En el año 2013 Toto Wolff se puso a los mandos de la escudería Mercedes sin saber que iba a estar al frente de una de las etapas más laureadas de un equipo de F1. Desde entonces ha vivido una etapa de éxito constante, pero esos éxitos no implican que no pase factura dirigir algo tan grande durante tantos años solo.

Hasta el año 2019 tuvo a su lado a Niki Lauda, el cual compartía el mando del equipo, pero desde su fallecimiento, no ha colocado a nadie que colabore con él en esas labores que, para una persona sola, estar al mando de 2000 personas, puede suponer un gran desgaste físico como mental. Esto junto a otros patrones, como que ha sido padre recientemente, le obligan a pensar detenidamente cuál va a ser el camino que va a decidir tomar en los próximos meses ya que, a finales de este año, el contrato entre Wolff y Mercedes se termina.

Es por ello que Wolff se está tomando su tiempo para tomar decisiones de cara a su futuro, pensado cada vez más en compartir el puesto que actualmente tiene en el equipo con otra persona.

"No estoy seguro sobre si el concepto de jefe de equipo funciona todavía en Fórmula 1. Soy responsable de 2.000 personas. 1.000 en la fábrica de motores y 1.000 en la otra fábrica, ¿debería soportar toda la responsabilidad una persona solo?" Ha dicho al canal británico Channel 4.

"Me ha encantado hacer eso, pero quizás mirando al futuro podríamos compartir el puesto. Esa probablemente sería la estructura correcta para cualquier organización, pero no la he definido adecuadamente todavía"

También ha aprovechado para explicar cómo es el desgaste que sufre una persona en un puesto así, en el que se encuentra bajo presión de forma constante.

"Creo que das todo lo que tienes, todo tu corazón, toda tu energía... he hecho eso durante ocho años. La cuestión es si eso es sostenible, ¿sufre tu vida familiar? ¿sufre tu propia salud? He tenido migrañas, lo que es algo completamente nuevo. Tu mente deja de tener periodos de inactividad".

Así está dejando entrever que el primer movimiento que tomará será compartir la dirección de la escudería con otra persona antes de dar su adiós definitivo.

"Creo que todos tenemos una fecha de caducidad en algunos puestos. No quiero pasar de genial a bueno porque alguien tomaría el relevo en ese momento".

"Se trata de un momento de reflexión para mí. Hablamos de un nivel de intensidad alto. Lo que yo hago y lo que hacemos nosotros es buscar la perfección".