La NASCAR Peak México celebró su octava fecha en el óvalo de Villa de Zaragoza, San Luis Potosí, a inicios del mes de septiembre. Dicha carrera es de las de mayor número de apariciones en la serie, pues el óvalo tiene un tiempo de vuelta de 22 segundos, lo que lo convierte en un desafío por la estrategia y el manejo de tráfico con los autos rezagados.

En su concepción, en 1983, el trazado fue ideado como circuito, pero en 2005 se reconfiguró como un óvalo de media milla para que formara parte del calendario de la NASCAR.

El óvalo, ubicado a unos 30 kilómetros de la capital del estado, abrió sus puertas el sábado, dando la bienvenida con sus sencillas y básicas instalaciones para presenciar las primeras pruebas.

El área de prensa se ubica en el centro de la pista, para acceder se debe atravesar frente a las gradas por los accesos peatonales o por la recta trasera, por la cual tienen acceso los camiones que transportan los automóviles y camionetas que tendrán acción el fin de semana. Un par de carpas, que se montan frente al área de escrutinio de la serie, alojan a la prensa, mientras que en otra se reúnen los pilotos. Caminar entre los camiones y campamentos de los equipos hace que rápidamente uno se adentre en la competencia.

En el punto de escrutinio se revisa la unificación de medidas de los automóviles. Ahí, charlamos con el personal, el cual nos explicó el uso de regletas de madera que confirman la forma de los autos, después se utiliza una regla con bordes para medir el ancho, tomando como referencia los bordes de las llantas; acto seguido se verifica la distancia entre ejes.

La siguiente estación se encarga del peso el auto -2,750 kg para los óvalos-, la altura del suelo del auto al piso se mide con un block de aluminio que se pasa por el frente y parte de la cabina del conductor; mientras que otro inspector mide el ángulo del ‘flap’ y la altura del tren trasero del auto. La altura total del vehículo se realiza con un rodamiento que se sitúa sobre el techo y que sube cuando el auto pasa sobre la báscula.

En la NASCAR se corren dos categorías: la Peak -la estelar- y la Challenge, esta última podría decirse que es la categoría junior. Los organizadores anunciaron que los pilotos de la Challenge podrían participar en la categoría estelar, por lo que al finalizar su compromiso volverían a pasar por escrutinio y se les permitiría hacer ajustes necesarios. Los vehículos de las dos categorías tienen las mismas especificaciones, por lo que los ajustes son solo por desgaste de alguna pieza, mantenimiento preventivo o cambio de neumáticos.

Para las pruebas y calificación hubo poco público, por lo que los asistentes tuvieron la oportunidad de visitar los pits y los campamentos de los equipos cuando se detuvo la actividad en la pista.

La clasificación fue muy cerrada, pues los pilotos buscaban la mejor posición de salida para evitar el tráfico en la pista. Los primeros cinco puestos tuvieron una separación de menos de 100 milésimas. El líder del campeonato Rubén García Jr. marcó una gran vuelta de 21.538 segundos, en tanto que José Luis Ramírez, que había logrado la última pole en Querétaro, se quedó a 51 milésimas. En su turno, Salvador de Alba Jr. desbancó a García Jr. por apenas seis milésimas, al detener el cronometro en 21.532 segundos.

“Estoy muy contento. Es la pista más chica de todo el campeonato y siempre son divertidas las carreras aquí, (pues vamos) muy pegados todos. El tráfico que comenzará alrededor de la vuelta 25 o 30 tenemos que manejarlo bien, así que hay que llevar una buena estrategia”, nos comentó el piloto más rápido de la calificación.

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Antecedentes

NASCAR es el nombre de la marca que actualmente se identifica con las series en las que se corren los denominados ‘stock cars’, vehículos que en el exterior muestran la forma de autos de calle.

Desde 2004 existe la serie NASCAR México, la cual busca llevar a los espectadores una opción diferente a los autos tipo fórmula. En sus dos primeros años solo era una categoría con alianza de la serie americana, pero en 2006 se puso en marcha la transición para formar parte de la estructura de NASCAR, formalizándose un año después con la adopción de las reglas de la serie estadounidense. Aunque la competencia ha cambiado de nombre por el patrocinador principal, aún se mantienen similitudes con su formato original.

Los autos utilizan un chasis tubular con jaula de seguridad que se fábrica en México con los estándares de NASCAR. Su planta motriz es un V8 de 5.7 litros normalmente aspirado con carburador entregando 400 hp y 394 libras de torque. El suministrador de neumáticos es la fábrica General Tire.

Actualmente, NASCAR es la categoría con mayor difusión y seguimiento en el ámbito nacional, y ha generado un buen número de pilotos mexicanos profesionales. Antonio Pérez (hermano mayor de Sergio Pérez, piloto de Racing Point), Germán Quiroga, Abraham Calderón, Rogelio López y Rubén García Jr. son los campeones más renombrados de la serie. Daniel Suarez compitió en la categoría, pero no logró el campeonato, pues se concentró en continuar creciendo en los escalones hacia Norteamérica, dando el paso a la Xfinity Series (preámbulo de la NASCAR), en la que ganó el título en 2016. En la actualidad corre con el equipo Stewart-Haas Racing, en la categoría estelar.

