El baile que hay en parrilla está siendo increíble, no seré yo quien diga lo contrario: La partida de Ricciardo a Renault; Sainz sustituyendo en McLaren a un Alonso que se retirará de la competición; el ascenso de Norris a McLaren; Kimi Räikkönen, el último campeón de Ferrari abandona la scudería Italiana en un cambio de pilotos por un jovencísimo Leclerc... Una locura absoluta. Pero, ¿qué hay de los movimientos que sucedieron durante el 2009? ¿Cómo fueron los movimientos de esa temporada?

En primer lugar, vamos a hablar del baile de pilotos que sucedió durante esta misma temporada, ya que se vivieron hasta 5 cambios de pilotos. El primero fue Sebastian Bourdais, que tras dos años en la escudería Toro Rosso donde fue superado ampliamente por sus compañeros de equipo, en 2008 por Sebastian Vettel, que logró una victoria mientras el francés solo consiguió 4 puntos en toda la temporada, y en 2009 por Buemi, fue despedido del programa de jóvenes pilotos de Red Bull por “no cumplir con las expectativas”. Así fue como el supuesto futuro del automovilismo español, Jaime Alguersuari, que había completado un meteórico ascenso en categorías inferiores y apuntaba a convertirse en un gran talento, recaló en la escudería italiana.

El siguiente cambio en los asientos de la parrilla se dio en el siguiente Gran Premio, en Hungría, pero esta vez no fue por bajo rendimiento, si no por un accidente que casi termina en tragedia. Massa durante la clasificación del Gran Premio de Hungría sufrió el impacto en la cabeza de un muelle que salió despedido del coche de Barrichello. El muelle impactó en el casco del piloto, el cual circulaba en ese momento a casi 300 km/h por el circuito de HungaroRing. El impacto hizo que perdiera la consciencia al instante y sufrió otro impacto contra el muro, posterior al golpe en la cabeza, a otros 200 km/h. El piloto brasileño pasó por el quirófano en varias ocasiones por este accidente y se temió por su vida, pues el muelle contra el que chocó le provocó severos daños en el cráneo y a punto estuvo de afectarle al ojo izquierdo. Por este motivo, el brasileño estuvo de baja lo que restó de temporada, aunque en un primer momento se especulaba con su marcha definitiva del campeonato, que nunca más podría volver a correr, ya que el impacto estuvo cerca de dañarle un ojo. Sin embargo regresó a la competición meses más tarde, pero de eso hablaremos después. Así Ferrari contrató los servicios de su piloto de pruebas, Luca Badoer, que buscaba una oportunidad con el equipo italiano desde que fichase por ellos en el año 2000.

Otro cambio que sucedió fue en ese mismo gran premio. Renault prescindió de los servicios del hijo del tricampeón mundial, Nelson Piquet Jr. tras finalizar la carrera de Hungría, a lo que el brasileño respondió con una demanda al equipo Renault ante el comité de competición, por presionarle para que accidentara su coche en Singapur el año anterior para así darle la victoria a Fernando Alonso, su compañero de equipo. Esto levantó un escándalo al que se le llamó “Crashgate”, pero eso da para otro artículo. Así que Renault, por los malos resultados cosechados por el piloto brasileño, decidió prescindir de él y contratar a un joven Grosjean.

El cuarto cambio de la temporada llegó, de nuevo, de la mano de Ferrari, pues Luca Badoer cosechó unos resultados tan desastrosos que el equipo italiano decidió contratar a otro piloto. El elegido sería Fisichella, que tras impresionar al mundo con una gran carrera en Bélgica en el que logró la primera pole y el primer podio para el equipo Force India, recalaría en el equipo Ferrari. Esto supuso que el equipo Force India tuviese que buscar otro piloto de cara al resto de la temporada, y contratarían a Vitantonio Liuzzi, el piloto de pruebas del equipo indio.

Y por último, el quinto cambio de la temporada, si no contamos el fichaje necesario de Force India ante la salida de Fisichella, tenemos a Glock, que fue sustituido por Kobayashi a tras el GP de Japón por un fuerte accidente que sufrió el alemán durante la carrera. Esto también, con permiso del piloto alemán, vino muy bien al equipo Toyota, ya que lograron poner en el equipo un japonés, que logró buenos resultados en las dos carreras que disputó, antes de desaparecer como equipo, lo que daría una representación japonesa en la Fórmula 1 tras el abandono del equipo nipón.

