Minardi, estructura con sede en Faenza, siendo una habitual en la parrilla desde 1985, año en que su fundador, Giancarlo Minardi, decidió incluir su equipo, hasta entonces de Fórmula 2, en Fórmula 1. Su paso por la categoría, si bien no estuvo repleto de éxitos, consiguió ser cuna de grandes pilotos como Fernando Alonso, Marc Gené o Jarno Trulli. También es el único equipo hasta la fecha que ha tenido dos pilotos españoles como titulares en la misma temporada: Luis Pérez-Sala y el recientemente fallecido Adrián Campos, parte fundamental del automovilismo español. Tras varios años de crisis financieras y resultados, Red Bull, que sólo contaba con un año en Fórmula 1, decidió hacerse con el equipo para hacer realidad su idea de equipo B como cantera de jóvenes pilotos. Así se ha mantenido hasta la pasada temporada, en la que el equipo se ha mantenido igual, pero han cambiado de nombre para promocionar su marca de ropa.

Terminamos con Alfa Romeo. La marca italiana hace acto de presencia en la Fórmula 1 desde el año 2018, si bien es cierto que la estructura era y sigue siendo Sauber, con sede en Hinwil. El equipo suizo comenzó su andadura en competición realizando prototipos de resistencia, consiguiendo la victoria en las 24 horas de Le Mans de 1989 e incluso el Campeonato del Mundo de Resistencia  en 1989 y junto a Michael Schumacher en 1990. Desde ese momento, y continuando su asociación con Mercedes como motorista, al menos en sus primeros pasos,  Sauber se decidía a dar el salto a la Fórmula 1 en 1993.

Con Red Bull como patrocinador principal y con una importante asociación con Ferrari, sus primeros años estuvieron marcados por resultados discretos pero por estabilidad económica. A partir de 2006, BMW rompía su asociación con Williams y compraba una parte mayoritaria de Sauber, entrando como equipo oficial. Tras no lograr los objetivos marcados y después de lograr una única victoria, con Robert Kubica en el GP de Canadá de 2008, y especialmente por el fuerte impacto de la crisis económica en el sector de la automoción, BMW ponía fin a su andadura en Fórmula 1, y Sauber se quedaba como único dueño del equipo hasta la llegada de apoyo económico y cambio de nombre de la firma italiana Alfa Romeo.