Érase una vez en Alemania. Cuando Barrichello se convirtió en héroe
La F1 vuelve a correr en Alemania. En esta edición repasamos la primera victoria de uno de los pilotos más queridos de la F1. Rubinho Barrichello.
El campeonato del año 2000 quedó grabado a fuego en la memoria de los seguidores de la F1 y de los tifosi en particular como el año de la resurrección de Ferrari. Luego de 21 años de espera y frustraciones un piloto del Cavallino volvía a gritar campeón.
Más allá de que se coronaron una carrera antes del final, los comandados por Jean Todt y Ross Brawn no la tuvieron fácil y promediando la mitad de campeonato una nube negra parecía decidida a arruinarlo todo. Otra vez.
El protagonista de esta narración no será Schumacher, a quien ya hemos mencionado en varias previas. Hoy hablaremos de Rubens Barrichello, su fiel escudero quién en el Gp de Hockenheim del año 2000 tuvo que convertirse en héroe para salvarle la ropa a Ferrari y obtener su primera victoria.
Barrichello había llegado a la Scuderia al principio de año para reemplazar al irlandés Eddie Irvine. El playboy irlandes se había coronado sub campeón en el año 99 quedando a poco de arruinarle la fiesta a Mika Hakkinen y sacarle a Schumacher el honor de ser el primero en devolverle la gloria a Ferrari. Ni una cosa, ni la otra. El irlandes se fue de la scuderia a fin de temporada y fue reemplazado por el piloto brasileño.
Barrichello era un piloto con mucha experiencia pero con un palmarés muy discreto. No ostentaba ninguna victoria hasta ese día.
El Gp de Hockenheim se celebró el 30 de Julio y fue una carrera llena de condimentos, el principal: Schumacher el lider del torneo, abandonaba por tercera vez consecutiva luego de un toque con Giancarlo Fisichella. Los McLaren tenían todo a favor por destronar al kaiser y desatar el pánico en italia pero como bien dice el refrán no se termina hasta que se termina y Barrichello todavía estaba en pista con el peso sobre sus hombros de salvar el fin de semana para su equipo.
El fin de semana de Rubinho no venía siendo el ideal, el sábado había roto el motor y apenás había logrado clasificar en el puesto 18 pero el brasilero estaba dispuesto a sobreponerse a las adversidades. Avanzó 8 puestos en la primera vuelta y se ubicaba tercero antes de promediar la mitad de carrera. El progreso era muy bueno pero los McLaren estaban adelante y parecían objetivo imposible para el fiel escudero y su Ferrari. Con ese resultado Schumi perdía la punta mirandolo desde los boxes sin poder hacer nada para evitarlo.
Pero...a las carreras hay que correrlas hasta la bandera a cuadros.
Un intruso corriendo en la pista le brindó a Barrichello una buena ayuda al provocar el safety car y juntar a todos los pilotos. La diferencia desaparecía y el golpe final lo dió cuando se desató una lluvia torrencial y fue el único que no se detuvo para cambiar por neumáticos de piso seco. El que se atreve gana y Barichello ganó.
Escenario dramático, remontada legendaria. Barrichello demostró que el también podía ponerse el equipo al hombro y ganar una carrera en condiciones extremas. En el podio lloró abrazando a su bandera y le dedico la victoria a Ayrton su idolo y amigo.
Tardó 124 carreras en ganar pero la espera fue recompensada