La estrategia de Hamilton y Mercedes, necesaria en esta Fórmula 1
Tras la persecución del británico sobre Max Verstappen, Mercedes llamó a una segunda parada a Hamilton, para sorpresa de todos. Lo que parecía descabellado terminó siendo totalmente positivo y el resultado fue lo visto: victoria del británico.
Las últimas vueltas del Gran Premio de Hungría remataron gratamente el final de esta primera mitad de temporada. Tras la persecución de Lewis Hamilton sobre Max Verstappen, desde Mercedes llamaron al inglés a parar para poner medios. Desde fuera parecía poco creíble que el pentacampeón lo consiguiese, pero pudo recortar los 20 segundos que el neerlandés tenía de margen para llevarse el triunfo.
Tras una salida desde la pole, Max Verstappen quiso imponer su ritmo y escaparse. Por su parte, Lewis Hamilton, que había adelantado a su compañero, mantuvo una distancia de entre 2 y 3 segundos con el holandés de Red Bull, tiempo que le facilitaría la opción de un undercut sobre el líder de carrera. No pudo ser.
Hamilton, tras su inesperada victoria: “No sabía si iba a ser posible remontar esos 19 segundos”
Verstappen paró en la vuelta 25 a colocar un set de los neumáticos duros (nuevos) con la intención de finalizar la carrera con ellos. 6 vueltas después, en la 31, fue el de Mercedes quién cambió de gomas. La distancia se había disparado hasta casi los 5 segundos, pero lo siguiente fue algo tremendamente espectacular.
Hamilton voló sobre el Hungaroring en sus primeras vueltas de gomas duras, recortándole esos casi 5 segundos en poco más de dos vueltas, es decir, iba 2 segundos más rápido que Verstappen, con unas gomas 6 vueltas más jóvenes. Llegó, por supuesto, a situarse en el difusor del RB15, pero...¡adelanta tú en el Hungaroring! La situación con los doblados tampoco ayudaba y, posiblemente tras ver el comportamiento de los blancos en el coche de Bottas, inició la batalla.
Llamaron al británico a boxes, para colocar un set usado de neumáticos medios (amarillos) e intentar, al máximo, recortarle todo el tiempo perdido a Max y llevarse el triunfo. Salió más de veinte segundos por detrás y le quedaban poco menos de 20 vueltas para llegar. Era una quimera, o al menos lo parecía. Los doblados, otra vez más, dificultaban el trabajo del inglés.
Las vueltas sucedían, los neumáticos del #44 estaban en plena vida, mientras los del #33 la perdían, y así iba. Mientras el holandés rodaba en 1:20s, 1:20s altos, 1:21s..., el británico emprendió un ritmo arrollador de 1:18 medios, recortándole, de media por vuelta, entre 1 segundo y medio y 2. A falta de 5 vueltas, Lewis había recuperado esos veinte segundos, adelantó al holandés y se dispuso a terminar la carrera en el liderato. Max, por su parte, paró en boxes a falta de 3 giros, asegurando que “no llegaba con esas gomas”.
Moraleja: neumáticos más blandos, o con una duración más corta, y que las carreras sean así de interesantes e inesperadas. Nadie pensó que arriesgarían a parar 2 veces; es más, la estrategia común era a 1 (medio a duro). Lewis Hamilton y Mercedes tiraron la moneda al aire, y salió cara. Para ser campeón, debes ser el mejor dentro de la pista, y fuera. Hamilton lo es. Mercedes, también.