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El domingo, día de la carrera, desde muy temprano el público comenzó a llenar las gradas para inyectar energía a la primera categoría: la Mikel’s Trucks, que es telonera y sirve para que los jóvenes pilotos obtengan experiencia.

En la segunda carrera, la Challenge, Rodrigo Rejón necesitaba de un buen resultado, pues se encontraba en una situación similar a la que enfrentó Michael Dörrbecker el año pasado, cuando el piloto del auto #1 de FedEx-Telcel tenía la obligación de ganar todas la carreras a partir de la fecha en San Luis Potosí si quería derrotar al mismo Rejón, situación que finalmente sucedió y ‘Miji’ logró la hazaña ganando el campeonato.

La carrera de la Challenge fue peleada y aunque Rodrigo tuvo oportunidad de pelear no superó a su compañero Dörrbecker, quien tomó el liderato y lo mantuvo hasta el final de las 130 vueltas.

Ambos pilotos festejaron muy poco, pues se incorporaron a la grilla de salida para la carrera estelar. Para ese momento, se encontraban llenas las butacas, más de 12 mil personas llenaban el área de gradas más los asistentes de las zonas de patrocinadores.

La carrera se largó sin cambios al frente, pero la primera bandera amarilla llegó muy rápido, por un contacto que obligó la salida de la grúa para recoger al auto en cuestión. Las acciones se reanudaron con Rubén Rovelo metiendo presión sobre José Luis Ramírez y su tercer puesto, logrando superarlo en la vuelta 33. El piloto del auto de Ruffles siguió empujando y para la vuelta 44 ya se encontraba segundo. En el giro 66, Rovelo comenzó a pelear cuerpo a cuerpo con Salvador de Alba Jr. hasta subir a la punta, dos vueltas más tarde.

La aparición de la segunda abandera amarilla se dio por un toque entre el auto número 26 y el 54, este último fue el causante del contacto al cambiar su línea. Con el reinicio, De Alba retomó el liderato después de su paso por pits. La actividad duró poco al aparecer la tercera bandera amarilla, tras un toque que dejó la pista sucia y que obligó a detener la carrera.

Al cruzar la vuelta 142, las posiciones comenzaron a cambiar, con Ramírez retomando el segundo puesto detrás de De Alba, pero otra neutralización por un auto que hizo un trompo, abrió las opciones para que algunos pilotos entraran a pits, entre ellos, Dörrbecker y Rejón, saliendo primero de la calle de boxes Rodrigo con lo que superó a ‘Miji’.

En la vuelta 177, Rovelo apretó para recuperar el primer lugar, el auto de Ruffles por la parte interior pasó a De Alba Jr. dedicándose a ampliar el margen en las últimas 20 vueltas y así quedarse con la victoria.

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Retos presentes

Antes de la ceremonia de premiación, el auto ganador hizo las tradicionales donas y comenzó a acordonarse el área, pues se permitió la invasión a pista por parte de los aficionados.

La celebración del podio contó con la lluvia de champán, ahí con la cercanía de los pilotos, los espectadores podían tomarse fotografías. La marea de fanáticos abarrotó la calle del campamento de los equipos, muchos lograron conseguir neumáticos como uno de los más grandes recuerdos para llevarse a casa, pero esto no termino ahí, ya que los pilotos salieron a atender las largas filas de seguidores que esperaban su oportunidad de conseguir un autógrafo o una foto.

En comentarios de los asistentes, la carrera fue entretenida y atrajo a personas que no son fanáticos del automovilismo, pues coincidió con que no había futbol en el estadio local; además, las familias pudieron disfrutar, sobre todo los niños, quienes llenos de ilusión pudieron tocar los autos.

Como curiosidad, el día previo a la carrera, charlando con algunos protagonistas así como compañeros de los medios que cubren la serie, hablábamos de la caída en el interés por parte del público y la poca cultura automovilística que hay en el país, pues poca gente conoce a los conductores o lo que sucede en las categorías nacionales.

La llegada de la Fórmula 1 supuso unos pasos hacia atrás para la promoción de los campeonatos mexicanos, primero por que concentra los reflectores en un solo evento con el que se tiene que competir en exposición mediática, pero sobre todo, con el apoyo de patrocinadores. Quizá es tiempo de hacer una reconfiguración del modelo de la NASCAR México para que sea más atractiva y que genere un gancho a los consumidores casuales de entretenimiento.

No hay una fórmula secreta, solo encontrar lo que ha funcionado en algunas ciudades y trasladarlo a otras, además de crear mecanismos que promuevan el involucramiento de más gente que desconoce la serie. Un trabajo que se hace poco a poco y constante; porque espectáculo y competencia hay, solo necesita pulirse y actualizarse.

Texto: Fernando Alonso

Edición: Irma Caballero

Fuentes:
https://hometracks.nascar.com/international/peak-mexico-series/schedule-results/
https://en.wikipedia.org/wiki/NASCAR_PEAK_Mexico_Series