Las quejas sobre los neumáticos siempre están ahí. Pocas carreras están exentas de polémicas sobre este tema y es algo que no se puede ocultar. Los neumáticos de Pirelli son duros como piedras y en la mayoría de ocasiones no presentan la degradación que cabría esperar de ellos, a pesar de la extensa gama que presentan.

La mayoría de carreras se dan a una parada –obligatoria-, y muy pocas a dos paradas o más, esto es por la duración de los neumáticos. Está muy bien que los neumáticos duren mucho, para un vehículo de calle, pero cuando estamos hablando de la élite del automovilismo a muchos nos falta el plus de emoción de la gestión del neumático y de la estrategia. Lo que no puede ser es que en muchas ocasiones los pilotos hagan la parada por ser obligatoria, no por caída de las prestaciones del neumático o por degradación. Y esta es una cuestión que lleva años persiguiendo a Pirelli.

Por ello la FIA busca recuperar la degradación de los neumáticos del 2011 de cara al concurso para proveer de neumáticos a la F1 a partir de 2020. ¿Por qué se fijan ese año como objetivo? Ese fue el primer año de Pirelli como proveedor de neumáticos de la Categoría Reina, en ese momento se le pidió a la marca que las gomas tuvieran una alta degradación y que fueran agresivos, y como todo, el primer año esas características fueron reales, pero poco a poco se fueron perdiendo. En ese año debido a la alta degradación de los neumáticos se producían más paradas en boxes –en ocasiones excesivas-, lo que suponía más emoción en cuanto a estrategia, adelantamientos, cuidado del neumático…

Muchos aficionados llevamos ya un tiempo rezando para que se produzca un cambio en los neumáticos, debido a que en algunas ocasiones se producen carreras excesivamente aburridas en las que poco o nada ocurre y una mayor degradación de los neumáticos ayudaría a que esto se pudiera reducir. A mayor degradación, mayor necesidad de gestionar los neumáticos, de más paradas en boxes, de más protagonismo e importancia de un buen pit stop, undercuts, overcuts…millones de posibilidades de convertir una carrera en algo mucho más emocionante. La FIA es bien conocedora de esta situación y por ello pide este cambio en pos de la mejora del espectáculo.

Recordemos que en 2011 los neumáticos degradaban muchísimo, eso producía que los pilotos en muchas ocasiones no sacaran el máximo potencial del monoplaza por miedo a quedarse sin gomas. Eso convertía las carreras de Fórmula 1 en unas carreras puramente estratégicas y en ocasiones innecesariamente peligrosas –mención especial a la temporada 2013 con los recordados “reventones” en Silverstone-. Tal vez ahí estará la importancia de que la FIA sepa encontrar el término medio en cuanto a degradación, ni unos neumáticos que se deshagan en 2 vueltas dando el máximo ni que puedan aguantar 40 vueltas con las mismas prestaciones iniciales.

Ojalá que la alianza de la FIA y el nuevo proveedor de neumáticos –sea quien sea- sean capaces de encontrar el equilibrio en cuanto a la degradación de las ruedas. Claramente a mayor degradación tendremos una mayor emoción y más posibilidades de adelantamiento sobre todo en las carreras más “aburridas”, pero esa emoción tiene que venir de la mano de la seguridad del piloto, que ya tiene bastante con ver pasar su vida a 300 km/h, como para hacerlo sobre unos neumáticos en los que no confía.

Cualquier cambio en las ruedas que nos aleje de las carreras a una única parada por obligación, seguro que nos ayudará a pegarnos aún más a la televisión durante los Grandes Premios.