La caída de una escudería histórica junto a un piloto legendario
La frustrante temporada del equipo McLaren en 2018 ha dejado a Alonso con un mal sabor de boca. El equipo británico ha sumado 22 puntos desde el GP de España y verá cómo a final de temporada sus dos pilotos abandonan el proyecto.
La temporada llega a su final. Triste, frío, desolado... Un campeonato que podía haber sido tanto, pero que no fue nada. Comenzamos con ilusión, viendo una dura rivalidad entre Mercedes y Ferrari. La zona media estaba realmente apretada, con un meteórico Haas, una nueva Renault, un Force India que había perdido fuelle respecto al pasado año y, lo que más nos ilusionaba, un McLaren por fin en la lucha. Los de Woking empezaron el curso de manera notable, con ambos pilotos en los puntos, con un 5º puesto de Fernando Alonso que parecía vislumbrar la luz al final del largo túnel que supuso la era híbrida para él. Parecía que todo iba a cambiar, que podría luchar, pero... el sueño se rompió una vez más.
5º en Australia, 7º en Baréin, 7º en China, 7º en Azerbaiyán, 8º en España... y se acabó. Después de esos 34 puntos todo empezó a oscurecer. Las mejoras que McLaren introducía en el monoplaza no funcionaban. La fiabilidad del motor Renault comenzó a erosionar las sensaciones que habían dejado los primeros Grandes Premios. Todo acabó rápido, demasiado rápido. Para agosto la decisión ya estaba tomada: Alonso abandonaría la Fórmula 1. No podía aguantar más la humillación que su propio equipo le proporcionaba. No podía permitir que la leyenda del Samurai quedase de esa manera y que año tras año repitiese las mismas palabras para acabar luchando siempre por los últimos puestos de la parrilla. Fue un duro golpe para Alonso, pero también para McLaren. La marcha de Fernando es una muestra de su fracaso, de su mal trabajo estos años. La caída de una escudería histórica junto a un piloto legendario.
Un aire nuevo se adentra en Woking. Ahora Norris y Sainz serán los encargados ahora de levantar una escudería que luchó por todo, que albergó leyendas en sus filas, que conquistó una época. Alonso sabe que desde que las mejoras dejaron de funcionar, McLaren trabaja en la temporada próxima, la temporada en la que él ya no estará ahí. A pesar del abandono de esta temporada, él no ha cesado en el empeño de darle al equipo lo que realmente quería y necesitaba: puntos. Y eso le ha asegurado una 10º plaza en el mundial de pilotos tras el GP de Brasil, a una sola carrera del final, con un coche que, recordemos, lucha cada fin de semana por entrar en la Q2. También ha asegurado un 6º puesto en el mundial de constructores. Estos resultados le permitirán a McLaren el próximo año gozar de un presupuesto mayor para desarrollar el coche de 2019 y así, proporcionar a Carlos y Lando lo que él no ha tenido. Estos puntos no son suyos, no son para él. Son puntos de caridad para un equipo destruido.
Alonso se muestra esperanzado para la temporada 2019 de McLaren. Sabe que será difícil, pero sabe que su equipo de diseño puede hacer un gran trabajo con el chasis, y más con la llegada de Key, que llegará a Woking en los próximos meses. Sabe por ende que, a pesar de estar tan atrás en este final de temporada, la siguiente la empezarán más fuertes: “El futuro es grandioso para estos chicos, han invertido mucho en 2019, lucharán por estar al frente” comenta.
Ahora Alonso busca nuevos retos, busca nuevas experiencias. Ha disputado el campeonato de Fórmula 1 durante más de una década y media, 17 temporadas para ser exactos. Ya ha adquirido todos los conocimientos posibles, ya ha ganado todo lo que tenía que ganar aquí, aunque no sea tanto como lo que él quería, como lo que él merecía. Sus recuerdos de 2010 y 2012 son dolorosos, pero con ello aprendimos todos que ser el mejor no garantiza ganar. Una ley de vida que todos debemos aprender. Una ley de vida que todos vamos a vivir. Hay que hacerse fuerte, trascender, mirar más allá de lo que otros han mirado jamás y luchar por lo que nunca se ha luchado, o luchar por algo que te haga ser recordado. Alonso dice ser un piloto mucho más completo ahora después de su participación en Indy500 y su participación en el WEC. Ahora comprende más el coche, ahora sabe gestionar de manera diferente. Este año ha vencido a su compañero de equipo 20-0 en clasificación y puede hacer pleno en Abu Dhabi.
Puede que dos títulos parezcan pocos. Dos títulos llenos de polvo que se han ido acumulando tras 12 años de sequía. 12 años perdiendo más batallas de ganadas. 12 años en los que hemos podido experimentar con él la alegría y la decepción absoluta. La impotencia y la frustración de ver a otros levantar la copa que él merecía. Pero no hay que ser severos con los nuevos allegados que lograron vencer al viejo Samurai, pues ellos también lucharon por su sueño e igual que Alonso, lo lograron cuando, tal vez, otros merecían vencer más que él. No hay que quedarse solo con unos números. Hay que lograr mirar más allá de los números y entender que Alonso es más que un bicampeón de Fórmula 1. Y eso es algo que ningún aficionado debería olvidar.