Anteriormente, el equipo Red Bull había presentado a la FIA un informe sobre los sensores pertenecientes a los sistemas de flujo de combustible y sobre la posibilidad de depurar combustible al motor en una tasa mayor a la permitida durante las mediciones del propio sensor.

La respuesta de la FIA llegó el pasado fin de semana, durante el Gran Premio de los Estados Unidos. La Federación Internacional de Automovilismo realizó la investigación pertinente y habitual en los casos ‘sospechosos’ por parte de los equipos, siempre que haya algo ilegal en sus rivales. La posterior directiva técnica de Nicolas Tombazis confirmó la ‘ilegalidad’ de estos planteamientos en el caso de llevarse a cabo.

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Todas las alarmas saltaban en el equipo Ferrari. En una carrera decepcionante, y visto el gran paso adelante dado por los italianos y la superioridad a una vuelta, en el paddock se levantó el rumor. Las conjeturas sobre el supuesto cambio al que se vio obligado a realizar el equipo puso en el foco de la polémica al motor italiano. A pesar de bajón de rendimiento, Mattia Binotto negó cualquier tipo de modificación en la unidad de potencia.

Y si había dos equipos que estaban atentos a la decisión, eran Mercedes y Red Bull, los principales rivales de los italianos. Ambos jefes de equipo, Toto Wolff y Christian Horner, entienden que el uso de este sistema ‘bajo tela de juicio’ hubiese supuesto una violación clara de la reglamentación.

“Si alguien estuviese haciendo lo que la directiva técnica aclaró, hubiese sido juego sucio. La manera en que se formuló la directiva técnica habla de una violación grave del reglamento, y no de lagunas” comentó Toto Wolff.

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Dichas lagunas quedaban más claras, según el alemán, visto los números y el rendimiento que había mostrado Ferrari en Austin, comparado con anteriores carreras. “Analizamos los datos de la carrera, y la velocidad parece muy distinta a las últimas, ya sea por la directiva técnica o por otro asunto. No lo sé, porque no podemos comprobar lo que han hecho en Ferrari”.

Por su parte, Horner entendió que tanto el equipo como el motorista Honda, si la opción hubiese estado permitida, se verían forzados a trabajar en el desarrollo de un sistema similar al de los de Maranello.

“La directiva fue muy clara; eso no quiere decir que nadie estuviese realizando algo, pero si se hizo, obviamente era ilegal. La unidad de potencia es realmente compleja, tanto desde el punto de vista del hardware como el del software. La aclaración que pedimos a la FIA es algo estándar, que va y viene continuamente entre los equipos. Por tanto, es bueno siempre obtener claridad en lugar de desperdiciar esfuerzos” concluyó el jefe de Red Bull.