Jacques Villeneuve, piloto de Williams, se coronó hace 22 años, siendo el último conductor no nacido en Europa que se quedó con dicho reconocimiento en la máxima categoría del automovilismo.

Después del último título del brasileño Ayrton Senna, en 1991, los pilotos europeos  retomaron su línea ganadora y se vio desfilar a Nigel Mansell, Alain Prost, Michael Schumacher -en dos ocasiones- y Damon Hill como los campeones de la Fórmula 1.

No obstante, en 1997 el canadiense Jacques, hijo del mítico Gilles, se quedó con el cetro, tras sumar 81 unidades. El título se definió en la última carrera de la temporada, en el Gran Premio de Europa. En la carrera, Jacques y Schumacher, pilotos contendientes al título, se enfrascaron en un duelo que terminó cuando el alemán golpeó al canadiense y quedó fuera de la carrera, además fue descalificado del campeonato por su actitud antideportiva; en tanto que Jacques finalizó en la tercera posición, suficiente para coronarse.

Así la corona volvía a América gracias a las siete victorias, ocho podios y 10 poles que registró Jacques en la temporada en la que abandonó en cinco carreras. Esa era la segunda temporada de Villeneuve, un año antes fue subcampeón, tras quedar 19 unidades debajo de Damon Hill.

Tras esa victoria, ningún competidor no europeo ha sido campeón, lo más cercano fue el subcampeonato de Felipe Massa en 2008, cuando solo fue rebasado por Lewis Hamilton por un punto en la recordada carrera de Brasil. El también carioca Rubens Barrichello le compitió en 2002 y 2004 a “Schumi”, pero la diferencia al final fue de 67 y 34 puntos abajo.

En el caso del canadiense tras el campeonato fue quinto, séptimo y poco a poco se fue alejando de los primeros puestos hasta que dejó la máxima categoría en 2006 cuando fue reemplazado en BMW Sauber por el polaco Robert Kubica. Con su retiro de la máxima categoría, Jacques es recordado or muchos aficionados como la estrella que se apagó en poco tiempo.