3 de agosto de 2018; un año sin el “maestro” del motociclismo, todo un referente para las nuevas generaciones del mundo de las dos ruedas. 365 días sin el 12+1 veces campeón del mundo, el cual no era supersticioso pero prefería decirlo de esa manera “por si las moscas”. 8760 horas sin Ángel Nieto, piloto que dejó el listón muy alto en el panorama del motociclismo español.

Nieto falleció a los 70 años de edad disfrutando de sus vacaciones en Ibiza, lugar en el que solía veranear mientras que el mundial de motociclismo hacía su parón para que todos los pilotos reponiesen fuerzas de cara a la segunda parte de la temporada. Su vida se acabó, paradójicamente, en un accidente mientras conducía un quad.

Desde ese momento, una enorme tristeza sacudió el Paddock de MotoGP: grandes homenajes en honor al campeón, todos más que merecidos. Reconocimientos; muchos reconocimientos a su nombre: el Circuito de Jerez pasó a llevar su nombre, ya que era uno de los circuitos que más le gustaban al expiloto; donde más disfrutaba con la afición. El plató de Movistar MotoGP también fue renombrado: “Ángel Nieto 12+1” se puede leer actualmente en un lugar donde acostumbrábamos verlo comentando todos y cada uno de los movimientos que realizaban los pilotos en pista, dándonos incluso alguna que otra información proveniente de la cabeza de una persona más que experta en el tema. Aspar, antiguo rival de Ángel, pero sobre todo gran amigo le cambió el nombre a su equipo de la categoría reina, y para Bautista es todo un honor pilotar dentro del Ángel Nieto Team. Como estos, cientos de homenajes para no olvidar nunca al campeón de campeones.

Hay quién dice que todo homenaje es poco para una persona que se merece tanto, ya que su paso por el mundo de las dos ruedas ha supuesto un antes y un después, pero pese a todo ello, él: piloto y persona, seguirá en la mente de todo aquel que tuvo la suerte de verlo pilotar, en directo o mediante vídeos, rememorando sus grandes victorias.

Nieto, piloto que cada vez que salía a pista se jugaba la vida, luchando por ganar, por subirse a lo más alto; por colgarse la corona de laureles que le acreditaba como el mejor entre los mejores. Esa persona que se paseaba por el Paddock, regalando conversaciones y algún que otro truco a sus “aprendices”; a los que intentan ser sus sucesores.

Ese campeón que, por muchos años que pasen jamás será olvidado, porque forma parte de la Historia del Motociclismo; porque él es Historia.

Uves y ráfagas al cielo, maestro. ¡Sigue dando gas ahí arriba!