A los ojos de las personas que no siguen a fondo el mundo de la Fórmula 1, este se trata de gastos millonarios, uno tras otro, de maneras innecesarias, con el único fin de obtener el mejor auto para así lograr el Campeonato Mundial. Sin embargo, el gran circo sirvió muchas veces como el impulsor de innovaciones, sobre todo tecnológicas, para la producción en serie de los "coches de calle". Pese a ello, Jens Marquart, jefe de competición de BMW, sostuvo que la máxima categoría no ayudaría al progreso y evolución de la marca en su tarea industrial.

"El V6 Turbo híbrido no tiene nada que ver con nuestra producción de coches de calle. Desde un punto de vista de ingeniería, me quito el sombrero ante lo que hacen en la Fórmula 1, pero la tecnología no tiene relevancia para la carretera", sostuvo el directivo de BMW en diálogo con la revista alemana Auto Bild. Con esas palabras, Marquart dejó cerrada la puerta, al menos de manera inmediata, del retorno de la marca a la categoría reina del deporte motor; cabe recordar que la misma participó de la competencia hasta el 2009 habiendo disputado 72 carreras con la obtención de una victoria y una pole position. Actualmente, el constructor se encuentra incursionando en la Fórmula E con Andretti como asociado.

Pese a que comúnmente se reconoce a la unidad de potencia de los monoplazas de Fórmula 1 como una obra impresionante de ingeniería, desde BMW no observaron esa pieza como algo aplicable a la fabricación industrial y por tal razón prefirieron apuntar al desarrollo de elementos eléctricos pensando en el avance hacia la emisión nula de carbono que se prevee a futuro. Sumado a ello, no solo la marca dirgida en lo competitivo por Marquart se alejó del gran circo, sino que también otras como Porsche, Ford ni Bugatti demostraron interés en sumarse. Esto indicó que el límite presupuestario del reglamento del 2021, que buscó eliminar las altas inversiones para comenzar en la categoría, no resultó ser tan atractivo como se pensó.

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— BMW Motorsport (@BMWMotorsport) February 4, 2020

Sin embargo, como se mencionó al principio, la Fórmula 1 ha servido como banco de pruebas, por decirlo así, para innovaciones sumamente provechosas pensando en los autos de fabricación industrial. El ejemplo más claro es el de la fibra de carbono, filamentos que utilizó McLaren en la década del 80 para así dejar atrás a las estructuras metálicas que predominaban en el diseño del chasis. La principal razón de su incorporación en la época fue la ganancia en peso del monoplaza, haciéndolo más liviano y por lo tanto más veloz. Al día de la fecha no solo los coches de calle lo han incorporado, sino que hasta se realizan muebles con este elemento.

Otro avance fue el del KERS (Sistema de Recuperación de Energía Cinética), el cual fue utilizado y desarrollado con mayor intención por Williams. Este aparato optimizó el uso de combustible reutilizando la energía, que se esparcía con el calor, impulsando a las ruedas traseras en las salidas de las curvas. Asimismo, las celdas de supervivencia, de tan solo ocho kilos de peso y desarrolladas para los coches de F1, sirvieron como ayuda médica actuando como una auténtica incubadora para los recién nacidos por medio de una estructura que no necesitó de material metálico.

Sin ir más lejos y hablando de una pieza que está a la vista, las ruedas monocasco diseñadas por Mike Spindle para los monoplazas fueron ideales para crear sillas de rueda más fuertes, resistentes y ligeras. Por otra parte, los amortiguadores de los autos de F1 permitieron absorber la potencia de rebote de manera tal que se convirtió en una tecnología que se destinó de ayuda para las personas que necesitaran apoyar la rodilla luego de una cirugía. Por último, la telemetría y la recolección masiva de datos que no se dejan librados al azar han permitido, además de analizar el rendimiento de un coche de carreras, detectar problemas de corazón en bebés de pocos meses de vida.

Está claro que la Fórmula 1 no se trata solo de ganar carreras, aunque es el objetivo primordal, sino que de manera indirecta y por medio del trabajo incansable de ingenieros y mecánicos, entre otros, se intenta obtener avances que ayuden a obtener un mejor rendimiento en automóviles. Sin embargo, la intención de obtener un medio ambiente más sano por medio de la eliminación de la emisión de carbono propulsó el ascensod e la Fórmula E, otro banco de pruebas que posee cualidades diferentes y avances distintos para los coches, BWM decidió apostar a esta última.

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