El trazado galo se preparaba para acoger la última carrera del domingo bajo un sol que favorecía a que los miles de aficionados que se concentraban en el lugar disfrutasen del rugir de los motores.

En parrilla de salida, un francés en su tierra como poleman: Zarco no quería dar su brazo a torcer, y menos en el país que lo vio crecer hasta convertirse en el gran piloto que es hoy día. Tras él, un Márquez preparado para hacer una gran salida y Petrucci sobre su Ducati satélite.

No podemos pasar por alto la posición de Pedrosa que, pese a seguir tocado de su mano derecha, sigue al pie del cañón, peleando por estar en las posiciones delanteras, saliendo décimo.

Lorenzo también estaba acechando, colocado en segunda posición de parrilla en sexta posición.

Los semáforos se apagaban dando comienzo una carrera que se disputaría en 27 vueltas. De los primeros momentos, hemos de destacar la sorprendente actuación de las Ducatis, colocándose en las dos primeras posiciones, lo que hizo que Zarco, al perder varios puestos, mostrase toda su agresividad a sus contrincantes, intentando adelantarlos en numerosas ocasiones. Era Lorenzo el que se colocó como el líder de la carrera desde el primer momento.

Las primeras caídas no tardaron en hacer acto de presencia; fue Iannone el encargado de inaugurarlas, seguido de Bautista y Tito Rabat.

Tampoco tardaron en aparecer las primeras vueltas rápidas; la primera, de la mano de Dovi, colocándose a medio segundo del récord de la pista, seguido posteriormente de Márquez, recortándole varios segundos al tercer clasificado provisional, Zarco.

La alegría del piloto italiano de Ducati como uno de los más rápidos le duró bastante poco y es que en la 5º vuelta se fue al suelo intentando adelantar a su compañero de equipo; mal fin de semana para ‘Desmo Dovi’, al que muy pocas veces solemos ver en el suelo.

Tras su caída, Márquez logra entrar en posición de podio provisional, pero intentando adelantar a Zarco se va largo, perdiendo tiempo respecto al piloto anfitrión.

Mientras, no podemos dejar de mirar hacia atrás, destacando a las dos Yamahas del equipo oficial, en el punto de mira tras las declaraciones de Rossi y su disconformidad con las mejoras que no llegaban. Viñales iba, a 23 vueltas del final, en la duodécima posición mientras que Rossi estaba luchando por posiciones de podio, provisionalmente quinto.

El de Cervera no pudo esperar más y a 20 vueltas intentó darle un hachazo a Zarco, aunque fue en vano ya que el de Yamaha se la devolvió al momento. Pese a su gran actuación, en esa misma vuelta se fue al suelo, despidiéndose tristemente del Gran Premio de casa y dándole pista libre al de Honda para luchar contra Lorenzo por la primera posición. Tardó sólo 2 vueltas en hacerse con ella tras un adelantamiento un tanto peligroso en el que Lorenzo se vio obligado a cambiar de trayectoria para no irse al suelo.

A partir de ese momento, el piloto mallorquín fue perdiendo posiciones; primero Márquez, luego Petrucci, Rossi, Pedrosa… así hasta cruzar la línea de meta en sexta posición tras el 26.

Márquez fue separándose de los pilotos perseguidores, proclamándose vencedor en el trazado vecino de Le Mans, seguido de Petrucci y con Rossi cerrando el podio y celebrando de este modo su renovación hasta 2020 con su equipo actual.

De maravilla lo hizo Pedrosa, aún lesionado, dolorido, saliendo desde la décima posición y luchando en varias ocasiones en plena carrera, finalizando como quinto clasificado; un puesto que, sin duda, sabe a gloria.

A destacar también está la posición de Viñales, séptimo sobre su Yamaha.

Con estas posiciones y teniendo en cuenta las caídas que han sufrido pilotos claros candidatos al título como Dovizioso, Márquez es aún más líder.