La mala imagen en Mclaren continúa sin haber algún motivo de esperanza. Un equipo que ha ido involucionando a lo largo de la temporada, y, que a día de hoy, ve como está situado en el fondo de la parrilla luchando por no ser el equipo más lento de las carreras. Tan solo el tener a Fernando Alonso maquilla algunas veces el pobre rendimiento del equipo.

Empezaron bien la temporada con muy buenos resultados y puntuando en las cinco primeras carreras, tres de ellas con los dos pilotos. Parecía que Mclaren tenía razón en sus quejas con Honda y que con Renault podían luchar por ser el cuarto equipo de la parrilla. Pero poco a poco han ido bajando en rendimiento y las expectativas demasiado altas para ser un proyecto nuevo con otro motorista han terminado por tomar medidas en la estructura de Woking.

Con el despido de Eric Boullier se ha unido la retirada de Fernando Alonso, que será sustituido por Carlos Sainz, y la duda de su segundo piloto, ya que Stoffel Vandoorne está más discutido que nunca, y no ayudará sus declaraciones, afirmando que Mclaren no ha progresado nada este año: "Es difícil tener un fin de semana peor. La realidad es que no hemos progresado desde el comienzo del año, no hemos mejorado nada en comparación con los demás". Y conociendo la forma de ser del piloto belga, esto puede dar a entender que le queda muy poco tiempo en la escudería británica.

Lo cierto es que el presente y el futuro de Mclaren pinta muy negro. Con un túnel de viento anticuado, muchos problemas de comportamiento del monoplaza, inestabilidad deportiva y habiendo perdido el dinero y la exclusividad de Honda, tendrán que trabajar mucho para volver al lugar que merecen.