Sus dos grandes oportunidades. Daniel Ricciardo, Max Verstappen y el equipo Red Bull tienen como carreras marcadas en rojo en el calendario el siguiente Gran Premio de Hungría y más adelante el Gran Premio de Singapur para lograr la victoria en ambos eventos y acercarse a Mercedes y Ferrari en el Mundial de Constructores.

Red Bull suele evolucionar mejor que ninguna escudería su monoplaza en la segunda mitad de temporada, asi que, si esta tendencia se cumple, podrían ser una amenaza y jueces de ambos mundiales, ya que tendrían que esperar fallos de sus rivales y tener un coche más fiable para meterse en la lucha. Y esas mínimas posibilidades pasan por lograr la victoria, y mejor si puede ser con un doblete, algo que llevan desde Malasia 2016 sin lograr.

Las sanciones por cambiar componentes del motor, su pobre fiabilidad y su déficit de potencia son sus grandes talones de Aquiles. Por eso Red Bull ha optado por montar motores Honda en la próxima temporada, para tener un motorista propio y poder desarrollar libremente su monoplaza sin ataduras. Y, aunque se haya negado esta noticia en estos últimos días, todo hace indicar que Toro Rosso se convertirá en un banco de pruebas para el motorista nipón en 2019 y así progresar más rápido, ya que tendrán cuatro coches proporcionando datos en vez de dos, como en esta temporada.

La segunda parte de temporada empieza el Viernes. ¿Logrará Red Bull acabar en lo más alto en su último año con Renault como motorista?