¿Por qué se fue Arrivabene?
El puesto del ex - Team Manager de Maranello parecía asegurado a finales de la temporada pasada, pero ¿que llevó a la dirigencia ferrarista a no renovar el contrato de Maurizio Arrivabene?
No es poco lo que ha logrado Arrivabene en Ferrari. Su mayor logro fue, sin dudas, devolver al equipo rojo a las grandes ligas, a la pelea directa por el campeonato, cosa que parecía dejada de lado u olvidada a finales de 2014, luego de la primera temporada de la era hibrida, en la cual Mercedes se llevara todos los laureles en juego.
Maurizio era hombre de Marchionne en La Scuderia. Convocado por el gran Sergio y apoyado por el mismo, Arrivabene inició el trabajo de retornar a Ferrari a donde pertenece, a la punta del campeonato. Sin embargo, siempre hay que obtener algo más en Ferrari. Como todo en la vida, los resultados mandan y la falta de gloria hizo sin lugar a duda que, ante la ausencia de Marchionne, alguien pagara por los platos rotos. Es de aquí que surge la primera pregunta, ¿de haber estado Marchionne, Arrivabene se hubiese ido? Esta es una tesis que solamente puede ser planteada, pero no respondida. El hecho fáctico es que Arrivabene no es más parte del equipo de Maranello y tanto los éxitos como los fracasos se construyen a lo largo del tiempo.
A diferencia de su predecesor, el SF-71H fue un auto superior que supo pelearle de igual a igual a Mercedes y vencerlo en pista. Es bien conocido que en un equipo de Formula 1 todo debe estar optimizado, el auto, el piloto y el equipo. Las ventajas marginales son importantes y Ferrari las habría maximizado, rozando los limites del reglamento. Binotto sumaba su primera estrella, había diseñado un auto optimizado, para pelear arriba.
Tal vez oculta bajo las maravillosas victorias Vettelistas en Australia y Bahréin, la primera alarma de que algo no funcionaba bien u “optimizado”, se habría encendido en el GP de China. Si bien Ferrari hizo el 1-2 en la clasificación del sábado, un pace car sacado en el momento inoportuno para las aspiraciones del Cavallino, le daría la victoria a Ricciardo y Red Bull. La Scuderia no reaccionó apropiadamente y Vettel terminó 8vo. La pasada en el frenaje sobre el final en el callejero de Bakú por parte del mismo alemán, privándolo de al menos el podio, ya levantaba cuestionamientos hacia el box rojo y hacia el propio piloto. La victoria en el Gilles Villineuve devolvía la ilusión, que se desvanecía en la primera curva de Paul Ricard, y volvía con tono de euforia en Silverstone para maravillar a los tifosis quien olvidaron rápidamente las dudas, las cuales volvieron más ondas aun con el error, nuevamente de Vettel, bajo la lluvia de Hockenheim y con la incapacidad de ganarle a Mercedes en la clasificación de Hungría. Parón, verano, Spa-Francorchamps, lluvia, nueva derrota en clasificación, pero esta vez se dio en carrera y Vettel se fue con una victoria contundente sobre Hamilton.
Ferrari fue una montaña rusa, hubo carreras en las que estabas al máximo de su nivel, y otras en las que quedaba detrás de Mercedes, lo cual, en términos de intereses y objetivos, era como caer al abismo. Abismo que se terminó de abrir en Monza y se profundizó en Singapur. ¿La muerte de Marchionne en julio había golpeado al equipo de la peor manera? Sinceramente, los problemas habían empezado antes.
Aquel rumor que se deslizó a principios de octubre, entre los Grandes Premios de Singapur y Japón en el cual Arrivabene dejaría Ferrari a final de temporada para reemplazar a Giuseppe Marotta al mando de la Juventus, fue desmentido por el mismo Arrivabene durante el GP de Japón (en donde tanto el equipo como Vettel volvieron a cometer errores) quien aseguró que su futuro estaba en Ferrari.
A finales del mismo mes, salía a luz otro rumor. Mercedes y Renault tentaban a Binotto, aprovechando supuestas frustraciones por el potencial no explotado de su obra maestra, el SF-71H y su sospechada lucha de poder con Arrivabene que habrían generado desencuentros en la cúpula ferrarista de los cuales sus rivales habrían querido tomar ventaja.
La pérdida de los campeonatos de pilotos y constructores en México y Brasil respectivamente rápidamente ocultaron la emoción del retorno a lo más alto del podio de Raikkonen en USA. Las cartas ya estaban jugadas. ¿Qué pudo salir mal? Para Ferrari fue su líder. La combinación de 4 temporadas sin títulos, un ferrarista puro en franco y largo ascenso como Binotto, los errores del equipo más los errores de Vettel y la pérdida de los campeonatos de la temporada 2018 en la cual Ferrari era uno de los favoritos, o para muchos “EL” favorito, determinaron que el contrato de Maurizio Arrivabene no continuara.
Los cuestionamientos al liderazgo de Arrivabene eran claros, al menos desde algún sector de la prensa internacional y de los tifosis. Las órdenes de equipo se llevaban todas las preguntas, ¿por qué Ferrari no las aplicaba y dejaba de perjudicarse a sí mismo como sucedió en Monza y sacaba ventaja de estas, tal como lo hiciera Mercedes en Rusia? Se esperaba que Arrivabene diera las órdenes que nunca dio. Cosa que, si hizo Wolff, el líder del rival a vencer.
Las diferencias en el estilo de liderazgo ejercido por Arrivabene y Wolff son notables y las comparaciones a la luz de los resultados, aunque tal vez injustas, son inevitables. Nada más recordar los emails de apoyo de Toto a todo su equipo luego de la dura derrota en Bélgica y como el equipo reaccionó luego en Italia, o las críticas (con o sin razón) de Maurizio al equipo luego del error de los neumáticos de lluvia en la última vuelta de clasificación en Japón.
Una buena pregunta que quedará por responder es si el estilo de Maurizio se hubiese impuesto al de Wolff o al de cualquier otro Team Manager con el correr del tiempo. Después de todo a Todt le tomó 5 temporadas antes de obtener un campeonato de constructores y 6 para consagrar a un piloto. Las presiones en Ferrari parecen ser inmensamente mayores a las de cualquier otro equipo.
Por otra parte, Arrivabene parece haber pagado por los errores que cometió Vettel en pista. ¿Podía hacer algo? Solo podemos conjeturar. Lo que pasa internamente dentro de un equipo contada veces sale a la luz con el rigor de la verdad absoluta.
Es el turno de Binotto, de carrera profesional desarrollada en Ferrari, en franco ascenso, joven y que llega con el respaldo del mundo rojo. Ya demostró que es capaz de optimizar un coche de F1, ¿podrá hacerlo con el equipo y los pilotos? No es menor el desafío. Un piloto joven con hambre de gloria. Un cuádruple campeón del mundo que tiene justamente llegar a la gloria con el Cavallino como cuenta pendiente. ¿Lo dejará Ferrari?