En Red Bull pretenden tener en cuenta todos los errores que se cometieron en la relación McLaren – Honda para no repetirlos. El equipo de Ricciardo y Verstappen quiere que su nuevo motorista tenga todas las comodidades necesarias para desarrollar un motor que los mantenga en la pelea por los primeros puestos en 2019 y para ello están poniendo a disposición de los japoneses su equipo hermano, Toro Rosso.

El cambio de motores siempre representa un riesgo y, en el caso de Red Bull, este es mayor porque Honda ha venido sufriendo más de lo esperado para encontrar el camino a los puestos de protagonismo en la Fórmula 1. Contrario a lo que pasaba en McLaren, en donde la apuesta por los motores de la marca japonesa ocurrió en un momento en que la escudería de Woking no gozaba de su mejor momento en la categoría, en Red Bull la relación con Renault los ha llevado a sus momentos de mayor éxito (cuatro títulos mundiales de piloto y equipos entre 2010 y 2013) y, aun cuando la hegemonía de Mercedes comenzó en 2014, el equipo de la bebida energética no dejó de cosechar victorias.

No obstante, los austriacos han ido perdiendo confianza en el fabricante francés y decidieron apostar por Honda para las próximas dos temporadas. Sin embargo, Red Bull no quiere pagar el precio de un largo proceso de adaptación que los lleve a alejarse de los primeros puestos de la parrilla y, pese a que aún usa motores Renault, ya están trabajando con Honda. El equipo con base en Milton Keynes ha dado luz verde para que la marca japonesa implemente los cambios que considere necesarios en Toro Rosso, equipo que cuenta con motores Honda desde la presente temporada, si es que eso le ayuda en el desarrollo del motor para el próximo año.

"Por supuesto, dejamos la decisión (de gestionar su evolución) a Honda, pero si encuentran una décima de mejora con el desarrollo, claro que podrán probarlo durante las carreras, incluso aunque eso suponga que nos penalicen por ello", comentó en esta semana Helmut Marko en referencia a las sanciones que impone la categoría por los cambios que se realizan en los monoplazas.  Con esta decisión no será extraño que, en lo que resta de la temporada, veamos mucho más seguido a Pierre Gasly y Brendon Hartley en las últimas ubicaciones de la parrilla.

En lo que va del 2018, ambos pilotos de Toro Rosso han usado más motores de los tres que tenían permitidos y, con la autorización de Red Bull para realizar más cambios, se espera que se vengan muchos más. El gran perjudicado será Hartley, quien hasta ahora no ha logrado resultados que le garanticen una nueva oportunidad en la Fórmula 1 para el próximo año y en algún momento hasta se ha escuchado nombres para reemplazarlo antes del final de año. Distinto es el panorama de Gasly debido a que el francés ha logrado destacar en varios grandes premios y tiene asegurada su continuidad en el equipo.