Ante la desoladora e inusual situación en la que nos encontramos, la Fórmula 1 está tratando de buscar soluciones para que la categoría reina del motor pueda afrontar esta tesitura con el menos número de daños posibles. Tras la reciente cancelación del Gran Premio de Canadá, las cosas parecen complicarse cada vez más para la competición. Sobre todo, para los equipos que, tras verse privados de muchas de sus fuentes de ingresos, a la vez que siguen teniendo que hacer frente a los copiosos gastos que conlleva mantener unas estructuras de tal envergadura, algunos de esos corren el riesgo de verse obligados a abandonar la parrilla de la categoría reina del motor.

Por ello la Fórmula 1 anda buscando la manera de facilitar la transición por esta etapa a los equipos. Uno de las primeras medidas que se adoptaron al inicio de esta crisis, fue la decisión de congelar los chasis de los monoplazas durante esta temporada, aun por comenzar; y la siguiente, con la excepción del equipo McLaren que ha obtenido el visto bueno para poder adaptar su monoplaza a la nueva unidad de potencia que le proporcionará Mercedes, como su nuevo proveedor.

Asimismo, los distintos equipos de la parrilla han estado discutiendo sobre qué otros elementos del monoplaza se podrían congelar, para así reducir el gasto de los equipos. Dado que no hay un acuerdo común, ya que cada uno alberga una idea diferente sobre las partes de su monoplazas que les gustaría poder modificar. Se propuso en una videoconferencia a la que pudieron asistir tanto los directores de equipo, como Chase Carey, Ross Brawn y Jean Todt; la idea de establecer un número de tokens de desarrollo para cada equipo.

Una idea que lejos de ser novedosa, ya se implantó a los inicios de la era híbrida y que finalmente se desestimó, en un intento de facilitar las cosas a los proveedores de unidades de potencia como Honda, Ferrari y Renault, el poder alcanzar al gran dominador y todopoderoso de la era híbrida Mercedes.

A pesar de que el sistema de tokens fracasó estrepitosamente, ya que quedó demostrado que este sistema no lograba reducir el desarrollo de los equipos y mucho menos las pruebas que estos realizaban con las unidades de potencia, lo único que conseguía era postergar la introducción de mejoras y dejas inmovilizados a aquellos equipos que había agotada todos sus tokens, con la desagradable consecuencia de que estos no habían logrado el rendimiento deseado, quedaban estancados aumentando la diferencia con el resto de equipos.

No obstante, la Fórmula 1 volverá a darle una oportunidad a este sistema, a falta claro está de uno mejor, asignando de este modo un número de tokens a cada uno de los equipos de la parrilla y por ende un valor diferente a cada una de las piezas. Por lo consiguiente los equipos deberán administrar cada una de las actualizaciones que llevan a cabo, cerciorándose en la medida de lo posible del funcionamiento de estas, para no quedarse atrás.

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