Newgarden, un campeón a presión
Año de consolidación para el piloto que conduce el auto número dos de Penske y que cumplió sus propias expectativas.
Laguna Seca vio a Colton Herta llevarse la victoria de la cita final de la temporada 2019 de la IndyCar Series, a pesar del triunfo, la transmisión televisiva se quedó fija en la línea de meta, esperando al auto número 2 que pasó la bandera a cuadros en la octava posición, lo que le otorgó -por segunda ocasión en tres años- el Campeonato de Pilotos a Josef Newgarden.
Esta fue una temporada de dominio del legendario equipo Penske, que logró nueve de las 16 victorias posibles; año en que el piloto oriundo de Hendersonville, Tennessee, se llevó cuatro victorias, además de otras tres visitas al podio y siete ocasiones en los 10 mejores, incluyendo su cuarto puesto en las míticas 500 millas de Indianápolis.
Tim Cindric, presidente del equipo Penske y estratega del auto número 2, declaró la semana previa a la conclusión de la lucha por el campeonato que Newgarden había corrido con buena suerte y mejores oportunidades que lo llevaron a consolidar su liderazgo en la competencia, pero existen dos elementos que Tim consideró claves para este éxito: la constancia de resultados y el manejo de la presión.
A inicios de 2019, se celebró en la Ciudad de México la Race Of Champions (ROC), evento que reúne a pilotos de diferentes categorías y nacionalidades para una prueba de habilidades en diferentes autos. Uno de los invitados fue Newgarden.
Durante la ROC, tuvimos la oportunidad de conversar con el piloto norteamericano a quien cuestionamos sobre sus reflexiones de cara al inicio de la IndyCar, a lo que respondió: “Debemos tener más consistencia que el año pasado, en el que ganamos tres carreras, pero no fue lo suficientemente consistente para la causa del campeonato”.
A pregunta expresa de si sentía presión por ser señalado como la próxima gran estrella indicó: “Siempre hay presión para todos nosotros… es un privilegio tener esa presión, me gusta ese dicho, somos muy afortunados de tenerla”.
Meses más tarde, lo volvimos a encontrar antes de la Indy 500, y repetimos una breve charla. “Es mucha la presión que se eleva para los equipos y para los pilotos para este día, de estar bien en este momento”.
“Creo que siempre me ha servido ponerme presión a mí mismo, es más fácil. Eres perfeccionista, tu propio crítico y tienes tus propias expectativas, si las pones tan altas como sea posible, nada será capaz de penetrar esta expectativa… debes tener tu propia fuerza mental”.
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Los diamantes son minerales altamente apreciados por sus características únicas, entre ellas, las situaciones excepcionales que tienen que pasar para formarse. Una de las más conocidas es la condición extrema de presión que se necesita para que se creen.
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Durante temporada, Newgarden tuvo tres situaciones que terminaron en malos resultados: en el GP de Indianápolis, una penalización por un problema con un neumático en la detención en pits que le mereció una sanción; en la segunda carrera en Detroit perdió su auto y se fue contra el muro de neumáticos, y la más notable en Mid-Ohio, durante la última vuelta, ubicando en el cuarto puesto, intentó pasar a Hunter-Reay en un punto donde no había espacio, tocó a su rival y se quedó atorado en la grava.
A partir de estos momentos, la tensión creció y se comenzó a cuestionar si el líder del campeonato tenía la fortaleza para mantenerse hasta el cierre de año. Las alarmas volvieron a sonar en Gateway cuando en la última vuelta, nuevamente, se arriesgó para pasar a Ferruchi e hizo un trompo que le hizo perder tres posiciones.
Para Portland, Newgarden volvió a la concentración y se mantuvo alejado de los incidentes, enfocándose en sumar más que sus rivales directos, para mostrar que aún podía pensar en el largo plazo.
Con una carrera discreta en Monterrey, siempre teniendo en cuenta el lugar en que se situaban el resto de los contendientes, Josef administró su ritmo para cerrar el calendario con el control de sus opciones, como si se tratara del volante de su auto.
Después de mostrar un comportamiento relajado y prudente en las últimas dos fechas, el saberse nuevamente campeón le permitió dejar salir toda esa presión (gran parte autoimpuesta), de celebrar hasta romper en llanto, mostrando así su lado apasionado y emotivo con el que se le recordará.
Con 28 años y un futuro lleno de oportunidades dentro del mejor equipo del campeonato, Newgarden tiene la oportunidad de convertirse en un referente de la IndyCar, de ser un diamante que perdure en la historia de la categoría y solo el tiempo dirá si la presión que él se ejerció fue suficiente para lograrlo.
Texto: Fernando Alonso
Edición: Irma Caballero