Esta temporada hubo muchos cambios de asientos entre escuderías y pilotos, y el más esperado o al menos de los más deseados, era volver a ver a Robert Kubica de vuelta a la Formula 1. El polaco ya había realizado algunos test de prueba con Renault Sport F1, pero finalmente recaló en las filas de la escudería Williams.

Las expectativas no estaban por las nubes, ya que el FW42 no da para mucho más. Sin embargo, a pesar de las visibles limitaciones del polaco para pilotar un monoplaza de F1, nadie se esperaba que la comparación su compañero de equipo fuera tan enorme.

La mejor posición de Kubica fue un increíble 10º puesto en Alemania, ya que las sanciones a ambos Alfa Romeo le permitieron subir a los puntos, llevándose así un punto que sabe a gloria, pues, si su compañero no puntúa en todo lo que queda de Campeonato, Robert quedaría por delante en la Clasificación General.

Aunque eso pueda sonar muy bien, la realidad es otra. Los números nos indican que en carrera, Russell le gana 10-2, y además en ritmo de carrera el británico le saca diferencias de hasta más de 5 segundos con el mismo monoplaza. Si nos vamos a clasificación, según la página www.racing-statistics.com/ la posición media de parrilla de Kubica es 17º, mientras que la de Russell es de 16,50.

En resumen, Robert Kubica está demostrando, para mal de todos sus aficionados que le querían de vuelta, un ritmo que no está para competir en Formula 1, la máxima categoría del motorsport.

En la otra cara de la moneda, George Russell ha demostrado, con el coche más lento de la parrilla, que tiene potencial para, en un futuro, competir con las jóvenes promesas de la competición, como Lando Norris, Charles Leclerc, Max Verstappen…

El 10-2 que le lleva a su compañero en carrera es el reflejo de que Kubica, desgraciadamente no está para competir en Formula 1, y que Russell es el futuro, junto con el resto de novatos, de la Formula 1, y que el espectáculo que darán dentro de unos años será increíble, con el relevo generacional inminente dentro del Gran Circo.

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