Dos GP después de Japón se acabó la temporada que dejó a un Button como campeón del mundo gracias a un equipo Brawn GP que supo aprovechar los vacíos legales en la normativa para construir un coche mucho más veloz que el de sus contrincantes. Red Bull estuvo cerca por la disputa del título en lo que se recuerda como uno de los años más atípicos de la historia, pues tanto Ferrari como McLaren se mantuvieron atrás en el campeonato después de más de dos décadas de rivalidades. El equipo Brawn debió de ser motorizado por Honda ese año, sin embargo, los malos resultados de la anterior temporada y la crisis económica que sufría Japón, obligaron a la marca nipona abandonar la competición, dejando al equipo Brawn sin motorista y sin equipo. Tenían el chasis, tenían plantilla, pero no tenían un nombre con el que competir, ni un suministrador de motores, por lo que Ross Brawn compró el equipo, porque él sabía que ganarían el campeonato gracias a ese doble difusor, y logró un acuerdo con Mercedes para que fuese su suministrador de motores. Al término de la temporada, con los deberes hechos y el título tanto de pilotos como de constructores bajo el brazo, Mercedes oficializó la compra del equipo Brawn, por lo que supondría el retorno de la marca de la estrella a la máxima competición como equipo oficial después de 50 años de ausencia.

Este repentino desarrollo de equipos jóvenes que lograron el campeonato y subcampeonato en poco tiempo (Brawn sólo tenía un año de vida y Red Bull llevaba en la competición desde el 2005) animó a Virgin, Lotus e Hispania entrar en la competición a partir del siguiente año, tratando de aprovechar esa reglamentación joven que permitía a los equipos pequeños ganar ventaja si conseguían interpretar el reglamento mejor que los equipos nuevos. En este contexto nos encontramos con tres equipos nuevos en la parrilla. 26 coches que supuestamente iban a disputar el campeonato de 2010. Sin embargo, el equipo Toyota, tal y como hizo el otro equipo japonés, Honda, un año antes, abandonó el campeonato debido a los pocos progresos durante la temporada anterior y la fuerte recesión económica en el país nipón. Por lo que finalmente el campeonato lo disputarían doce equipos.

Con doce equipos y 24 coches disponibles, la Fórmula 1 vivió un cambio de pilotos histórico que incluyó incluso el movimiento del vigente campeón Jenson Button, algo que no sucedía desde que Damond Hill abandonase el equipo Williams tras ganar el campeonato de 1996. El caso de Fernando Alonso fue diferente, pues el español tenía contrato firmado con el equipo inglés desde el 2005.

Uno de los cambios más sonados en esta temporada fue el fichaje estrella de Ferrari, haciéndose con los servicios de un aún joven bicampeón del mundo como era Fernando Alonso. Este fichaje precipitó la salida de Kimi Räikkönen de la escudería italiana, y de la Formula 1, en una primera “expulsión” del equipo al que le regaló un título de pilotos y otros dos de constructores en tres años. Expulsión que se ha repetido en la actualidad de nuevo, con Kimi como último campeón de Ferrari. Barrichello, por su parte, abandonó la escudería Brawn GP, ya adquirida por Mercedes, y fichó por un equipo Williams que aspiraba reconstruirse y volver a los puestos punteros de la parrilla. Jenson Button, ya como campeón del mundo, cerró un acuerdo con McLaren en un movimiento muy mediático ya que coincidían los dos últimos campeones del mundo en el mismo equipo, McLaren, que estaba a punto de resurgir tras un mal 2009. Otro gran movimiento fue el de Robert Kubica que abandonó Sauber por la incapacidad del equipo de proporcionarle un coche capaz de luchar por victorias, además de diversos conflictos internos, para recalar en el equipo Renault como sustituto de Fernando Alonso, que se marchó a Ferrari. Y el gran movimiento que nadie esperaba y otro de los motivos por los que la Silly Season de este año fue tan brutal, fue el retorno del Kaiser, del heptacampeón, del piloto más laureado de la historia, de Michael Schumacher, al campeonato de Fórmula 1, tras tres años alejado de los circuitos. Esta vez lo haría en el equipo alemán Mercedes y con ellos se mantendría tres años en un movimiento que dejó boquiabiertos a todos los aficionados.

Esta temporada se dieron innumerables movimientos, ascensos de GP2 a Fórmula 1, ya que 4 asientos nuevos no pasan desapercibidos para las jóvenes promesas como lo eran Chandhock (Hispania), Hülkenberg (Williams), Petrov (Renault) o Di Grassi (Virgin). También el retorno de otro piloto español a la Fórmula 1 como es Pedro de la Rosa de la mano de Hispania, favorecido también por el origen español de la marca, cosa que también ayudó a reabrirle las puertas de la Fórmula 1, como más tarde sucedería con otra joven promesa española Dani Clos, aunque en su caso fue como piloto de pruebas; otro movimiento destacado fue el de Nico Rosberg que acompañaría al Kaiser en su regreso a los circuitos; y la semi-retirada de la Fórmula 1 de un piloto como Nick Heilfield, que fichó como tercer piloto de Mercedes y nunca más corrió en la Fórmula 1.

Por lo que sí, han sucedido cosas muy locas en la Fórmula 1, las Silly Season locas en ocasiones ocurren y 2009 y 2018 son un ejemplo de ello.