Trompo en Albert Park, en Bahréin accidente en clasificación y toque con Hamilton en carrera dañando el monoplaza, toque con Vettel en China con gomas nuevas y lanzado hacia el doblete, y debacle junto a su compañero de equipo al accidentarse los dos Red Bull en la carrera disputada en Azerbaiyán.  Ese fue el balance mostrado por Max Verstappen en las cuatro primeras citas de este mundial. Unas actuaciones sin duda cuestionables y que dejaron al holandés en una situación delicada dentro del equipo austríaco.

Mientras a Max veía constantemente la cruz de la moneda, al otro lado del garaje era todo sonrisas. Ricciardo estaba en estado de gracia. Unas primeras carreras magníficas con una brillante actuación en China, donde los Red Bull aprovecharon un coche de seguridad para montar gomas nuevas y comenzar una escalada hacia un doblete que prometía hacerse realidad. Mientras Verstappen ahogaba sus opciones intentando adelantar a Vettel, Ricciardo dio uso a sus “movimientos clínicos” (como le mencionó su equipo por radio) para adelantar de forma limpia y segura a sus rivales y anotarse aquella carrera. Luego, en Mónaco el australiano nos deleitó con un fin de semana casi perfecto para sacarse la espina de años anteriores y así triunfar por fin bajo las calles del Principado, con problemas de motor incluidos. Parecía su año y hasta lo consideraban como serio candidato al título junto a los dos gigantes: Hamilton y Vettel.

Pero a partir del GP de España se empezó a dar la vuelta a una tortilla que ya parecía chamuscada por un lado. Podríamos decir que Mónaco fue la excepción por la victoria de Ricciardo y por un Verstappen que volvió a fallar el sábado con un nuevo accidente pero que el domingo en carrera logró remontar hasta el noveno puesto. En el resto de citas desde la carrera de Montmeló vimos al Max que seguro que quería ver en pista Christian Horner. Siempre por delante de su compañero salvo en la carrera de Gran Bretaña donde abandonó por problemas de frenos. En dichas carreras además anotó cuatro podios y una gran victoria en casa de Red Bull, en Austria.

Mientras que en el caso de Daniel Ricciardo, al australiano parece que le dejaron de salir las cosas, sobre todo en cuestiones de fiabilidad. Ha tenido que abandonar en dos de las tres últimas carreras, además de que ya se ha visto obligado en más de una ocasión a penalizar con puestos en parrilla por cambiar componentes del motor, la última de ellas hace cuatro días en Alemania y por lo que tuvo que salir desde la última plaza. En el resto de carreras en las que sí ha terminado, lo ha hecho por detrás de su compañero salvo en Silverstone donde ya vimos que el holandés se vio obligado a retirarse.

Este brusco cambio ha dejado, tras once pruebas disputadas, tras un inicio desastroso de Verstappen y tras un Ricciardo que olía a aspirante al título, al piloto holandés sexto en el mundial de pilotos con 105 puntos. Sólo un punto por debajo de Daniel Ricciardo, y ambos a más de ochenta puntos del líder, Lewis Hamilton. Este fin de semana se disputa el GP de Hungría, un circuito sin duda señalado en el calendario de Red Bull dadas las características de su monoplaza, por lo que seguiremos atentos a la evolución de este duelo.