Este fin de semana en el Istanbul Park, no solo pudimos darnos cuenta de la grandeza de Lewis Hamilton al sumar su séptimo campeonato de pilotos en la F1, sino también confirmamos que la Dirección de Carrera de FIA se sigue empeñando en dar motivos para que sean también actores de primera línea, pero en el carácter de villanos ocultos en la densa neblina.

La primera gran decisión errónea y controversial, sucedió al término de la Q1 cuando Dirección de Carrera no tuvo problema en poner luz verde para el inicio de sesión cuando había una grúa retirando el auto de Latifi trompeado al final de la sesión.

FIA explicó que se basaron en el comentario de los oficiales de pista en el área que les mencionaron que para cuando los autos pasaran, la grúa no estaría más ahí. Lo que no estuvo en sus planes es que la grúa tardó más de lo normal en salir de esa área, mientras se mostraban banderas amarillas a los pilotos que venían tratando de ponerle temperatura a sus llantas en una pista mojada.

Obvio, las quejas no se hicieron esperar. Primero por la nula seguridad de tener una grúa en una pista mojada cuando ruedan autos de F1 y que desafortunadamente nos llevan al recuerdo del accidente mortal de Jules Bianchi en Suzuka hace unos años. Tremendo error en conjunto de oficiales de pista, operarios de grúa, así como Dirección de Carrera.

Lo más controversial vendría después cuando el poleman, Lance Stroll, conseguía marcar su mejor tiempo con un trompo de su compañero de equipo en la curva 7. Los comisarios argumentaron que la pista se estaba secando y el que Lance levantara al llegar a esa curva, y luego acelerar cuando pasó a su compañero trompeado, lo exoneraban del castigo. Él hizo en ese microsector un récord personal, y pasando el trompo de Pérez marcó dos microsectores con récords generales.

Sin embargo, el onboard de Lance desnuda que el canadiense vio la luz amarilla parpadear en la recta previa a la curva 7, y aun así, aceleró a fondo en una pista mojada con un peligro frente a él desconocido. Ahí es cuando uno se pregunta si es válido todavía ese argumento de mantener la seguridad por encima de todo dentro de la F1. Entendemos que son pilotos buscando mostrar su superioridad, pero las banderas amarillas, sobre todo en una pista mojada, se deberían de respetar aún más. Si tomamos en cuenta que el agarre de un neumático con dibujo en pista mojada es exponencialmente menor al de un slick en pista seca, tendríamos que también entender que los riesgos aumentan bajo condiciones húmedas.

Por una acción similar fue penalizado Lando Norris en la Q1, claro, con una pista todavía más mojada porque hay que recordar que se soltó la lluvia a mitad de esa sesión. El piloto de McLaren, según el dictamen de los Comisarios, bajó la velocidad en donde estaban las dobles amarillas (curva 8, Latifi detenido) y luego volvió a retomar la velocidad. Aun así, fue penalizado y es donde no entendemos el doble criterio.

En carrera, Max Verstappen al salir de los pits luego de su primer pitstop, aceleró y su llanta delantera izquierda tocó la línea blanca que separa el pitlane del fastlane. Eso es motivo de 5 segundos de penalización. Los comisarios decidieron investigar la acción luego de la carrera, lo cual ya es motivo de controversia, porque en caso de haberse encontrado culpable, se le habría perdonado el haberse encontrado con tráfico en uno de sus dos pitstops posteriores que hizo durante la carrera. Sin embargo, el holandés se fue a casa sin castigo porque los oficiales consideraron que no había prueba contundente para crear una penalización.

La toma frontal justo cuando iba saliendo el hombre de Red Bull de los pits, muestra que sin duda, Max pisa la línea blanca. Estos criterios tanto de Dirección de Carrera como de los Comisarios, son los que generan muchas controversias cuando no son realmente necesarias. Los criterios deberían unificarse para no generar este tipo de discusiones. Los reglamentos deberían ser respetados sin importar el color de la escudería.