Del sinsabor a la satisfacción, de la alegría a la desolación

Si pensábamos que el GP de Turquía iba a ser aburrido y que Lewis Hamilton conseguiría su séptimo título de manera sencilla, pues nos hemos equivocado y es que la fecha 14 del mundial de Fórmula 1 nos trajo entretenimiento puro y variado.

El circuito situado en Estambul siempre ha sido uno de los más espectaculares del mundo, sobre todo por su atractiva curva 8 de cuatro vértices. Si algo no sabía Pirelli cuando seleccionó su gama más dura de los compuestos para los neumáticos, es que la organización turca había reasfaltado el circuito recientemente y, sin saberlo, lo habían convertido en una pista de hielo sin agarre. Sumado a esto, la lluvia hizo que el compuesto de lluvia tuviera que trabajar a una temperatura más baja.

Hace pocas semanas la pista fue repavimentada para volver a acoger a la Fórmula 1. Desde entonces se ha corrido poco en él y la pista fue rociada con agua para limpiarla antes de la primera práctica, presentando una superficie muy desafiante para los pilotos. Y, así, de esta forma; con todos estos condimentos comenzaba el fin de semana.

Esto provocó estragos en los planteamientos de todos los equipos, que tuvieron que contemplar a la mayoría de pilotos sufriendo una enorme falta de agarre y, en muchos casos, trompos de todo tipo que, por suerte, no tuvieron mayor consecuencia.

Y es que donde se pensaba que Red Bull de la mano de Max Verstappen iba a ser el dominador absoluto del Istanbul Park, se quedó con las manos vacías. El gran ganador sobre esta superficie rara e inestable sin dudas fue Hamilton. Pero acá se pudo ver dos diferentes grupos, por un lado los pilotos que supieron gestionar de excelente manera los neumáticos y los que no; los que sabían por dónde y cómo transitar estas complicaciones y los que no.

Y se puede destacar la intuición de cada piloto, es decir, en una pista tan complicada como la del domingo se vio reflejado quien tuvo los nervios de acero y quién no. La tensión que ocasionaban tales condiciones fue un parámetro para toda la grilla de la F1. Entre las bajas temperaturas; el asfalto mojado; las zonas de la pista donde se podía acelerar más o menos; los pianos y la gestión de las cubiertas salió un Gran Premio de película.

Hubo grandes perdedores y grandes ganadores. Estambul dejó al descubierto las virtudes y defectos de la parrilla y también a algunos señalados, como han sido los casos de Valtteri Bottas y Lance Stroll, cuyas diferencias con sus compañeros han sido abismales. Hamilton, Carlos Sainz, Sergio Pérez, Charles Leclerc y Sebastian Vettel fueron los grandes ganadores del fin de semana más complicado del año.

The first to congratulate Lewis... Seb! 🥰#TurkishGP 🇹🇷 #F1 pic.twitter.com/hh0InuWwkM

— Formula 1 (@F1) November 15, 2020

Y es que donde se pudo ver la mayúscula diferencia fue en Mercedes y Racing Point. Mientras Hamilton y Pérez lideraban la carrera y hacían uso del compuesto intermedio de lluvia de manera efectiva, Bottas y Stroll se fueron hundiendo de manera dramática. El piloto finlandés protagonizó nada más que seis trompos, si 6.

El finés, que era el único contendiente al título con Lewis, hizo su primer trompo en la primera curva en la vuelta 1. Lejos, pero muy lejos estuvo de lo que necesitaba hacer.

En este GP se vieron reflejadas tres etapas que podemos diferenciar. La primera, con neumáticos de lluvia donde encontró el dominio de Racing Point; la segunda, con la llegada de los intermedios donde Red Bull pudo colocarse al frente y la tercer etapa donde la gestión de esas gomas fue clave para sacar el mejor resultado final. Haber cumplido con la superación de esas tres etapas significaba llegar a lo más alto. Pagaba con creces la experiencia y es por eso que los mejores pilotos se destacaron por encima del resto.

LAP 19/58

Max drops to P8 after his spin. Where will he finish?#TurkishGP 🇹🇷 #F1 pic.twitter.com/5ADibR8PW3

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Desde el momento en que hizo trompo en la curva 1 y cayó al fondo de la grilla hasta el último trompo de nuevo en la salida de la curva 1, Bottas pareció completamente carente de confianza. Nunca alcanzó el top 10 y fue hasta menospreciado por su compañero de equipo. Por otro lado, la carrera de Hamilton fue un espectáculo. Con un principio un tanto nervioso, el inglés transformó todo ese nerviosismo en tranquilidad; paciencia; control de todas las situaciones; una gestión perfecta de los neumáticos; velocidad en su W11 y concentración para no cometer ni un error que dieron como resultado la proclamación del séptuple campeón del mundo.

A Verstappen le vendría bien grabarse y mirar varias veces la carrera que hizo Hamilton y ver cómo se deben hacer las cosas para dominar el caos que se generó en Turquía. Sin dudas que el holandés fue otro de los grandes perdedores del fin de semana. No supo leer la carrera, porque de haber sido lo contrario no habría tenido problemas en llevarse el triunfo viendo la merma de Racing Point con el compuesto intermedio. Sin embargo, su habitual agresividad le pasó factura.

