Volvemos del parón veraniego tras tres semanas sin carreras y con una lucha por el mundial que aunque los puntos digan lo contrario todavía hay mucha tela que cortar. Llegamos a la cita de Bélgica con Lewis Hamilton liderando la tabla con 213 puntos, superando en 24 puntos los 189 que tiene actualmente Sebastian Vettel. Prácticamente una carrera de ventaja para el británico, pero faltan nueve carreras para llegar al final de temporada y esos 24 puntos pueden esfumarse en cualquier momento. Vettel ya tuvo un error grave en Alemania que le hizo perder el liderato y puede ocurrirle perfectamente al rival. Un cero ya lo pone todo empatado otra vez.

Pero dejando a un lado los fallos humanos o problemas mecánicos que ocasionen ese temido rosco, los grandes premios que quedan son una combinación de circuitos en donde en unos destaca el Ferrari y en otros destaca Mercedes, con rendimientos y resultados en mano de años anteriores. También algo muy a tener en cuenta son las condiciones actuales de cada monoplaza. Actualmente no es descabellado decir que el Ferrari es el coche más completo de la parrilla. Muy igualado con el equipo de la estrella, pero este año tienen un propulsor envidiable, algo de lo que sufrían durante los primeros años de la era híbrida. El año pasado el chásis ferrarista era muy competitivo pero el motor se quedaba algo atrás respecto al de Mercedes. Este año la igualdad entre los coches es máxima y probablemente este campeonato se decida por otras cuestiones.

Si hablamos de años anteriores, el propulsor de la marca de la estrella marcaba la diferencia en circuitos de largas rectas como Spa, Monza o Austin y el Ferrari buscaba su gran oportunidad en circuitos de curvas cerradas como Singapur o Rusia. La temporada pasada que es donde comenzó el duelo Vettel-Hamilton, el Mercedes se llevó el gato al agua tanto en Bélgica como en Italia. En Singapur era la oportunidad idónea para los de Maranello para engancharse tras perder el liderato y comenzaron dominando el fin de semana, pero el desastre en aquella salida en condiciones de lluvia privó a Vettel de todas sus esperanzas y Lewis ganó una carrera que tenía prácticamente perdida desde el sábado. Tras los desastrosos fines de semana de Singapur, Japón y Malasia el mundial se puso en bandeja de plata para el piloto inglés.

Volviendo a la presente campaña, puede darse la vuelta a la tortilla vista en las temporadas anteriores por la gran evolución que ha hecho el equipo Ferrari con su unidad de potencia. Se está viendo un monoplaza muy competitivo en Spa-Francorchamps y puede verse la misma situación en la carrera de casa, Monza. Marina Bay, el circuito que acoge el GP de Singapur, es trazado Ferrari, por lo que si el equipo de Maranello lo hace bien en las próximas tres carreras el final de campeonato estará mucho más que apretado. Si nos vamos a Sochi vemos que Mercedes ha dominado en asfalto ruso desde 2014 a pesar de la última clasificación, donde Ferrari protagonizó la primera línea ocho años después. Japón, Estados Unidos y México serán circuitos clave para el equipo Mercedes pues tienen los medios para ganar en dichos trazados de enlazadas rápidas. Nos quedarán Brasil y Abu Dhabi donde vemos un empate. El año pasado Ferrari se llevó la cita en Interlagos y Mercedes dominó la carrera disputada en Yas Marina. Lo que está claro es que esta temporada la igualdad es máxima y en cada circuito puede hacer la pole y llevarse la victoria cualquiera de los dos equipos (sin mencionar a Red Bull que también puede hacer temblar a los dos gigantes) lo que nos proporcionará unos nueve grandes premios restantes bastante interesantes tanto los sábados y los domingos. Ha vuelto la emoción, y parece que vuelve para quedarse.