Mattia Binotto, director del equipo Ferrari, fue una de las personas señaladas en rojo por el paddock F1 y el ferrarismo. Su trabajo en el equipo quedó en entredicho, ya que todo el trabajo político que debía hacerse en la Scuderia rossa fue flojo, y eso quedó demostrado luego en la pista.

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“La Fórmula 1 no es solamente un desafío técnico y deportivo, sino también político” fueron las palabras del jefe de Ferrari para Motorsport-Total.com, que terminó aprendiendo en su análisis de errores del año 2019. El italiano identificó uno de los puntos débiles del equipo en el apartado político, cosa que espera cambiar para la temporada que está por empezar.

“Probablemente eso mostró una de nuestras debilidades durante la temporada” fue el resumen político de la temporada pasada en Ferrari: se convirtieron en el punto de atención, sobretodo en la segunda parte del campeonato, cuando empezaron los rumores y especulaciones sobre su superioridad en los tramos rectos.

Por ello, la FIA solicitó en varias ocasiones aclaraciones sobre algunas de las regulaciones del SF90, más en concreto, de la unidad de potencia. Como resultado, obtuvieron una cantidad de comentarios negativos y acusaciones por parte tanto de equipos como de pilotos. “Esto sucede cuando dejas hacer trampa” fueron las palabras que más resonaron en algunos momentos del año.

Binotto, por su parte, trató de maquillar la situación, tirar balones fuera y rebajar el humo: “No somos lo suficientemente buenos en las polémicas, los hay mejores. Nos señalan con el dedo. Todo se trata de generar presión: usan los medios para aumentar la presión. Debemos entender como podemos mejorar y actuar en el futuro, porque eso forma parte de esto”.

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