La importancia de los directores técnicos en un equipo de Fórmula 1
En un equipo de Fórmula 1 destacamos la figura de los pilotos, sus ingenieros o los directores de equipo y nos olvidamos de la importancia de los directivos técnicos. Repasamos el papel de estos.
La Fórmula 1 es un deporte que se caracteriza por estar siempre en la búsqueda de incrementar la velocidad y la innovación a través de los avances tecnológicos. No obstante, la aplicación de dicha tecnología afecta a la estructura de los equipos y a la organización del mismo, además de al monoplaza en el que se esté invirtiendo la misma.
En épocas anteriores, cuando un equipo de Fórmula 1 era un puñado de personas, el departamento técnico podría haber sido un diseñador con uno o dos asistentes respaldándolo.
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A medida que los equipos iban creciendo, el rol pasó a ser el de un diseñador jefe con una habitación con asistentes y, finalmente, con la ciencia de la construcción de monoplazas de F1 evolucionando a una disciplina de ingeniería por su propio peso, aparece la figura del director técnico, para visualizar el trabajo del diseñador jefe. A día de hoy el rol ha cambiado de nuevo, viendo la extraordinaria complejidad que conlleva el trabajo en un equipo de F1 y la rapidez con la que se debe llevar a cabo.
Una de las figuras del paddock con un rango de responsabilidades más amplia es la de James Allison, director técnico del equipo Mercedes. Allison se ríe cuando le preguntan cual es su papel en el equipo campeón de los últimos seis años.
“Siendo serios, creo que tendríais dificultad de encontrar una respuesta constante, porque hay 10 equipos y 10 equipos, cada uno con su estilo de trabajo.” comentaba para la web de la F1.
“En términos generales, el director técnico se responsabiliza de asegurar que el coche es legal, seguro, rápido y fiable. Entonces, la tarea está dividida en muchos hombros dispuestos. Mi rol -creo- es el de coordinarme con esas personas para tratar de encontrar un consenso entre todos. En ocasiones, tomo decisiones por mi cuenta porque solo requieren que alguien tome una decisión.”
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— Mercedes-Benz (@MercedesBenz) January 22, 2020
“Más que nada, un equipo de F1 es eso, un equipo. El director técnico tiene el privilegio de estar en una parte con influencia en el equipo y el placer de ver como las cosas funcionan bien. Es un trabajo increíble, afortunado, exigente y divertido. Tenemos la suerte de tener las herramientas necesarias y definitivas: los dinamómetros del motor te dirán si tienes caballos de potencia, los túneles de viento te dirán si tu aerodinámica es mejor y más eficiente” comentó Allison.
Mantener ese momentum hacia adelante de una organización tan grande como la de un equipo se suele comparar con el papel de la dirección de una orquesta o un artista que debe mantener los platos girando a la vez. “Es una buena analogía. Asegurarse de que todos los platos están girando es lo primero. Después de ello quieres que los platos empiecen a rodar más rápido” son las palabras de Jan Monchaux, director técnico recién instalado en Alfa Romeo.
Monchaux estaba en el puesto de jefe de aerodinámica de Alfa Romeo, habiendo trabajado en F1 con Toyota y Ferrari, antes de pasar por Audi Sport. “20 años atrás, el director técnico hubiese tenido unas 40 personas trabajando para él; ahora, esto es 10 veces mayor” explica, comentando además que el rol de director técnico es más bien de asignación de recursos y gestión del personal, y no tan directamente implicado en lo tecnológico.
“Es como si un chef decide abrir un restaurante: necesita confiar en cocineros que entiendan sus filosofías y su forma de cocinar. Yo les guiaré, y les impartiré ciertas filosofías, pero no voy a decirle a la gente cómo resolver los problemas” explica Monchaux. En este modelo, el jefe técnico juega el papel de último supervisor (y aprobador) del trabajo.
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El jefe técnico de un equipo puede tener un papel distinto dependiendo de en qué equipo esté, por lo que en la actual parrilla puede haber, como mínimo, 10 formas distintas de trabajo y 10 formas distintas de autoridad y posición de la figura del director técnico. El último caso destacable es el del equipo Renault.
El año pasado, Renault contaba con dos directores técnicos: el responsable del desarrollo del motor Rémi Taffin, en Viry-Châtillon (Francia), y Nick Chester, en Enstone (Inglaterra), responsable del chasis. Desde Enstone funcionaban algo distinto a otras fabricas, con Marcin Budkowski, director ejecutivo, como responsable de los aspectos operativos más amplios del equipo, cosa que en otro equipo estaría en manos del director técnico.
“Bromeo con que Nick [Chester] está diseñando el coche y yo la organización. Mi rol es mayormente el de construir una organización fuerte. Es un rol de gestión con un cometido más allá de lo técnico, cubriendo también la parte operacional: producción, adquisición y entrega” son las palabras de Budkowski, quien inició su carrera como aerodinamicista en el equipo Prost GP, pasando por Ferrari, McLaren y trabajar con la FIA.
“Todos los departamentos técnicos y operacionales están en mi lista de responsabilidades. Esto abarca desde reclutar roles clave a cambios en la estructura organizacional: promocionar gente o cambiarlas de rol; cambiando la forma en la que trabajan los departamentos”
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A pesar de que todo el trabajo lleva a construir un coche (o equipo) de Fórmula 1, no se requiere ser fan para tomar el mando de la directiva técnica. “Estamos aquí porque amamos la competición. Realmente, viajar significa gastar mucho tiempo y mi valor añadido está mayormente en la fábrica. Pero hay un deseo masivo de estar en la pista, en contacto con los coches, los pilotos, los mecánicos...”
“Es tremendamente frustrante cuando el rendimiento es decepcionante, pero la felicidad está en recordar que eres extremadamente afortunado. La F1 era mi pasión de adolescente, y ser capaz de estar trabajando en algo que te apasiona es un privilegio”.
En definitiva, el papel de director técnico de un equipo va más allá de la parte técnica del coche, y no es tarea de una persona: hay un equipo detrás de la que es “la cara visible”. Esta naturaleza colaborativa ha suplido al ‘rol excéntrico’ de las generaciones previas, y se puede comprobar ya que la propiedad de un coche rara vez se atribuirá a la figura de una persona, como ocurría con las creaciones de Mauro Forghieri, Patrick Head o incluso las primeras de Adrian Newey.