Max tiene una mentalidad que no tiene punto medio. Es blanco o negro, es a todo o nada y dejó al descubierto todos esos defectos por la inmadurez que parecía haber superado después de cinco años en la categoría. Al final, se llevó tan solo 8 puntos luego de haber dominado el 75% del fin de semana. Aunque él lo niegue cuando estuvo detrás de Pérez perdió la línea e hizo el trompo por apresurado cosa que hizo que comprometiera su carrera.

Y sumaba más problemas, neumáticos dañados y una parada extra. Ante tal situación de verse lejos del triunfo y por su primer error, el nerviosismo se apoderó de él y empezó a gastar los intermedios a base de pasadas de frenada y manejo brusco. Si hay algo que los pilotos que saben conducir en lluvia dicen, es que el auto se lleva con la punta de los dedos. En este caso no fue así. Finalmente, solo se conformó con superar a su compañero. No le dio ni para alcanzar a Sainz, estando en ocasiones a menos de dos segundos y con gomas más nuevas. Todo una muestra de cómo debe cambiar su maduración.

Al igual que en Mercedes, podemos decir que en Racing Point se vivió una carrera de antónimos entre sus pilotos. Stroll había conseguido su primera pole en la F1, pero en una carrera cambiante Checo Pérez volvió a demostrar todo su talento dando un golpe directo al seno del equipo que prescindió de él sin justificación alguna. Pérez sacó su chapa de maestro en cuanto a gestión de neumáticos para conseguir otro espectacular podio (el noveno en su estadía en la máxima). Fue paciente y supo esperar. Con todos sus sentidos a flor de piel gestionó el auto de la mejor manera. Vio sangre y fue por eso. De más está decir que merece quedarse en la F1. Realmente siempre se mantuvo en el segundo puesto con seguridad. En la primera parte fue superado por su compañero de equipo Stroll y en la segunda por un Hamilton que los aniquiló con su intratable Mercedes a medida que la pista mejoraba.

Fue el único hombre que se acercó a la estrategia ganadora de Hamilton y se quedó con un merecido segundo lugar después de soportar las gomas intermedias un número de vueltas que parecía imposible realizando así una parada menos que sus rivales. Él mismo reconoció que pensó al final de la carrera que podían haber reventado. Una estrategia que no pudo seguir Stroll, quien al igual que Verstappen, destrozó sus neumáticos.

A Stroll se lo vio brillar como nunca, pero se desmoronó en el momento clave. El sábado hizo la pole position y el domingo realizó una buena carrera hasta la mitad que fue cuando la pista se comenzó a secar. El piloto canadiense no encontró ritmo en su segundo set de intermedios y fue perdiendo posiciones. Se le escurrió como agua por los dedos y lo que comenzó como una carrera con sesgos de gloria, terminó con un noveno puesto y con el título de ser señalado por el resultado de su compañero. Las condiciones cambiantes y complicadas de Turquía han mostrado el verdadero talento de cada piloto tanto para lo bueno como para lo malo.

Párrafo aparate para Seb que fue nombrado "Piloto del día”.

Largó desde la posición 11 y con su experiencia en lluvia y una buena estrategia, el piloto de Ferrari, logró su primer podio de la temporada al llegar en tercer lugar, después de un cierre apretado con su compañero Charles Leclerc.

Hizo una remontada de ocho posiciones con la que alcanzó su primer podio de la temporada. Es la segunda vez en la que el alemán se hace con esta distinción esta temporada, la primera fue en el GP de España.

El alemán fue capaz de mantener detrás tanto a Hamilton como a Verstappen, que lo habían adelantado por estrategia, vueltas después. Luego de una segunda parada lenta donde perdió tiempo, Vettel aprovechó los trompos de los dos pilotos de Red Bull para adueñarse del quinto lugar. A 15 vueltas del final consumió el puesto de Stroll.

Pero todo no había terminado, aun. El germano, ya casi en el final de la carrera, había perdido la posición con su compañero de equipo, Charles Leclerc. En la última vuelta Vettel sacó provecho de la lucha entre el monegasco y Pérez para adelantar al primero y robarle la última posición de podio. Final para el infarto pues cruzó la meta pegado al de Racing Point, pero el segundo puesto se le resistió.

Miss this one? You'll wish you hadn't 😱

Check out highlights from an unforgettable race in Turkey!#TurkishGP 🇹🇷 #F1

— Formula 1 (@F1) November 15, 2020

Éste fue el primer podio de Sebastian en toda la temporada 2020 y el primero en más de un año, el último fue en México 2019. Con este resultado suma 15 puntos, casi los mismos que los 18 que había anotado durante el resto de la temporada. Gran actuación del tetracampeón en una carrera muy complicada.

Al final Turquía nos mostró que los “viejitos” de la Fórmula 1 tienen mucho para dar.